El pasado año 2022 terminó con un parque de turismos en España con una media de casi 14 años de antigüedad. Y, evidentemente, a mayor edad de un vehículo, más posibilidades hay de sufrir averías.
Si a este mayor desgaste provocado por la edad se le suma un mantenimiento menos riguroso, según se acumulan los años y los kilómetros en el coche, ese porcentaje de averías puede elevarse. Y poner en riesgo, sobre todo, los largos desplazamientos, que es donde más se le exige a todos los componentes mecánicos.
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Y es que un mantenimiento adecuado cobra especial importancia en los vehículos más antiguos y resulta casi más importante que la edad de los mismos. Así por ejemplo, y según un estudio de la Fundación Línea Directa, el 50% de los vehículos que pasan la ITV tienen defectos en la primera inspección y uno de cada cinco presenta deficiencias graves o muy graves.
Además, este estudio también revela la significativa caída que ha sufrido el gasto en mantenimiento, pasando de una media anual de 625 euros a solo 497, es decir, un 20% menos. Esto redunda en que en la ITV los coches con más edad cada vez muestren más defectos.
Para que el vehículo dure más años y lo haga en buenas condiciones, es conveniente revisar con cierta asiduidad algunos elementos clave.
Revisar los neumáticos
Los neumáticos son los grandes olvidados de los coches más antiguos. Su coste hace que el cambio se vaya alargando unos kilómetros que pueden llegar a resultar muy muy peligrosos.
Y es que la unión entre el coche y la carretera depende del estado de los neumáticos, por lo que hay que revisar de forma asidua la presión y el desgaste, así como la edad de las cubiertas. Aquí están todas las claves para controlarlos y elegir las mejores gomas nuevas.
Frenos
Lo principal a vigilar es el líquido de frenos, que debe estar entre el mínimo y el máximo. Además, las pastillas delanteras tienen un mayor desgaste que las traseras, ya que, al frenar, el peso se traslada al eje delantero.
También es muy importante que este sistema, fundamental para la seguridad, sea revisado por un especialista al menos una vez al año.
Amortiguadores
Junto con los neumáticos y los frenos, los amortiguadores también son importantes para la seguridad. Permiten mantener la estabilidad del coche, absorber las irregularidades del terreno y frenar con eficacia y en menos metros. Su desgaste no se aprecia a simple vista, así que convendría revisarlos cada 20.000 kilómetros aproximadamente.
Correa de distribución
Una avería en la correa de distribución puede dar al traste con el motor entero y el coste de la reparación puede ascender a varios miles de euros.
Por ello, su mantenimiento es esencial, y se recomienda una revisión entre los 80.000 y los 100.000 kilómetros. Algunos kits incluyen la bomba de agua; si es así (ocurre cada vez en más modelos), se suele hacer el cambio o la revisión conjuntamente. El precio de cambiar estos elementos conjuntamente suele rondar los 500 o 600 euros.
Aceite
Es uno de los elementos más importantes en cuanto al mantenimiento del vehículo, ya que se encarga de lubricar el motor y el rozamiento de muchas de sus partes.
El aceite se ensucia y pierde propiedades, y más allá de 15.000 kilómetros ya no rinde como debería. Esto vale como norma general, por supuesto: hay fabricantes que recomiendan los cambios cada 10.000 kilómetros y otros cada 30.000.
Sin embargo, todos coincidirán en algo: al mismo tiempo debe sustituirse el filtro, ya que en él se acumulan las impurezas en forma de virutas metálicas. Además, el aceite viejo pierde, con el tiempo, la densidad indicada para el motor.
Filtros
Hay varios filtros susceptibles de revisión y mantenimiento. El del polen es casi el más sencillo de todos y se esconde, normalmente, detrás del fondo de la guantera. Es conveniente revisarlo y cambiarlo cada año o cada 10.000 kilómetros o antes si el coche circula en un entorno con mucha contaminación.
El filtro de aire garantiza que el que llega al motor no contiene impurezas, para que la combustión se haga en condiciones óptimas. Conviene cambiarlo cada 15.000 kilómetros, aproximadamente.
El filtro de combustible es el encargado de quedarse con las impurezas antes de que lleguen al motor. Debe cambiarse entre los 40.000 y los 80.000 kilómetros en los gasolina y entre los 30.000 y los 60.000 kilómetros en los coches diésel.
Sistema de escape y catalizadores
Los sistemas de escape tienen una doble misión: reducir las emisiones contaminantes y amortiguar el ruido del motor. Hay que tener en cuenta que los catalizadores dejan de cubrir su función protectora del medio ambiente aproximadamente a los 80.000 kilómetros.
Por eso, no estaría de más efectuar una revisión de este sistema en un taller especializado a partir de los 60.000 kilómetros.
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Periodista especializado en motor desde hace más de 20 años, ha trabajado en diferentes gabinetes de prensa (Federación Española de Automovilismo o Circuito del Jarama) y medios especializados (Motor 16, Marca Motor o Auto Bild). Apasionado de coches, motos y, ahora también, de los cacharros con alas.