Aunque pueda dar la impresión a simple vista, las pinturas de automóvil no son siempre compatibles entre sí. Incluso cuando parezcan ser del mismo color, varían en su tonalidad, pero también en el acabado: pueden ser mates, más o menos brillantes o metalizadas.
Por ello, cuando sea necesario repintar alguna zona de la carrocería o retocarla para eliminar los arañazos, hay que utilizar exactamente la misma pintura con la que salió de la fábrica, para evitar el riesgo de que al secarse quede desigual.
Otro supuesto es que, después de comprar un coche de segunda mano cuyo anterior dueño haya cambiado su color, se quiera devolverle el original. Además, las pinturas se degradan con el tiempo y por efecto de las inclemencias climáticas, perdiendo su lustre y el aspecto que tenían cuando el vehículo era nuevo.
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En ambos casos, lo primero que habrá que hacer será averiguar el color exacto que corresponde al vehículo en cuestión.
Para ello, cada color de los que utilizan los fabricantes en sus vehículos está definido por un código. Y saberlo será imprescindible a la hora de adquirir la pintura correcta, ya sea para pequeños retoques realizados por un particular a base de espray o en el caso de los profesionales que trabajan en talleres especializados.
Dónde buscar el código de pintura
El código de pintura es una sucesión numérica o alfabética y, en algunos casos, una mezcla de ambas. Suele encontrarse junto a otras especificaciones del vehículo en una pegatina o placa fijada en el interior de la carrocería. No obstante, su ubicación es muy variable, ya que depende de la marca e incluso del modelo concreto.
Los lugares más frecuentes donde encontrar el código de pintura del coche son el interior del capó o también en algún lugar del maletero. Y, en ocasiones, en el hueco de la rueda de repuesto.
Pero no siempre es así: hay marcas que también lo insertan en el montante de la puerta del conductor, sobre alguno de los bordes del vano donde va alojado el motor o asimismo en la superficie superior del radiador.
Colores únicos
Este código será imprescindible para acudir a los comercios especializados y adquirir la pintura requerida. Así, la podrán preparar exactamente igual que la original.
Según la envergadura de la reparación o renovación que se vaya a realizar, lo harán en pequeñas cantidades que se aplican con un pincel de retoque, o bien en spray para igualar alguna intervención en la chapa. O, si hace falta, en envases más grandes de pintura especial para aplicarla con una pistola de compresor.
En la actualidad, existen miles de colores diferentes en el catálogo de las marcas y muchos son exclusivos o únicos para vestir algunos modelos. Y el código de pintura será la única forma de saber cuál es con certeza el que corresponde al vehículo que se quiera reparar.
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