¿Cómo pulir los faros del coche?: cinco trucos con productos caseros

No es necesario gastar demás para dejar los faros como nuevos. Solo bastan imples pasos a seguir con algunos productos que de seguro se tienen en el hogar.

limpiar faros coche

Debido a su ubicación en la parte delantera de los automóviles, los faros sufren notablemente, tanto por las inclemencias del tiempo como por los diferentes elementos que proyectan las vías por donde se circula. Y el desgaste continuo hace que disminuya la intensidad lumínica, poniendo en peligro a los ocupantes en condiciones de escasa luz.

Además, la gran mayoría de los faros modernos están fabricados en un material llamado policarbonato, que se compone de un grupo de termoplásticos fáciles de trabajar, moldear y termoformar. Este material se oxida, entre otras cosas, debido a la luz del sol y a los cambios de temperatura, causando opacidad y color amarillento.

La parte positiva es que este material se puede restaurar para volver a ofrecer una segunda vida a los faros del coche. Estos son los mejores trucos para lograrlo, incluyendo algo de paciencia. Si los faros están muy estropeados, probablemente no baste con una sola aplicación.

Limón y bicarbonato

Solo se necesita un recipiente en el que colocar el bicarbonato sódico. Tras cortar medio limón por la mitad, este se moja el bicarbonato y se extiende por todo el faro en círculos, repitiendo la operación las veces que sean necesarias para cubrir toda el área.

El bicarbonato reacciona con los ácidos del limón y se convierte en una receta con un amplio poder desengrasante. Tras esperar unos instantes, con la ayuda de un paño seco, se elimina toda la película de limón y bicarbonato. Si hiciera falta, se usaría agua para acabar de limpiar completamente la superficie de las ópticas.

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Limpiar los faros con vinagre

El vinagre es un excelente producto de limpieza. Los más recomendados para estos menesteres son las variedades de manzana, blanco y vino tinto. Gracias a sus propiedades es muy eficaz eliminando la grasa, la cal y las manchas difíciles de la ropa.

Solo basta calentar un vaso de vinagre, sin que llegue a hervir. Esperar a que se atempere un poco y verterlo en un recipiente con pulverizador. Si no se cuenta con uno, también se puede aplicar en el faro directamente con ayuda de un paño. Tras dejarlo actuar unos minutos, hay que quitarlo utilizando agua y jabón. Terminar con un secado con una bayeta de microfibra.

Si las ópticas estuvieran muy sucias y opacas, la mejor solución es añadir al vinagre dos cucharadas soperas de bicarbonato una vez retirado del fuego. Aplicarla mezcla con un paño de microfibra realizando movimientos circulares. Tras dejarlo actuar durante unos minutos, aclararlo con abundante agua y jabón y secarlo bien con una bayeta.

Ceniza

Aprovechar la ceniza de la chimenea para pulir y abrillantar los faros ofrece grandes resultados. No toda la ceniza es válida, porque habrá que cerciorarse de que no contiene restos de madera y otras partículas que puedan rallar las ópticas. Lo ideal es usar únicamente la ceniza que esté compuesta de un polvo fino y sin impurezas. 

Tras seleccionarla, se debe de mezclar con agua hasta conseguir una pasta consistente que permita extenderla por toda la superficie con facilidad. Aplicar una buena cantidad por toda la superficie de la tulipa y dejar actuar durante un par de minutos. Después se debe retirar la pasta con una bayeta seca. Para terminar, emplear un paño húmedo frotando a fondo, ya que esto contribuirá al pulido.

Agua, jabón y lijas

Las lijas consiguen desbastar la superficie de los faros, ayudándoles a recobrar el brillo y la luminosidad. Para ello es necesario jugar con distintos gramajes de lija. Lo ideal es empezar con granulometrías de 500, pasar a la de 1.000 y terminar con un grano de 2.000.

Hay que empapar la lija con agua y trabajar con ella por la superficie del faro realizando movimientos circulares. Este sistema se va repitiendo con los diferentes granos. Posteriormente, se aplica una capa sobre la óptica de jabón líquido o en pasta. Se deja actuar unos minutos y se termina retirando el jabón con un paño húmedo.

Pasta de dientes

Aunque este método es uno de los más difundidos, no siempre funciona. Unas veces será por la superficie del policarbonato y otras por el tipo de dentífrico que se haya empleado. Lo cierto es que a unas personas les ha dado resultados sorprendentes y otras no han sido capaces de recuperar el brillo del faro. La pasta de dientes, en principio, cuenta con propiedades abrasivas perfectas para esta operación.

En primer lugar, hay que limpiar en profundidad con agua y jabón los faros para eliminar los restos de suciedad incrustada y los mosquitos. Posteriormente, se secan con un paño de microfibra que evita que se rayen.

Una vez limpios y secos, se debe de enmarcar el perímetro del faro con cinta aislante y de carrocero para prevenir que la pasta de dientes afecte a la pintura. Tras aplicar con los dedos una buena cantidad de pasta de dientes, hay que dejarla actuar durante cuatro o cinco minutos y retirar el dentífrico con ayuda de un paño humedecido en agua. Terminar con un limpiacristales y secar con el paño de microfibra.

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Rubén Pérez

Entusiasta del motor en toda su magnitud, preferiblemente los V12. Le dijeron que cuatro ruedas eran mejor que dos, por eso se compró otra moto. Claro que también le apasiona cuando van las cuatro juntas. Ha trabajado como creativo publicitario para muchas marcas de coches y motos e hizo la mili en esto de juntar letras en la editorial Luike.

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