El coche eléctrico sigue imparable su progresión a nivel mundial y mes a mes supera récords de ventas en la mayoría de los países industrializados. Y entre ellos se encuentra España, donde la venta de este tipo de vehículos ha crecido un 74% en el primer semestre del año, registrando en ese periodo un total de 25.562 matriculaciones de turismos a batería.
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Pero el desarrollo del coche eléctrico está irremediablemente supeditado a su sostenibilidad. Para sustituir a los vehículos tradicionales salvaguardando el medio ambiente, los coches de cero emisiones deben cumplir con unos estrictos ciclos energéticos y de reciclado.
Seis millones de toneladas
Así, la electricidad que los anima debería ser siempre de origen renovable y el proceso industrial en la fabricación de baterías tendrá que seguir un esquema circular para reaprovechar al máximo sus valiosos y contaminantes componentes.
Y es precisamente en el reciclado de las baterías, verdadero corazón del coche eléctrico, donde ha surgido un nuevo problema que podría ralentizar el progreso de este tipo de vehículos.
Un reciente estudio publicado por la consultora PwC pone de manifiesto que en 2040 la industria europea deberá reciclar nada menos que seis millones de toneladas de baterías de automóvil desechadas. Y las inversiones que el sector privado debería invertir para tal fin de aquí a 2030 se elevarían a los 2.000 millones de euros.
Por el momento, las reglamentaciones de la UE van muy por delante y ya prevén medidas al respecto como un pasaporte que certificará y acompañará a cada batería desde su origen hasta el fin de su vida y, por otro lado, la obligatoriedad de reciclar la casi totalidad de sus componentes.
La clave será alcanzar la rentabilidad
Unas exigencias legislativas que contrastan con la realidad actual en el campo del reciclaje, ya que es un proyecto que se encuentra todavía en una fase embrionaria. La progresión del coche eléctrico en Europa va a generar en los próximos años un incremento exponencial de las baterías agotadas y para el cual la industria no estaría aún preparada.
No obstante, ya se encuentran en marcha importantes iniciativas por parte de fabricantes como Renault, Volkswagen o Bosch, aunque todavía lejos de ser suficientes para las necesidades que se avecinan a medio plazo, según las previsiones de PwC. Como se apunta en el estudio, la clave para conseguirlo será alcanzar la rentabilidad suficiente en las empresas filiales que se dediquen a reciclar este componente, que ahora se ha convertido en esencial para el sector.
Cuando el volumen de baterías recicladas aumente y se apliquen los planes de economía circular trazados por la UE, el reaprovechamiento de sus componentes para fabricar otras nuevas podría llegar a cubrir el 30% de la demanda de litio, cobalto y níquel.
Entonces, los efectos beneficiosos derivados para la industria serían dobles. Por un lado, el reciclado de las baterías y el aprovechamiento de sus componentes abarataría significativamente su coste haciendo a los coches eléctricos más asequibles. Y, por otro, la industria europea disminuiría su dependencia de los países asiáticos, que son por ahora los principales actores en este escenario.
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Cuatro décadas informando sobre el mundo del motor y probando coches de todas las categorías. Después de trabajar en diversos medios especializados (Velocidad, Auto1, Solo Auto, Motor 16, Car and Driver, EcoMotor...), ahora en Prisa Media para seguir cubriendo la actualidad en plena revolución tecnológica del automóvil.