Cómo engañar al alcoholímetro y otros bulos de la carretera

El 10 de junio se celebra el Día Mundial de la Seguridad Vial, que empieza por la conducción prudente y por desterrar algunos mitos peligrosos.

absorción alcohol
No hay ningún sistema 'mágico' para engañar al alcoholímetro.

La iniciativa Visión Cero de la Comisión Europea se plantea como objetivo de gran alcance y enorme ambición “reducir prácticamente a cero el número de muertes en carretera de aquí a 2050”.  Para cumplir esa meta y concienciar a los conductores se celebra cada 10 de junio el Día Mundial de la Seguridad Vial, fecha que muchas entidades –la DGT, la Guardia Civil, numerosas fundaciones…– aprovechan para desmentir algunos bulos de sobremesa demasiado extendidos.

Que los conductores los crean y los transmitan, por lo general, contribuye a aumentar la inseguridad en la carretera y, por tanto, los accidentes y el número de fallecidos. Estos son algunos.

1. La velocidad no influye en el resultado del accidente, porque los coches actuales son más segurosFalso

Aunque es cierto que los nuevos vehículos tienen una capacidad de absorción de impactos muy superior a la los modelos antiguos, esta no resulta suficiente a determinadas velocidades. Así lo recordaba un artículo de la revista Tráfico y Seguridad Vial de la DGT, en el que se desmentían precisamente algunos mitos relacionados con los excesos al volante: “A mayor velocidad, mayor riesgo de lesión”. Siempre.

Esto es así porque, en un impacto, la energía que debe disipar un vehículo depende de la energía cinética de los objetos que intervienen en el accidente, y esta varía en función de la velocidad. La que acumula un coche a 100 km/h es un 23% superior a la que almacena a 90 km/h, por lo que la probabilidad de lesiones es mayor.

En todo caso, recordaba el artículo de la revista, “la energía cinética a disipar en un choque entre dos vehículos a 90 km/h es de 938 kilojulios […] y se considera que a partir de 700 kJ la energía cinética es superior a la que se puede absorber por los vehículos”.

2. Si voy solo y la carretera es recta, no hay riesgo por ir más rápido. Falso

Los datos salen al paso de esta afirmación. Según las cifras oficiales correspondientes a 2017, el 39% de las personas fallecidas en carreteras convencionales tuvieron un accidente sin que nadie más estuviera implicado; en casi todos los casos (367 de 398), por salidas de la vía. Por otra parte, casi 4 de cada 10 salidas de la vía que acabaron en un accidente con muertos tuvieron lugar en un tramo recto de carretera.

3. A menor velocidad, más distracciones. Sin pruebas

Hay quienes aseguran que un ritmo más lento al volante se traduce en aburrimiento y en consecuencia en distracciones y riesgo de accidente. No hay evidencias científicas que justifiquen esta afirmación. Existen estudios que sí indican lo contrario: la velocidad elevada causa fatiga y, debido al efecto túnel, reduce la información percibida por el conductor.

4. “Hago muchos kilómetros y no he sufrido ningún accidente”. Falsa percepción

Esta idea enfrenta la realidad de las estadísticas con la sensación individual de cada conductor. Todos los automovilistas que nunca han sufrido un accidente tienden a creer que no hay demasiada diferencia entre circular a 100 km/h y hacerlo a 90 km/h, especialmente en un coche nuevo. Sin embargo, cuando se considera el riesgo real de todos los conductores a la vez, las cifras dicen (como aporta un estudio del Departamento de Transporte del Reino Unido, por ejemplo) que el riesgo de morir en accidente a 96 km/h es del 92%, y del 65% a 80 km/h.

5. Si bebo solo un poco de alcohol no me afectaFalso

Por lo general, cuando una persona ha bebido infravalora los efectos del alcohol, siente una falsa seguridad en sí misma y pierde en parte su sentido de la responsabilidad. La respuesta habitual es la más peligrosa: “Yo controlo”. Y esto ocurre casi desde la primera copa de vino o de la primera cerveza.

“También con 0,15 o 0,20 gramos por litro de alcohol en sangre, aún por debajo del límite legal [0,50 g/l, salvo para profesionales y noveles, que baja a 0,30 g/l], tendrás mayor riesgo de accidente que si no has tomado nada de alcohol”, dice la DGT.

Y lo respalda la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras de Estados Unidos, país con más permisividad en los límites (0,8 g/l). Según este organismo, con solo 0,2 gramos de alcohol en sangre se produce “cierta pérdida de la capacidad de juicio, relajación, leve sensación de calor en el cuerpo y alteración del estado de ánimo», lo que se traduce al volante en “disminución de las funciones visuales” y “de la capacidad para realizar dos cosas al mismo tiempo”.

6. “Se puede engañar al alcoholímetroFalso

Muchos conductores dan por buenos algunos trucos para engañar al alcoholímetro en un control de la Guardia Civil, con una consecuencia peligrosa: no tienen reparos en ponerse al volante después de haber bebido, porque lo que les importa no es la seguridad, sino la posibilidad de librarse de una multa. Y no es así: ni el café ni los caramelos ni ningún medicamento disimulan los niveles de alcoholemia.

7. Dejar el coche en punto muerto en las pendientes ahorra combustibleFalso

Un mito que perjudica tanto al bolsillo del conductor como a su seguridad. En una cuesta abajo siempre hay que llevar una marcha engranada, porque así actúa el freno motor y no se castigan tanto los frenos, que podrían sobrecalentarse y perder eficacia.  Además, tampoco se ahorra: al circular en punto muerto, la centralita detecta que las ruedas están desacopladas e inyecta un mínimo de combustible para que el motor no se cale.

8. “Llevar las ruedas con menos presión hace que agarren másFalso

Los neumáticos deben llevar siempre la presión que indica el fabricante. No es cierto que se agarren mejor al asfalto si llevan poco aire, porque puede generar problemas de inestabilidad y desgastarse más de la cuenta o de manera irregular.

9. “Mi hijo puede ir delante, porque tiene 12 años”. Falso

Puede que un niño tenga 12 años y sea legal que viaje en el asiento delantero, pero puede que no. Depende de la altura: como recuerda la DGT, los menores de edad de estatura igual o inferior a 135 centímetros que se desplacen en vehículo, además de viajar con el sistema de retención infantil adecuado a su talla y peso, deberán ir sentados obligatoriamente en los asientos traseros de los vehículos, excepto:

  • Cuando el vehículo no disponga de asientos traseros
  • Cuando todos los asientos traseros estén ya ocupados por otros menores de las mismas características
  • Cuando no sea posible instalar en dichos asientos traseros todos los sistemas de retención infantil.

10. El cinturón de seguridad no es necesario en ciudad. Falso

Aparte de que ponerse el cinturón de seguridad es obligatorio en el coche en cualquier circunstancia, “a tan solo 40 km/h, un golpe frontal puede ser mortal, porque la cabeza impactaría contra la luneta delantera. Además, a 50 km/h una persona de 70 kilos se precipita hacia delante con un peso de más de 3.000 kilos”, según recuerda la DGT. Un informe del RACE recuerda que, sin cinturón, las posibilidades de muerte se incrementan en un 300% y las de padecer lesiones medulares, en un 1300%.

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