De mal en peor. El conocimiento de los riegos de la utilización de dispositivos móviles durante la conducción es cada día superior; sin embargo, estos comportamientos al volante lejos de reducirse se incrementan. Es una de las conclusiones de la sexta entrega anual del ‘Informe de distracciones’ promovido por el Real Automóvil Club de España (RACE), BP y Castrol, que recoge un dato altamente preocupante: mientras que en 2014 sólo el 0,5% de los conductores españoles reconocía utilizar el móvil para consultar sus redes sociales, en 2019 este porcentaje se ha elevado hasta el 12%.
Y no es el único hábito peligroso que va en aumento. Crecen también los automovilistas que hacen fotos mientras circulan (12% frente al 1% de hace un lustro) y el de los que pueden llegar a distraerse manipulando el móvil como navegador mientras conducen (pasando del 7,7% al 25% durante este periodo). Fruto de todo ello, unos 530.000 automovilistas reconocen haber sufrido algún tipo de percance o incluso un accidente a causa de una distracción.
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Según las conclusiones del RACE, el aumento de estos hábitos se debe en parte a la incorporación a la conducción de jóvenes entre 18 y 24 años, que hace un lustro eran niños y adolescente. Una generación habituada al uso constante de los teléfonos inteligentes y que parece no renunciar a hacerlo ni tan siquiera cuando se ponen al volante. Frente al mencionado 12% de conductores que admite utilizar las redes sociales mientras realizan esta función, en la franja de edad del acceso al permiso de conducir esa cifra se eleva hasta el 17%.
El estudio también detalla los usos más frecuentes que los automovilistas dan a sus dispositivos móviles, todos ellos mediante una manipulación de los mismos que puede desembocar en distracciones fatales. Centrándonos en actividades frecuentes (también se ha preguntado a los encuestados si en alguna ocasión las han realizado), el 31% utiliza su smartphone para escuchar música; el 25% recurre a las aplicaciones de navegación; el 19% lee e incluso envía mensajes de WhatsApp; el 13% atiende a su correo electrónico; el 12% hace fotos o vídeos y el mismo porcentaje consulta sus redes sociales.
De hecho, la práctica que podría parecer más frecuente y también la menos peligrosa (aunque igualmente puede ser fuente de distracciones), como es el hacer o contestar llamadas telefónicas, se queda en un 14% y con un incremento de dos puntos porcentuales respecto a la primera oleada del estudio en 2014.
El fenómeno, por si fuera poco, se está extendiendo a nuevas fórmulas de movilidad urbana, como los patinetes y bicicletas. El 10% de los usuarios encuestados admite utilizar el móvil mientras maneja estos vehículos, siendo los más proclives a ellos quienes circulan sobre bicicletas no eléctricas (11%) y los menos aquéllos que se mueven en patinetes eléctricos (2%).
Estos porcentajes podrían parecer en cierto modo contenidos y lo cierto es que la percepción del resto de los integrantes del tráfico así lo confirma: uno de cada cuatro de los encuestados declaró haber visto en muchas ocasiones a los usuarios de estos vehículos alternativos utilizando el móvil en sus desplazamientos, bien hablando sin dispositivos manos libres o tecleando en sus pantallas. Un porcentaje que se dispara hasta el 51% cuando se refiere al uso prohibido de auriculares durante la conducción.
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