Una idea genial. El Golf consiguió salvar a Volkswagen en un momento crítico para la compañía y ha sido un modelo crucial para convertir al fabricante alemán en el segundo más importante del mundo, sólo por detrás del japonés Toyota.
A principios de los años setenta, la crisis del petróleo golpeaba sin piedad a la industria del automóvil. Y Volkswagen vivía una situación muy delicada.
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Su popular modelo Escarabajo, proyectado a principios de los años cuarenta, se encontraba algo más que obsoleto frente a los modernos modelos compactos japoneses que comenzaban a llegar a Europa.
Pero la solución estuvo en las propias competencias de la compañía, que a finales de los sesenta había absorbido a las marcas NSU y Audi. Gracias a ese potencial tecnológico, el desarrollo del Golf se llevó en el máximo secreto por un grupo de entusiastas ingenieros y su trabajo aportó unas soluciones tan acertadas como revolucionarias.
Al contrario que su venerable antecesor, el Golf adoptó un motor y transmisión de disposición delantera en lugar de trasera, pero también añadió un concepto mucho más práctico que el del Escarabajo y un dinamismo muy superior. Y todo rematado por una logradísima estética firmada por Giorgetto Giugiaro, el prestigioso estilista italiano.
El primer Volkswagen Golf empezó a fabricarse el 29 de marzo de 1974. Desde entonces, se han vendido en el mundo casi 40 millones de ejemplares pertenecientes a ocho sucesivas generaciones del famoso modelo.
Tres o cuatro puertas y descapotable
Sin embargo, la misión de este modelo era ardua, ya que estaba destinado a dar continuidad al incombustible Escarabajo del que a principios de los años setenta ya se habían vendido más de 20 millones.
A su revolucionaria modernidad mecánica, añadió desde el principio diferentes variantes, de tres o cuatro puertas, versiones deportivas, motor diésel (1976) y carrocería descapotable (1979).
El excepcional trabajo de aquellos ingenieros dio sus frutos comerciales en forma de un éxito sin precedentes. Apenas 10 años después de su lanzamiento, el Golf de primera generación ya había superado los siete millones de matriculaciones y, tanto por su calidad como por la originalidad de sus planteamientos, se convirtió en un objeto de deseo para automovilistas de todas las edades.
Con la segunda generación de 1983, el Golf perfeccionó numerosos detalles y creció en tamaño. Desde los 3,72 metros del modelo inicial, pasó a alcanzar los 3,99 metros.
La nueva entrega también aportó innovaciones mecánicas de calado, como la incorporación en la versión Syncro de una tracción integral permanente, el tubo de escape con catalizador de gases, el antibloqueo de frenos ABS (1986) y la dirección asistida.
Motor de seis cilindros
En su tercera entrega de 1991, el Golf cambió de aires, no sin recibir críticas de sus seguidores más puristas. La característica carrocería abandonó su aspecto anguloso y también desaparecieron los faros clásicos circulares. El diseño evolucionó en favor de la tendencia por entonces imperante, que puso de moda las líneas más suaves y con bordes redondeados.
En cuanto a su oferta mecánica, el modelo alcanzó la mayoría de edad estrenando la versión con motor de seis cilindros VR6 de 174 CV, todo un hito entre los compactos más deportivos.
El legendario motor diésel de inyección directa, los airbags y la primera versión con carrocería familiar Variant llegaron también con esta generación.
El Golf IV llegó en 1997, distinguiéndose por una carrocería completamente nueva, más estilizada y deportiva, y una gran mejora de los acabados interiores. Ya perteneciente a la era de la electrónica, incorporó el control de estabilidad ESP y la versión de transmisión integral evolucionó en un nuevo sistema más eficaz desde entonces conocido como 4Motion.
Paso a la electrificación
Volkswagen lanzó la quinta evolución del Golf en 2003. Y, aunque fue la edición más corta del modelo, destacó sobre todo por ser el primero de la saga en superar la barrera de los 200 CV de potencia en su versión deportiva GTI, que se vistió para la ocasión con un acabado especial muy vistoso.
Tan solo cinco años después, llegaría el sustituto. Las nuevas tecnologías de ayuda a la conducción aceleraron el relevo, y el Golf VI se puso rápidamente al día. Incorporó, entre otras innovaciones, el control de velocidad de crucero, el asistente de arranque en pendiente, las luces de cruce automáticas, el sistema de aparcamiento Park Assist y, como guinda de la lista opcional, un chasis con amortiguación adaptativa DCC.
La siguiente revolución del compacto alemán fue radical pero invisible, ya que se encontraba escondida en su propia estructura. El Golf de séptima generación de 2012 fue el primero en desarrollarse sobre la plataforma modular MQB del grupo Volkswagen. Esto permitió aligerar drásticamente su peso, a pesar de alcanzar ya un tamaño considerable para un compacto de corte clásico (4,25 metros).
Además, la nueva tecnología permitió desde entonces electrificar la mecánica del modelo con una variante GTE híbrida enchufable y otra 100% eléctrica, llamada e-Golf.
A punto de cumplir medio siglo
El Golf actual fue presentado en 2017 como el más eficiente de su historia. Además, recibió toda la tecnología necesaria para ser un coche conectado y adquirió una tecnología propia hasta entonces de categorías superiores.
Su gama se adaptó también a los nuevos tiempos con una variada oferta de motores: gasolina, diésel, microhíbrido, híbrido enchufable y eléctrico puro.
Ahora el mítico modelo, que el próximo año cumple medio siglo de existencia, se prepara para una nueva evolución. En 2024 celebrará su 50 aniversario con una puesta al día de diseño, incidiendo en su faceta más deportiva, y una revisión del chasis destinada a conservar la superioridad dinámica que siempre lo han caracterizado.
Y como es tradición, en su catálogo seguirá ofreciendo las versiones más deportivas, R y GTI, que han brillado con luz propia en la gama a lo largo de los años y las diferentes generaciones.
Más adelante, el Golf dará el salto definitivo al coche eléctrico puro. Y, aunque presumiblemente se siga llamando Golf, se integrará por definición en la gama ID de coches 100% eléctricos de Volkswagen. Sin embargo, será una transición sin marcha atrás que se producirá a finales de esta década.
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