Qué son y dónde están los tramos TEFIVA de las carreteras españolas

El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana ha empezado a señalizar las vías interurbanas para evitar un tipo de siniestralidad muy concreta.

Con datos del Observatorio Nacional de Seguridad Vial, la Dirección General de Tráfico (DGT) publicó a finales de 2023 un exhaustivo informe en el que analizaba los siniestros con presencia de animales en las carreteras interurbanas, que en 2022 originaron más de medio millar de víctimas. 

Dos personas fallecieron ese año por esta causa en las vías competencia de la DGT (salvo las de Cataluña y el País Vasco). En los 505 accidentes con víctimas, otras 35 personas resultaron hospitalizadas y 637 sufrieron heridas de mayor o menor gravedad, pero no requirieron ingreso.

En total, se produjeron 35.661 siniestros con daños en los vehículos en los que estuvieron implicados animales, el doble que en 2013. A pesar de los intentos de solución, el número de atropellos de animales crece y sigue produciendo lesiones graves y mortales. Este tipo de siniestralidad vial, reconoce Tráfico, “plantea desafíos importantes en términos de prevención y mitigación”.

Desde otro punto de vista, las compañías aseguradoras comparten la preocupación. Entre 2017 y 2021, Línea Directa registró 11.400 incidentes con animales entre sus clientes. Son siniestros graves, complejos y muy habituales en algunas zonas: en Soria, representan el 9% de los partes al seguro. 

Accidentes con animales en carreteras convencionales

Los accidentes se producen sobre todo de noche (61%), en zonas rurales, los fines de semana y, con mayor frecuencia, en otoño (34%), relata la aseguradora en un extenso análisis. Los implicados más comunes son los jabalíes y perros.

Dos de cada tres siniestros suceden en carreteras convencionales (64%), pero en los cinco años analizados se triplicaron en las zonas urbanas respecto al lustro anterior; en ellas se registraron un 22% de los casos.

Esta preocupación alcanza a la Dirección General de Carreteras (DGC), que gestiona los más de 26.400 kilómetros de la red estatal dependiente del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. De acuerdo con los partes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, los accidentes con implicación de animales tienen una baja representatividad (menos del 1%), pero Carreteras confirma que este tipo de siniestralidad “ha ido aumentando durante los últimos años”. 

Pasos de fauna y desbroce en los arcenes

Con el objetivo de minimizar el riesgo, el organismo ha apostado por acciones como la construcción de pasos de fauna, el vallado de las márgenes de las autovías y autopistas y, además, el despeje o desbroce de los márgenes de las vías convencionales para ayudar a detectar la posible presencia o irrupción de animales.

A juicio de la DGC, sin embargo, estas medidas no deben aplicarse en toda la red, sino en aquellas zonas donde se ha comprobado un “paso frecuente de animales” que puede causar “accidentes de circulación con drásticas consecuencias”. Así, a la vista de los datos policiales disponibles y de los informes de los servicios de conservación, el organismo ha identificado los tramos con especial frecuencia de incidentes viales con implicación de animales (TEFIVA).

Lo que el MITMA llama “incidentes viales” incluye atropellos de animales o siniestros con intervención de animales. Y no solo se consideran accidentes con víctimas, sino también aquellos con daños materiales en los que existe constancia de que estuvo implicado un animal de una u otra forma.

Cómo son los tramos TEFIVA

Con estas premisas, Carreteras considera tramos TEFIVA aquellos con una longitud mínima de un kilómetro “en los que en los últimos cinco años se han registrado al menos 10 incidentes relacionados con fauna de cierto tamaño y alguno de ellos haya ocasionado un accidente con víctimas”, dice el ministerio.

Como resultado, se han identificado un total de 150 tramos que comprenden una longitud global de 205,1 kilómetros. No obstante, aquellos muy próximos entre sí están agrupados a efectos de su señalización, por lo que resultan 136 tramos con una longitud algo superior a los 216 kilómetros. De cualquier modo, esto supone, según cálculos del MITMA, el 0,8% de la red estatal. En esa longitud mínima, sin embargo, se concentra el 21% de los siniestros con víctimas con implicación de animales. 

Señal P-24 con focos en los vértices. | Traffic Futura

Estos tramos están recogidos en la web del ministerio e indicados sobre el asfalto con la señal específica P-24, que advierte del peligro por la presencia de animales sueltos. Una placa complementaria informa de la longitud afectada para que los conductores puedan “tomar las debidas precauciones”, generaliza el ministerio. 

Durante las horas nocturnas y el crepúsculo, los focos colocados en los vértices de la P-24 destellan para llamar más la atención, y en aquellos tramos con dos o más kilómetros de distancia se añade señalización intermedia (sin focos) a modo de recordatorio.

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