La tendencia general en los núcleos de población más importantes es limitar gradualmente el uso de los vehículos privados con motor de combustión en favor del transporte público. Una solución necesaria para contener así las emisiones de gases contaminantes y garantizar una buena calidad del aire.
Sin embargo, los ciudadanos no son los únicos perjudicados con estos pequeños desplazamientos, que suelen ser de unos pocos kilómetros y son responsables de buena parte de la contaminación ambiental y contribuyen además a empeorar la movilidad generando los acostumbrados atascos por las calles de la mayoría de las ciudades.
Más información
Los propios automóviles también sufren las consecuencias de estos trayectos de corto radio. Y las consecuencias de hacerlos a diario aceleran el desgaste de su mecánica y también generarán un mayor gasto, tanto de combustible como de operaciones de mantenimiento.
Una cuestión de temperatura
A igualdad de kilometraje, un mismo modelo de automóvil que haya rodado habitualmente por carretera abierta estará siempre en mejores condiciones mecánicas que otro que haya completado la mayoría de sus recorridos por la ciudad.
Lo primero es tener claro lo que se consideran pequeños desplazamientos. Por lo general y respecto a la mecánica, los trayectos de menos de 10 kilómetros pueden considerarse dañinos si se repiten muchas veces.
El motor necesita alcanzar una temperatura determinada para funcionar correctamente, es decir, conseguir una buena lubricación de sus partes móviles y estabilizar su consumo de combustible en los niveles óptimos. La consecuencia de realizar asiduamente este tipo de trayectos será un desgaste prematuro de las piezas y un consumo anormalmente elevado.
Entrando en el detalle, un coche que se mueva por lo general realizando este tipo de trayectos exigirá siempre un mayor mantenimiento. Por ejemplo, al no rodar de forma continuada, el combustible y la humedad por condensación que se depositan en el cárter no llegarán a evaporarse del todo con el calor de la combustión, lo que degradará más rápido el aceite, obligando a adelantar su reposición. Además, restará eficacia a su poder lubricante, desgastando antes el motor y la caja de cambios, además de generar una mayor cantidad de residuos en su interior.
Y otra consecuencia dañina de que el motor no alcance su temperatura ideal de funcionamiento es que la humedad que se acumula en el sistema de escape no llega a eliminarse durante el funcionamientos del motor, afectando por oxidación interna a los tubos y silenciosos que lo componen.
La solución ideal
Se trata de un problema que afecta con mayor gravedad a los motores diésel, que tardan bastante más que los de gasolina en alcanzar la temperatura correcta. Y las mecánicas de gasóleo más modernas necesitan además alcanzar un calor incluso más elevado en sus sistemas de depuración de gases y partículas sólidas mediante los catalizadores del escape que necesitan superar los 600º y que, en los desplazamientos muy cortos, no tienen tiempo de conseguirlo.
Por último, hay que citar a otro componente al que tampoco le gustan nada estos pequeños desplazamientos a poca velocidad y que le obligan a un sobreesfuerzo que acorta su vida útil.
Se trata de la batería, un elemento clave a la hora de arrancar el motor o suministrar electricidad a diversos sistemas imprescindibles del coche y que necesita mantener su eficacia recuperando energía a lo largo de los kilómetros. Una carga baja, circular siempre a velocidades reducidas y esfuerzos repetidos de arranques con el motor frio terminarán por agotarla y estropearla irremediablemente.
Como conclusión, será mejor para el coche evitar todos esos trayectos pequeños que, además, en su mayoría pueden solventarse desplazándose a pie, en bicicleta o en transporte público. Y si se hace imprescindible utilizar repetidamente el coche por la ciudad, la solución ideal será optar por un coche eléctrico, cuya tecnología es completamente ajena a estos problemas de temperatura exclusivos de los motores de explosión.
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, X o Instagram