Diseño y tecnología de vanguardia. Son las características principales de la marca DS, un fabricante francés perteneciente al grupo automovilístico Stellantis que quiere conservar la exclusividad y el saber hacer que han distinguido a los coches que en su día fueron creados bajo estas siglas.
Unas iniciales cuyo origen hay que buscarlo en un misterioso proyecto bautizado VGD (Vehículo de Gran Difusión), que se empezó a gestar a finales de los años treinta del pasado siglo.
En aquellos tiempos, Citroën quería desarrollar una nueva estirpe de modelos que, como habría deseado el fundador de la marca (casi recién fallecido), destacaran entre todos los coches por su sofisticación.
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Para llevarlo a cabo, la compañía adquirió entonces unos terrenos en la localidad francesa de La Ferté-Vidame, alejados de la vista de posibles curiosos, para poder realizar en secreto las pruebas de los sucesivos prototipos.
Unos coches de prueba que fueron creados a mano por los mejores ingenieros de la empresa y a los que acompañaba un importante equipo de diseño bajo la dirección del genial Flaminio Bertoni.
Prototipos camuflados
La nueva división se estableció en el centro de París, en la calle Theâtre para más señas, bajo la dirección de Pierre-Jules Boulanger. En cuanto al departamento de ingeniería, Citroën encomendó la tarea al mismo equipo que había desarrollado el revolucionario Citroën 11 Ligero.
Al mando estaba André Lefebvre, máximo coordinador y que sería el único en conocer la totalidad de los avances a lo largo del proyecto para evitar cualquier fuga en el ámbito del espionaje industrial.
El proyecto aspiraba a superar todo lo visto hasta ese momento y su desarrollo tardaría nada menos que 17 años en ver la luz. La ingente tarea prosiguió incluso durante la Segunda Guerra Mundial, también a puerta cerrada y sin que nadie de los implicados excepto el ingeniero jefe supiera el verdadero alcance del asunto.
Las pruebas de laboratorio y los ensayos de prototipos camuflados se sucederían así bajo una discreción máxima hasta 1955, año en el que el enigmático coche estuvo listo para su producción en serie.
Y el resultado no pudo ser más espectacular, pues se trataba del DS 19, uno de los iconos más relevantes del automóvil y para cuyo diseño Bertoni, que era además un reputado escultor, se inspiró en la forma hidrodinámica de los peces. Y más concretamente de los escualos, por lo que no es extraño que el nuevo modelo no tardara en ser apodado Tiburón.
Intento de magnicidio
La lujosa berlina revolucionó el panorama automovilista de la época. Y no solamente en el plano estético, ya que su apartado mecánico era un compendio de avanzadas tecnologías, muy futuristas para aquella época.
Así, asombró con innovaciones como una suspensión hidroneumática, dirección asistida, caja de cambios de funcionamiento hidráulico, frenos de disco delanteros…
Y más tarde incorporó otras no menos importantes: la iluminación activa en la que, gracias a un engranaje mecánico, los faros giraban en las curvas al mover el volante y, en el motor, la inyección de combustible.
El Citroën DS entró en la historia por sus avanzadas tecnologías, pero también por otros motivos que lo hicieron famoso en todo el mundo. Entre ellos, salvar al presidente de la República, Charles de Gaulle, de un atentado sufrido en 1962, cuando fue ametrallado por terroristas de la OAS al paso de su DS 19.
La pericia del gendarme que conducía resulto clave para evitar el asesinato, pero fueron fundamentales la rapidez de la caja de cambios automática, al mejorar la aceleración, y la suspensión hidroneumática, que permitió continuar la marcha con dos ruedas acribilladas por las balas.
El DS continuó en producción hasta mediados de los años setenta, experimentando importantes mejoras y fue evolucionando en sucesivas versiones (DS 21 y DS 23). Asimismo, se fabricó con carrocerías especiales, más largas, de formato familiar y descapotables, estas últimas firmadas por el reputado carrocero Henry Chapron. Y no faltaron versiones más potentes, como las SM con motor V6 de origen Maserati.
Ganador en Monte Carlo
A lo largo de su historia, y siguiendo la tradición deportiva de la marca, el DS también tuvo una destacada actuación en importantes carreras. Brilló con luz propia durante los años sesenta y setenta en la especialidad de rallies, tanto de asfalto como de tierra.
Lograría sus más famosas victorias en las dos ediciones del Rallye Monte-Carlo, correspondientes a las temporadas del campeonato mundial de 1962 y 1966.
Consciente de todo este importante legado automovilístico, Citroën decidió en 2014 darle vida propia creando una nueva línea de modelos que recuperara para el automovilismo francés toda la sofisticación y el prestigio que habían caracterizado a las siglas DS.
Reinterpretada como las iniciales de Distinctive Series, la nueva división del fabricante se centró inicialmente en rediseñar y versionar modelos ya existentes de Citroën, dotándolos de mayor presencia y acabados superiores. Y así llegaron los primeros DS 3, DS 4 y DS 5.
En 2015, DS Automobiles comenzó a actuar como una nueva marca para presentar dos años más tarde el SUV familiar de lujo DS 7 Crossback, el primer modelo desarrollado por DS de forma independiente.
Le seguirían el SUV compacto DS 3 Crossback (2019), la berlina de representación DS 9 (2020) y la nueva berlina deportiva compacta DS 4 (2021). En paralelo y en vistas a los planes de transformación energética de la marca, DS ha lanzado sus versiones E-Tense electrificadas, con mecánicas 100% eléctricas o híbridas enchufables.
Doble victoria en la Fórmula E
Además, el fabricante no ha olvidado su vocación deportiva y, desde 2016 disputa el campeonato de Fórmula E para monoplazas eléctricos con notables resultados. En ese tiempo, su escudería DS Techeetah Formula E Team ha conseguido dos títulos del campeonato (2019 y 2020).
Una importante experiencia en competición que la marca ha aprovechado para perfeccionar y mejorar sus nuevos modelos de calle con motor eléctrico.
El logotipo de DS
Cuando los responsables de la compañía, ahora perteneciente al poderoso grupo Stellantis, decidieron crear su nueva marca, diseñaron un logotipo que recupera el Espíritu del Tiburón que caracterizó al primer DS de 1955.
Desde entonces, los coches de la marca lucen las letras D y S trazadas en su frontal con un diseño estilizado. Está inspirado en las formas del icónico modelo y en su semejanza con la elegante silueta de los escualos.
Y en ellas también se adivina la curva del maletero del Tiburón original, su característico pilar trasero y el elegante perfil del techo de un automóvil que revolucionó la industria y que ha sido reconocido como uno de los mejores diseños industriales del siglo XX.
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Cuatro décadas informando sobre el mundo del motor y probando coches de todas las categorías. Después de trabajar en diversos medios especializados (Velocidad, Auto1, Solo Auto, Motor 16, Car and Driver, EcoMotor...), ahora en Prisa Media para seguir cubriendo la actualidad en plena revolución tecnológica del automóvil.