La nueva decisión de España sobre los coches de combustión

Varios países europeos creen apresurado dejar de vender en 2035 motores diésel y de gasolina y exigen una demora de cinco años más.

Ferrari 812 Superfast web
Un 812 Superfast como este podría acogerse a la 'enmienda Ferrari', que prorroga la venta de motores de combustión de algunas marcas.

A pesar de las propuestas de otros países, España se mantiene firme y apoyará la prohibición de vender coches de combustión en la UE en 2035. Italia propone postergar la decisión hasta 2040, y no es el único país en contra de la medida, recientemente aprobada por la Unión Europea. Portugal, Rumanía, Bulgaria y Eslovaquia también secundan esta prórroga. 

La oposición encabezada por Italia propone aplazar cinco años la decisión de Bruselas, retrasándola hasta el horizonte de 2040.

Y las razones esgrimidas para este aplazamiento son entre otras la necesidad de contar con las suficientes infraestructuras de recarga para coches eléctricos, disponer de las baterías necesarias a un coste razonable, mejorar las tecnologías actuales y garantizar condiciones de compra socialmente favorables para la gran mayoría de los consumidores.  

Además, los responsables políticos de este grupo de países consideran que, para garantizar la transición a una movilidad sin emisiones, es necesario que la industria del sector, tanto fabricantes como proveedores, disponga del tiempo necesario para adaptarse a los nuevos componentes y tecnologías.  

La apuesta española por la electrificación

En cambio, la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha asegurado este martes que España respaldará la propuesta de 2035 como fecha para poner fin a los coches de combustión en la Unión Europea. “España apoya el 2035”, asegura Ribera en declaraciones recogidas por Europa Press.

La ministra ha apuntado la importancia de “mandar mensajes claros”, ya que se está planteando una transformación para “una de las industrias más importantes de Europa” y con “mayor impacto para los consumidores”. Así, Ribera ha tildado de “determinante” respaldar estas fechas para que la industria europea “pueda transformarse” y “acomodar el modelo productivo”.

La oposición de Alemania 

La prohibición de comercializar motores convencionales a partir de enero de 2035 también ha generado la oposición de Alemania, el país con la industria automovilística más potente del entorno europeo. Según recientes declaraciones a la agencia Reuters de su ministro de Finanzas, Christian Lindner, Alemania no cumplirá la prohibición al pie de la letra y después de 2035 seguirá contemplando algunos “nichos” donde el motor térmico seguirá existiendo.  

Sin embargo, la decisión de Bruselas es firme y está ratificada por la mayoría de los 27 países que componen la UE. En el caso de Alemania, las reticencias al fin de los motores térmicos en 2035 afectarían solamente a un reducido grupo de modelos. Estos podrían beneficiarse de un indulto temporal gracias a una excepción de la ley que ya se conoce como la enmienda Ferrari. 

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