Hasta ahora, varias marcas habían convocado a periodistas especializados para realizar pruebas de consumo. Pero esta es la primera vez que se hace con un coche 100% eléctrico.
El evento se ha llamado Cupra Born Challenge y es una competición en la que el ganador no es el más rápido, sino el que menos consume en una distancia y un tiempo concreto establecidos.
Cupra, una historia de éxito
Pero, antes de desgranar esta peculiar prueba, hay que recordar el éxito de la marca Cupra a nivel mundial. Y es que, desde 2018, ya ha vendido 400.000 unidades, con un aumento este año respecto a 2022 de más del 60%.
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En España, las 2.600 unidades que la firma vendió en 2020 se han transformado en casi 15.000 este año. Y solo hasta agosto, lo que también supone un aumento del 54% respecto a 2022, ha alcanzado un 2,2% de la cuota de mercado.
Entre sus modelos más demandados este año, está el Cupra Formentor, con casi 9.000 unidades, seguido del Cupra León (4.343 unidades), el Cupra Born (745 unidades) y el Cupra Ateca (380 unidades).
Cupra Born Challenge. Las reglas
Esta prueba tenía como punto de salida y de llegada el vivero especializado en cactus Desert City, muy cerca del Circuito del Jarama, en Madrid.
También hay que decir que el día de la competición, el 2 de octubre, la temperatura ambiente era de más de 30 grados a las 15.00.
El protagonista: un Cupra Born e-Boost con Battery Pack de 77 kWh y una potencia de 170 kW (231 CV). Su autonomía es de 552 kilómetros, más que suficiente para recorrer los 116 de los que constaba la prueba. Es el Born más caro de la gama, con un precio de 47.910 euros.
Los equipos estaban compuestos por dos integrantes que se turnaban al volante de forma obligatoria y aproximadamente a mitad del recorrido.
El objetivo era conseguir el menor consumo de energía, completando el recorrido en un tiempo máximo de dos horas. Superarlos suponía una penalización de 0,5 kW/h por cada minuto excedido.
El ganador sería el que completase el recorrido consumiendo menos energía. En caso de empate, ganaba el equipo que hubiera completado el recorrido en menos tiempo.
En marcha
Y aquí vienen los secretos para consumir lo menos posible, sobre todo, en este coche 100% eléctrico. Por eso y por esta peculiaridad, los elementos eléctricos del coche no esenciales deben estar desconectados.
Entre ellos, el climatizador o el sistema de infoentretenimiento. Y con el primero apagado y las ventanillas cerradas (abiertas reducen la aerodinámica y aumentan el consumo), el sudor fue otro gran protagonista. Evidentemente, para reducir el consumo, esta medida es bastante radical, pero esto era una competición y había que darlo todo.
En cuanto a la conducción en sí, suavidad, suavidad y suavidad. Con el acelerador, con el freno, con las trazadas, con todo. Ser lo más suave posible con los pedales garantiza que el consumo no se dispare.
Aprovechar cualquier bajada para aumentar la velocidad, sobre todo si le seguía un repecho, era también fundamental.
Con todo, el consumo conseguido finalmente fue de 13,09 kWh/100 km, muy por debajo del homologado para este coche, de entre 15,7 y 17,5 kWh cada 100 kilómetros. En este recorrido, y en casi las dos horas de margen, la velocidad media fue cercana a los 58 km/h y se consumió un 17% de la batería. La autonomía se redujo en solo 41 kilómetros, a pesar de que el recorrido era de casi 120 kilómetros.
Y, con esto, se consiguió un segundo puesto de ocho participantes, de los que el vencedor consiguió un increíble consumo de 12,32 kWh/100 km.
Para la próxima, habrá que sudar un poco más.
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Periodista especializado en motor desde hace más de 20 años, ha trabajado en diferentes gabinetes de prensa (Federación Española de Automovilismo o Circuito del Jarama) y medios especializados (Motor 16, Marca Motor o Auto Bild). Apasionado de coches, motos y, ahora también, de los cacharros con alas.