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Las estafas en la venta de coches de segunda mano son tan antiguas como los propios vehículos. Algunas son de sobra conocidas como la manipulación del cuentakilómetros u ocultar que se trata de un modelo robado. Otras están empezando a ponerse de moda.
Ha sido Carfax (proveedor privado de historiales de vehículos en España y Europa) la encargada de dar la voz de alarma al comprobar que hay tres estafas que están aumentando notablemente. El objetivo es alertar a los compradores para que no caigan en la trampa.
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Una de las estafas más novedosas es la venta de coches inundados, sobre todo los que proceden de California (Estados Unidos). En este Estado hay muchos modelos abandonados bajo el agua y los delincuentes los han recuperado por muy poco dinero para, después, venderlos a un precio elevado a compradores desprevenidos.
¿Cómo identificar un coche de segunda mano que ha sufrido una inundación? Una señal reveladora es la presencia de óxido inusual y el olor a humedad: aunque intenten camuflarlo, es posible percibirlo en las partes textiles del habitáculo. Otra manera de identificarlo es encender el sistema de climatización y fijarse en las luces exteriores.
Otro signo de una inundación previa es la diferencia de tonos en el tapizado: esto revela un reemplazo. La suciedad o la arena en algunos rincones también es una pista reveladora, pero hay que buscarla en lugares poco habituales como entre los asientos, la guantera, debajo de las alfombrillas, etc.
Esta misma suciedad estará presente en algunos elementos mecánicos, que producirán chirridos o sonidos que normalmente no se oirían.
Vehículos robados
Otra estafa muy común y cada vez más usual son los coches robados. Los vendedores cuentan con documentación que, a ojos del comprador, parece legal.
Adquieren un vehículo por lo que creen que es una buena oferta y después, en un control rutinario, las autoridades les dan una desagradable sorpresa: es robado. La mejor manera de evitar este tipo de situaciones es pidiendo un informe en la Dirección General de Tráfico (DGT) o en servicios como el de Carfax.
El cuentakilómetros manipulado
Un odómetro con muchos menos kilómetros de los que, en realidad, ha recorrido el coche. Esta es la tercera estafa que se encuentra entre las más populares: para identificarla, basta con prestar atención al estado del coche. El paso del tiempo es perfectamente visible en elementos como el volante, el pomo del cambio, los botones o los laterales del asiento del conductor.
Eso sí, esta no es una fórmula infalible. Lo mejor es pedir la documentación del vehículo porque en la ficha técnica de la ITV se refleja el número de kilómetros para comprobar si hay una falta de coherencia: lo mismo sucede con los informes de la DGT o Carfax.
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