La verdad sobre la autonomía de los coches eléctricos: estos son los que más kilómetros hacen

Una de las razones que más dudas genera entre los potenciales compradores de coches eléctricos es la autonomía real y el tiempo que tardan en recargarse. Aunque los avances tecnológicos han sido notables en los últimos años, sigue existiendo cierta desconfianza sobre si estos vehículos podrán cubrir los trayectos diarios sin contratiempos o si habrá suficientes puntos de recarga rápidos y accesibles en el camino.

Esta incertidumbre continúa siendo un factor determinante a la hora de optar por un modelo eléctrico frente a uno híbrido o de combustión. Por ello, disponer de datos reales sobre su comportamiento en carretera resulta clave para tomar una decisión informada.

No todas las cifras de autonomía que publican los fabricantes coinciden con lo que sucede en la vida real. Para comprobarlo, el Club del Automóvil de Noruega ha puesto a prueba 27 coches eléctricos en condiciones reales de conducción: carreteras secundarias, velocidades medias de 70 km/h y tramos de autopista. El objetivo: ver cuántos kilómetros puede recorrer cada modelo hasta que se agota por completo la batería. De esos 27, se han destacado los resultados de 15 modelos clave.

Resultados sorprendentes

El gran ganador ha sido el Lucid Air, con 829 kilómetros reales entre cargas, aunque sufre una importante caída respecto a la autonomía oficial WLTP: nada menos que 131 kilómetros menos. En cambio, el Tesla Model Y y el Zeekr 7X no solo brillan por su rendimiento, sino que superan las cifras homologadas. El Model Y, por ejemplo, logró 652 kilómetros reales frente a los 582 kilómetros WLTP, una mejora de 66 kilómetros.

Otros modelos que también han sorprendido positivamente han sido el BYD Tang (+42 kilómetros), el MG S5 (+27 kilómetros) y el Polestar 4 (+27 kilómetros). En total, cinco coches con tecnología china se han colado entre los diez primeros en rendimiento real.

Los que peor se han comportado

En el otro extremo de la lista, varios modelos europeos y coreanos han quedado por debajo de lo esperado. El Kia EV3 pierde 17 kilómetros respecto a su autonomía oficial, mientras que el Volvo EX90 cae 32 kilómetros. Los estadounidenses tampoco se libran: el Ford Explorer y el Cadillac Lyriq (no incluido entre los 15 destacados) también bajan sus cifras reales frente a las WLTP. En estos casos, las diferencias pueden parecer pequeñas en términos absolutos, pero cobran relevancia cuando el conductor depende de cada kilómetro para llegar a su destino sin imprevistos.

Además, estas desviaciones generan desconfianza entre los usuarios, sobre todo en viajes largos o en zonas con escasa infraestructura de carga. Es precisamente en esas circunstancias donde la autonomía prometida debe ajustarse lo más posible a la realidad. De lo contrario, la experiencia de uso puede verse comprometida desde el primer día.

No agotar la batería

Un detalle importante a tener en cuenta es que, en esta prueba, los vehículos no se llevaron hasta el 0% de batería, sino que el test finalizaba en el momento en que el coche empezaba a perder potencia o mostraba signos evidentes de limitación de rendimiento, como la activación del conocido “modo tortuga”. Los expertos insisten en que no es recomendable apurar la batería hasta agotarla por completo, ya que hacerlo de forma habitual puede afectar negativamente a la salud del sistema eléctrico y dejar al conductor tirado sin posibilidad de llegar a un punto de carga.

Por tanto, la autonomía útil real de un coche eléctrico no debería calcularse basándose en el total teórico que marca la homologación, sino estimando una reserva de seguridad de entre el 10 y el 20%. Es decir, en condiciones reales, conviene planificar los desplazamientos sabiendo que los últimos kilómetros de autonomía no deberían utilizarse, salvo en situaciones excepcionales.