Este es el cubo de basura más rápido del mundo

Los récords de velocidad no son propiedad exclusiva de hipercoches con cifras estratosféricas. Un contenedor también puede ser muy rápido.

cubo de basura más rápido
Chris Rollins se ha atrevido a pelear por obtener el récord del cubo de basura más rápido que tenía Andy Jennings. | Chris Rollins

Los récords de velocidad están, normalmente, asociados a deportivos e hipercoches que presumen de cifras estratosféricas. Es posible, no obstante, encontrar otro tipo de vehículos que también ostentan este tipo de marcas: lo extraño es que un cubo de basura pueda colarse en la lista de los más rápidos del mundo.

No es una idea aislada. La primera vez que alguien se subió a un cubo de basura preparado para la ocasión fue en 2020. Andy Jennings, un ingeniero de Reino Unido, modificó uno de los tradicionales contenedores verdes que se usan para los deshechos y fue capaz de rebasar los 69 km/h.

Todo el mundo daba por hecho que aquel particular récord de velocidad iba a ser una mera anécdota. Ni el propio Andy Jennings se imaginaba que aquella ocurrencia iba a ser el punto de partida para dar forma a una pintoresca competición.

De momento, sólo Chris Rollins se ha atrevido a pelear por obtener el récord del cubo de basura más rápido del mundo. Este amante de la ciencia y la velocidad se topó con los vídeos de Andy Jennings y quiso mejorarlo: para ello necesitó varios intentos en los que, además, sufrió un impactante accidente.

El escenario elegido para intentar batir la marca fue el Redline Raceway. Lo cierto es que, a pesar del incidente, las cosas salieron mejor de lo esperado. Chris Rollins consiguió romper el récord de velocidad después de alcanzar 99 km/h con la tapa del contenedor cerrada y los 101 km/h con ella abierta.

Cómo creó el contenedor más rápido

¿Cómo logró superar la marca original en hasta 32 km/h? Chris Rollins mejoró tres aspectos del cubo de basura de Andy Jennings. En primer lugar, se dio cuenta de que iba de pie: más de la mitad de su torso asomaba por encima del borde del contenedor y eso generaba resistencia al viento.

Chris Rollins habilitó el interior para poder circular con la tapa cerrada y abrió un hueco en la estructura por donde ver la carretera. El segundo punto es que pudiera seguir funcionando como un cubo y, por último, tenía que ser el más rápido.

Un pequeño motor de 12,5 CV

Para ello, consiguió un motor de Honda de 6,5 CV y consiguió sacarle seis más. Construyó, al mismo tiempo, una estructura para albergar este pequeño bloque y la colocó en el fondo del contenedor. De esta manera, también podía alojar unas ruedas más grandes.

La última decisión fue determinar si el cubo de basura iba a llevar dos o cuatro ruedas para tener más estabilidad. Finalmente, fueron tres: dos pequeñas, ubicadas en la parte trasera y equipadas con frenos de disco, y una delantera que heredó de una bicicleta.

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