El aumento del precio de los combustibles ha provocado que los conductores quieran aprovechar al máximo el carburante. Y ante los problemas de desabastecimiento en algunas gasolineras, muchos al repostar apuran al máximo la capacidad del depósito. ¿Es malo llenarlo a tope?
La respuesta es que no. Siempre que se tenga cuidado en no rebasar la boca y provocar un derramamiento inútil de combustible en la gasolinera. Un incidente que, además de ser peligroso, deberá ser notificado de inmediato a los responsables de la estación de servicio.
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La capacidad del depósito está calculada para contener combustible hasta el tubo por donde se llena y los vehículos modernos equipan sistemas para evitar cualquier peligro. Un rebosadero en la boca de carga garantiza la evacuación del combustible sobrante y el tapón se encarga de sellar herméticamente el tanque.
Además, una válvula de seguridad evita que se forme una presión excesiva de los gases que se evaporan en el aire contenido en su interior. En ocasiones, y cuando el depósito está muy vacío se notan al salir expulsados tras abrir el tapón.
Evitar que se forme espuma en el conducto de llenado
Sin embargo, al realizar la operación de repostaje, tanto de gasolina como gasóleo, se pueden poner en práctica algunos consejos que ayudarán a mejorar el llenado. Y así, de paso, aprovechar mejor el combustible e incluso gastar un poco menos a la larga.
El primero es no apurar hasta el último momento y no esperar a que se encienda la reserva para visitar la gasolinera. Lo mejor es hacerlo cuando el aforador baja por debajo de la mitad de la capacidad y la razón es que cuanto más vacío esté el depósito, más combustible se evaporará en su interior. Una cantidad gasificada de combustible que, aunque muy pequeña, se perderá por la válvula de seguridad o en el momento de abrir el tapón. Y esta práctica también ayudará, sobre todo en los coches diésel, a que no se acumulen depósitos de impurezas en el fondo.
A qué velocidad llenar el depósito
El boquerel del surtidor regula el paso del combustible y dispone por lo general de diferentes velocidades de llenado, según la fuerza con la que se presione la maneta. Cuando el depósito está casi vacío, es mejor utilizar la más rápida para no alargar innecesariamente el tiempo de llenado.
A medida que el nivel se va acercando al máximo, es mejor terminar el repostaje más despacio para evitar que por la presión se forme espuma en el conducto. Esto impide el llenado completo del depósito y al tiempo produce una excesiva evaporación.
Además, si se quiere aprovechar la capacidad disponible para garantizar la máxima autonomía, es mejor terminar el llenado con precaución. De este modo, se evita que el combustible se derrame por el rebosadero o por la propia boca de carga.
También hay que recordar que de poco o nada servirá lo anterior si no se conduce de una manera eficiente. Respetar los límites de velocidad, evitar aceleraciones bruscos, no abusar del aire acondicionado, verificar la correcta presión de los neumáticos y mantener en buen estado la mecánica serán las claves para reducir los consumos y que se note en el bolsillo.
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