Hay personas que son especialmente sensibles a los olores, sobre todo si son fuertes o desagradables, y el coche es un territorio delicado. Allí se acumulan aromas con orígenes diversos: polución exterior, restos de comida, olor a tabaco, olor a sudor…
Y esta atmósfera agobiante puede ser perjudicial tanto para la conducción como para la convivencia.
¿Cómo evitar los malos olores?
Antes de acabar con los malos olores es mejor aprender a evitarlos. Y por eso, fumar, comer y beber, mejor antes de subir. Los trozos de comida y las gotas de bebida se meten por las rendijas o se quedan para siempre en la tapicería y, al igual que pasa con los restos de basura, terminan oliendo muy mal.
Del tabaco mejor ni hablar: es fácil reconocer cómo huele el coche de un fumador y un no fumador lo pasa mal en este ambiente.
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¿Y los animales y niños?
Los niños y los animales no aparecen juntos porque sean iguales, sino porque ambos son susceptibles de manchar (sin querer) el coche con determinados fluidos que huelen realmente mal: vómitos, pis, babas…
Se pueden colocar trapos, telas o toallas que, si se manchan, se retiran y se lavan más fácilmente que la tapicería o las alfombrillas del coche. Conviene limpiar la funda de la sillita del bebé cada poco tiempo, porque en ella sí que se quedan restos y manchas que terminan oliendo.
Tampoco es una buena idea convertir el coche en una papelera o un basurero acumulando papeles de chicles, envoltorios de bollos o pañuelos de papel usado. Hay que sacarlos cada vez que se sale del coche, sobre todo las colillas del cenicero. De lo contrario, será imposible que huela bien.
Y cambiar los filtros de aire y polen periódicamente hace que el aire circule perfectamente y te ayude a mantener la frescura en el habitáculo.
Cómo eliminar los ‘aromas’ desagradables
La limpieza es el camino. Primero hay que usar el aspirador, y después un trapo o bayeta, jabón neutro y suave para dar un buen repaso a todo el interior. Con suavizante o vinagre blanco diluido con agua a partes iguales, se obtiene muy buenos resultados y además desaparece el mal olor.
También se puede rociar un poco de bicarbonato en la moqueta, alfombrillas y en la tapicería. Hay que dejarlo durante unas horas para que absorba bien el mal olor y después recogerlo con el aspirador.
Por cierto, la bayeta se debe limpiar y enjuagar frecuentemente con agua limpia. Si no, en lugar de limpiar las superficies, el mal olor se extenderá. Este es un error que se comete muy a menudo.
Mostaza y carbón, otro truco
Rociar mostaza en grano o molida mezclada con agua servirá para quitar el mal olor de las tapicerías. También funciona poner un trozo de carbón vegetal para absorber los olores, al igual que se hace en los frigoríficos.
Para el caso de vómitos u orines de niños y mascotas, lo primero es quitar lo más gordo cuanto antes y lavarlo con agua y jabón, porque el ácido de estos fluidos actúa con fuerza y rápidamente.
El maletero es la parte que nunca se limpia (de hecho, ni en los servicio de limpieza, a no ser que se pida aparte). Sin embargo, también acumula olores.
Cómo hacer que el coche huela bien
Una vez que está el coche limpio, es hora de perfumarlo. Se pueden usar los ambientadores que venden en las gasolineras (y que huelen como una factoría de productos químicos) o bien pasar a las soluciones caseras.
Así que, si se tiene un poco de habilidad, con colonia o un frasquito de aceite esencial de aromas naturales es fácil hacer un ambientador. Una propuesta es recortar un cartón con la forma que se desee e impregnarlo con la esencia, y después colgarlo en el retrovisor, siempre que no entorpezca la visión.
El truco de la pinza de ropa
Una opción mucho más sencilla es utilizar una pinza de la ropa de madera impregnada y ponerla directamente en la salida del aire para que reparta bien el aroma.
Más sofisticado es fabricarse un ambientador de colgar como los que venden en las tiendas.
Hierbas aromáticas
El mundo natural también puede ayudar: salvia, tomillo, canela en rama, romero, lavanda o cualquier otra hierba aromática sirven para perfumar, y se pueden poner en saquitos de tela para que vayan desprendiendo su olor. También se pueden poner romero seco o semillas de espliego en el cenicero, y así al apagar el cigarrillo se queman y desprenden su aroma.
Otro truco para que el coche huela bien es poner pequeños recipientes con un poquito de suavizante para la ropa bajo los asientos; el aroma irá ocupando agradablemente el habitáculo. Sirve también poner cáscaras de cítricos o café.
En caso de que haya vomitado alguien, una buena solución es hervir clavos (la especia) y dejarlos en un recipiente dentro del coche, ya que absorbe rápidamente el mal olor. Poner una manzana o un membrillo bajo los asientos también ofrece un agradable y sutil aroma. Solo hay que tener cuidado de reemplazar la pieza de fruta cuando empieza a estropearse.
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