Un reciente estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios de España (OCU) en el que también han participado diferentes asociaciones europeas de consumidores, ha puesto de manifiesto una significativa depreciación en el valor de los primeros vehículos eléctricos que comenzaron a venderse en el mercado español.
Según el informe, estos modelos han experimentado una reducción de su precio de hasta un 50% transcurridos tan solo tres años desde su lanzamiento. La OCU señala dos factores principales que explican esta considerable pérdida de valor. En primer lugar, destaca el notable avance en la autonomía de las versiones más recientes de coches eléctricos.
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Así, en los últimos tres años, la capacidad de estos vehículos para recorrer distancias más largas con una sola carga se ha prácticamente duplicado, lo que ha restado atractivo a los modelos pioneros con menor autonomía. En segundo lugar, el estudio apunta al elevado precio inicial de estos primeros coches eléctricos, que ahora contrasta con las opciones más modernas y, en algunos casos, más asequibles.
Oportunidad para la segunda mano
A pesar de esta depreciación, la OCU subraya que esta situación representa una oportunidad para los consumidores interesados en adquirir un vehículo eléctrico de segunda mano. La organización destaca que actualmente es posible encontrar berlinas e incluso SUV de marcas reconocidas con poco kilometraje y autonomías cercanas a los 300 kilómetros por precios inferiores a los 20.000 euros.
Además, estos vehículos usados conservan la garantía de la batería ofrecida por el fabricante, que suele ser de hasta 8 años o 160.000 kilómetros, por lo que su compra tras solo tres años en el mercado se convierte en una opción muy interesante.
Gasolina y diésel
La depreciación del 50% en los coches eléctricos contrasta con el 39% de un vehículo híbrido enchufable, el 36% de un diésel y el 33% de uno con motor de gasolina. Eso sí, los usuarios de coches eléctricos encuestados resaltan diversos beneficios asociados a su uso, como el menor coste de la electricidad en comparación con el carburante, especialmente si se dispone de un punto de carga propio.
También mencionan el menor coste de mantenimiento y ventajas adicionales en entornos urbanos, como el aparcamiento gratuito en algunas Zonas de Bajas Emisiones (ZBE). No obstante, los conductores también critican la escasez de puntos de carga públicos y la lentitud en la tramitación de las ayudas del Plan Moves, factores que aún dificultan la expansión de este tipo de vehículos en España.

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