Un 2024 negro en la carretera: 1.154 personas fallecieron en accidentes de tráfico en las vías interurbanas

Se esperaban unas cifras de siniestralidad peores que las de 2023 y el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, las ha confirmado esta mañana: en 2024 murieron 1.154 personas en accidentes de tráfico en las carreteras interurbanas, nueve más que en el ejercicio anterior (1.145 fallecidos). Los números de mortalidad vial crecieron tras un año especialmente negro para los mayores de 65 años, con un incremento de fallecimientos del 11%. Por el contrario, descendió un 5% la mortalidad de los jóvenes de entre 14 y 34 años. 

A pesar de la mejoría en los datos del último trimestre, no se frenó la tendencia negativa de un ejercicio que confirmó la estabilización en las cifras mortalidad.  “1.154 fallecidos por siniestros de tráfico siguen siendo demasiados”, ha dicho este viernes Marlaska en la sede de la Dirección General de Tráfico (DGT) en compañía de la subsecretaria de Interior, Susana Crisóstomo, y el director de Tráfico, Pere Navarro. En los 1.140 siniestros mortales registrados en 2024, otras 4.634 personas sufrieron heridas graves que requirieron hospitalización.

“Vamos a aumentar nuestro empeño para reducir los siniestros y sus consecuencias, pero necesitamos la ayuda de la sociedad, porque es una responsabilidad colectiva”, ha resaltado el ministro.

Tráfico, en todo caso, subraya que 2024 marcó un hito en cuanto a la movilidad por carretera, con casi 463 millones de desplazamientos por vías interurbanas, un 3,15% por ciento más (14,1 millones) que el año anterior. Con estos números, la tasa de siniestros mortales por millón de desplazamientos fue de 2,2 el año pasado, “el valor más bajo de los últimos 10 años”, ha reseñado la DGT en una nota.

Más radares fijos y de tramo

Entre las medidas para mejorar la seguridad vial, Marlaska ha anunciado la instalación de 122 nuevos radares, 53 fijos y 69 de tramo. La DGT ajustará su ubicación en función de la siniestralidad: a partir de ahora, el 60% se colocarán en las carreteras convencionales y el 40% restante, en vías rápidas debido al aumento de fallecidos en las autovías. 

También habrá novedades en la vigilancia, en la misma línea. El reparto de las patrullas de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil se reajustará para optimizarlo en las provincias con vías rápidas con alta siniestralidad, y la DGT estudiará medidas para mejorar la “seguridad de los profesionales que trabajan en la carretera en los sectores del auxilio, conservación y mantenimiento, servicios de emergencia, vigilancia y control del tráfico”, ha avanzado Marlaska.

Rebaja de la tasa de alcoholemia

Durante 2025, algunas reformas normativas estarán encaminadas a la reducción de la siniestralidad. Entre otras, la rebaja de la tasa máxima de alcohol permitida hasta los 0,20 gramos por litro de sangre, que equivale a 0,10 miligramos por litro de aire espirado (resultado en el alcoholímetro). Esta reforma de la ley de tráfico ya está en trámite en el Congreso de los Diputados.

“Antes del verano deberá estar aprobado el real decreto que actualiza el catálogo de las señales de tráfico, y antes de que concluya el año la modificación del Reglamento de Circulación para la protección de los usuarios vulnerables”, ha revelado Marlaska.

Esto supondrá, entre otras novedades, la obligación para los motoristas de usar casco integral y guantes de protección en las vías interurbanas, así como la prohibición de conducir por el carril izquierdo en autopistas y autovías en caso de nevadas. 

La reforma del reglamento incluirá, además, medidas de protección para los usuarios vulnerables, especialmente los ciclistas. Para adelantarlos en las carreteras convencionales, los conductores deberán hacerlo a menor velocidad: como máximo, podrán circular durante la maniobra a 20 km/h menos que el límite genérico de la vía. Si se trata de una carretera limitada a 90 km/h, el adelantamiento podrá realizarse como mucho a 70 km/h.