La nueva tasa de alcoholemia máxima para los conductores está más cerca. El Pleno del Congreso dio este martes el primer paso para bajar el límite a 0,20 gramos por litro de sangre (0,1 miligramos en el alcoholímetro) frente a los 0,50 gramos de la norma en vigor (0,25 miligramos). Cuando el cambio llegue a la ley de tráfico, no habrá un límite distinto para los conductores noveles y profesionales, cuya tasa máxima actual es de 0,30 gramos (0,15 miligramos).
La proposición de ley del PSOE, que ha salido adelante con el único voto en contra de Vox y la abstención del PP, persigue que los ciudadanos “puedan ejercer con seguridad su derecho a la libre circulación sin ver comprometidas su vida y su integridad física”.
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El texto recién votado considera infracción grave conducir con tasas de alcohol superiores a 0,1 miligramos por litro de aire espirado (0,2 gramos por litro en sangre) y hasta 0,25 miligramos por litro de aire espirado (0,5 gramos por litro en sangre). Además, propone una multa de 1.000 euros cuando la tasa de alcohol exceda de 0,5 miligramos por litro de aire espirado. La sanción actual es de 500 euros, que suben a 1.000 euros en caso de que el automovilista haya sido sancionado por la misma razón en el año inmediatamente anterior.
Tolerancia cero al volante
En septiembre de 2024, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, anunció su intención de promover esta reforma legal al entender que “la sociedad española está madura” para aceptar el cambio. Asociaciones de víctimas, automovilistas y expertos aplaudieron la idea, aplicada desde hace años en países que se consideran referencia en la materia, como Noruega.

A juicio del director general de Tráfico, Pere Navarro, esa tasa equivale a “tolerancia cero”. El objetivo es que los automovilistas desechen la idea de que pueden tomarse una cerveza o una copa de vino antes de ponerse al volante.
Si no se limita el consumo a 0,0 es por una cuestión de seguridad jurídica. “Igual que hay un margen de error en los radares, parece conveniente establecerlo en los controles de alcoholemia”, ha dicho en más de una ocasión Navarro.
Algunas cifras sirven también como argumento para reducir el límite permitido. Con datos del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, el 33% de los conductores fallecidos en accidentes de tráfico en 2023 presentaban resultados positivos de alcohol en sangre, y también el 29% de los peatones fallecidos.
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