El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, aseguró este miércoles que los nueve helicópteros de la Dirección General de Tráfico (DGT) que permanecen en tierra desde el 1 de septiembre “en breve estarán de nuevo volando y participando en la seguridad vial”. Las aeronaves han dejado de patrullar porque el contrato del servicio de mantenimiento ha terminado y no se ha adjudicado de nuevo, situación que la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) atribuye a la “desidia de los responsables de convocar el nuevo concurso”.
Esta organización ha exigido a la DGT que “depure las responsabilidades” y que “dé explicaciones sobre lo ocurrido”, y ha preguntado sobre “los plazos previstos para que los nueve aparatos de la flota vuelvan a volar”. Los sindicatos UGT y Comisiones Obreras también han denunciado la situación y han pedido explicaciones al organismo dependiente del Ministerio del Interior.
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Tráfico, por su parte, espera que las aeronaves regresen a la actividad en “cuestión de días”. “La vigilancia en las carreteras está asegurada porque el resto de recursos están en funcionamiento y los helicópteros nunca no están volando las 24 horas del día”, ha respondido la DGT.
A juicio de la CSIF, los helicópteros de Tráfico son “esenciales tanto para labores de control aéreo como de seguridad vial”, ya que los drones no están capacitados para hacer las mismas funciones. Por esa razón, ha instado a la DGT a que “acelere el proceso de licitación del nuevo contrato de mantenimiento”.
El sindicato ha recordado asimismo que la flota de helicópteros de Tráfico está “obsoleta” y considera necesaria “una renovación urgente”. A pesar de esta situación, Grande-Marlaska aseguró este miércoles que la seguridad vial está “asegurada a través de todos los dispositivos técnicos y del personal de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil con el trabajo necesario y preciso”.
Tráfico hizo público en abril el anuncio de licitación para la contratación del servicio aéreo de control y vigilancia del tráfico por 83,24 millones de euros. En la memoria justificativa del contrato, la DGT mencionó “la antigüedad” de sus “helicópteros y sistemas Pegasus”. Esto, “unido al elevado número de servicios vinculados a la UMA y las crecientes exigencias derivadas de la normativa aeronáutica, aconsejan la aplicación de un nuevo modelo de gestión”, apuntaba la DGT en el documento.
Los sistemas Pegasus cuentan ahora con una antigüedad media de 11 años y disponen de componentes descatalogados o con problemas de mantenimiento: apenas quedan repuestos para lentes, giróscopos y placas electrónicas, entre otros accesorios.
Más horas de vuelo
Otro problema es el creciente envejecimiento del personal, y a esto se unen las consecuencias de los dos siniestros ocurridos en 2023, que aceleraron algunas jubilaciones y propiciaron la retirada de la actividad aeronáutica de parte del personal.
Faltan trabajadores –según reconocía la DGT en ese texto– hasta el punto de que no hay forma de “realizar los servicios con un mínimo de operatividad” en algunas patrullas y “cubrir un servicio de 365 días”. La plantilla estaba formada en el momento de la licitación por 19 pilotos de helicópteros (con una edad media de 55 años), 10 técnicos de mantenimiento (59 años) y 11 operadores especialistas en fotovídeo (54 años).
Tráfico quiere que los helicópteros hagan 5.544 horas de vuelo anuales, el 90% de ellas en misión de observación y vigilancia. Son aproximadamente el doble que las actuales, lo que exige “un incremento exponencial de tripulantes de vuelo”.
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