Los problemas en las rotondas son habituales y crecientes, pero la visión de la DGT no siempre resulta negativa. La Dirección General de Tráfico ha felicitado a través de sus redes sociales a dos conductores que circulaban en una rotonda de Ávila por mostrar cómo se debe “circular y salir de una glorieta”.
Según los datos de Tráfico, en 2020 se produjeron 7.104 siniestros con víctimas en intersecciones giratorias, y los accidentes no se producen porque sí.
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En vías interurbanas, el 20% de los conductores implicados no respetaba las normas de prioridad; el 8% cometía infracción de velocidad. En el caso de las glorietas de las ciudades, no hacían caso de la prioridad un 19% de los afectados.
Y aunque la mayoría de los siniestros se registran en las ciudades (dos de cada tres), resultan más graves los que suceden fuera de poblado. En 2020 perdieron la vida 61 personas en infraestructuras viarias de este tipo, 32 en carretera y 29 en las intersecciones giratorias urbanas.
Rotondas holandesas
La principal diferencia entre circular por una rotonda y una vía normal es que en su interior no rige la regla general de prioridad de paso a la derecha, porque siempre tienen preferencia los vehículos que ya circulan por su interior (siempre que no haya alguna señal de tráfico que indique lo contrario).
Ocurre lo mismo cuando los vehículos que utilizan las rotondas son las bicicletas. Los ciclistas son los usuarios más vulnerables, y de ahí que en algunos lugares se hayan instalado lo que se conoce como rotondas holandesas.
En ellas, los peatones y los ciclistas tienen prioridad en la circulación general, ya sea al entrar o salir de ellas. Se trata de un ordenamiento específico que busca proteger a quienes, como revelan las estadísticas, sufren en las glorietas una buena parte de los accidentes registrados.
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Periodista especializado en seguridad vial. Editor y redactor de El Motor desde 2016. Empezó a escribir de fútbol en 1998 en Diario 16 y ha trabajado en varios proyectos de Prisa Media desde 2000. Licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra, es autor de ‘Aquí no se rinde ni Dios’ (2020).