El espacio de carga de un automóvil suele ser uno de los factores que inclina la compra entre los diferentes modelos del mercado. Cuando un usuario encara la adquisición de un coche, el espacio del maletero decanta la elección, ya que este elemento suele ser clave a la hora de encarar viajes por carretera.
La realidad es que colocar los objetos en el baúl del automóvil se convierte en la forma más segura de transportar los enseres. En la actualidad, en los coches nuevos y dependiendo al segmento al que pertenezcan, existe un gran abanico de capacidad. Así, los modelos urbanos ofrecen desde los 220 hasta los 250 litros de amplitud.
En el otro lado de la balanza, se encuentran los familiares del segmento E, que se mueven entre los 570 y los 640 litros de capacidad. Las carrocerías que más demanda tienen en la actualidad, los SUV, se mueven entre los 375 litros de los modelos más pequeños y los 800 litros de los ejemplares más grandes. Así, para conseguir mayor volumen de carga de una manera muy sencilla, se debe recurrir a las bacas.
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Lo que dice la normativa
Si no se cuenta con suficiente espacio en el maletero, no se debe recurrir a los asientos posteriores para transportar el equipaje y otros objetos. Según la Dirección General de Tráfico (DGT), en un frenazo y por efecto de la inercia, cualquier objeto que viaje suelto en la parte trasera del vehículo multiplica su peso por 40 cuando se circula a 50 km/h.
El artículo 14 del Reglamento General de Circulación es claro: “La carga transportada en un vehículo, así como los accesorios que se utilicen para su acondicionamiento o protección, deben estar dispuestos y, si fuera necesario, sujetos de tal forma que no puedan: arrastrar, caer total o parcialmente o desplazarse de manera peligrosa”. Su incumplimiento acarrea una multa de hasta 200 euros.
Además, a la hora de instalar unas barras portaequipajes, hay que tener en cuenta que no se debe de sobrepasar la masa máxima autorizada (MMA). De media, las bacas soportan un peso máximo de 100 kilos. Aunque suele venir especificado por el fabricante. Así mismo, no debe sobresalir más del 10% de la longitud del vehículo o un 15% si es indivisible. Si fuera necesario, se debe montar la señal V-20.
Tipos de bacas y anclajes
La baca o portaequipajes es un sistema de barras transversales o longitudinales que se suelen colocar sobre el techo de un vehículo para llevar carga. Algunas versiones se montan en la parte trasera de los automóviles en lugar de en el techo y su principal fortaleza es que ofrecen menos resistencia al viento.
De entrada, no todos los portaequipajes se pueden usar en cualquier modelo. Cada marca suele recurrir a un tipo de sistema propio para tal menester, por lo se deberá instalar la que corresponda. Estas son las opciones más destacadas del mercado:
- Railes sin elevación: las barras se disponen en el lateral del coche de forma longitudinal pegadas al techo.
- Railes con elevación: mismo sistema que las anteriores, pero sí que cuentan con algo de espacio entre el techo y las barras. Las montan los todoterrenos y monovolúmenes.
- Puntos de fijación: se recurre a cuatro lengüetas distribuidas sobre las esquinas del techo. La baca se ancla a cada una de estas solapas.
- Perfil en T: la menos usada por los fabricantes. Disponen de un hueco con forma de T donde se ancla la baca.
- Techo con vierteaguas: fue el sistema más empleado en los coches antiguos. La baca se instalaba directamente en un carril en los laterales del techo.
Conducción con portaequipajes
Aunque las bacas resuelven los problemas de espacio de los automóviles, a la hora de circular con ellas se deben considerar una serie de aspectos para que no se vea comprometida la seguridad. Los más importantes son los siguientes:
- Aerodinámica: las bacas elevan el centro de gravedad, por lo que modifican el comportamiento dinámico del vehículo. Una solución para minimizar este comportamiento es montar un cofre que reduce la resistencia al viento.
- Reducir la velocidad: al llevar carga en el techo, conducir demasiado deprisa puede hacer mella sobre la mercancía, llegando incluso a perderla. Hay que adecuar la velocidad a cada tipo de vía.
- Aumentar la distancia de seguridad: se debe dejar más espacio con el resto de automóviles, ya que cargar más peso repercute en el trabajo de la suspensión y prolonga la distancia de frenado.
- Movimientos suaves: realizar una conducción delicada y con velocidades constantes evitando grandes aceleraciones y frenazos.
- Viento: a la hora de adelantar, es necesario estar pendiente del viento lateral, puesto que puede desestabilizar el coche y provocar una salida de la vía. Así mismo, el viento en contra incidirá en la falta de aceleración y se tardará más en ejecutar el adelantamiento, con el riesgo que esto supone.
- Curvas: a la hora de negociar las curvas con un portaequipajes, el coche tenderá a inclinarse más de la cuenta provocando inestabilidad. Si no se traza de forma moderada, también se puede desplazar la carga o incluso salir despedida.
- Ruido: con el equipaje en el techo el viento incide de manera diferente, lo que provoca una mayor rumorosidad dentro del coche. Si el tipo de sonido cambia, hay que parar inmediatamente y revisar que la carga se mantiene en su sitio.
- Combustible: la mayor resistencia al viento hace que también aumente el consumo de carburante.
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Entusiasta del motor en toda su magnitud, preferiblemente los V12. Le dijeron que cuatro ruedas eran mejor que dos, por eso se compró otra moto. Claro que también le apasiona cuando van las cuatro juntas. Ha trabajado como creativo publicitario para muchas marcas de coches y motos e hizo la mili en esto de juntar letras en la editorial Luike.