La razón por la que ningún conductor debería plegar los retrovisores del coche

Los modelos más modernos, se cierran solos cuando el conductor aparca y apaga el contacto del vehículo.

retrovisor
Algunos coches cierran, automáticamente, los retrovisores exteriores al apagarse. | Getty

El mundo del motor vive un constante proceso de crecimiento y evolución, que trae consigo continuas actualizaciones. Una de ellas fue, en su momento, el cierre automático de los retrovisores. Un avance que, aunque no lo parezca, tiene una cara B.

El crecimiento de la tecnología a bordo y el desarrollo de nuevas fórmulas sirve para perfeccionar los mecanismos y dispositivos de los coches. Algo que facilita la conducción y la ejecución de determinadas maniobras. Sin embargo, algunos de estos progresos pueden dejar indefenso a un coche.

Es lo que ocurre con el cierre automático de los retrovisores exteriores. En muchos coches, estos espejos se pliegan solos cuando el conductor aparca el coche y lo apaga. Existe, además, un botón para hacerlo cuando convenga: por ejemplo, a la hora de aparcar si el sitio es justo o hay una columna cerca.

Recomendación: no cerrar los retrovisores

De esta manera, el volumen de la carrocería se compacta y la maniobra es más sencilla. Sin embargo, hay otros modelos, más antiguos, en los que este movimiento lo tiene que hacer el conductor: una vez fuera del vehículo, hay quien opta por cerrar los retrovisores para evitar sorpresas desagradables.

Retrovisor

Lo que muchos desconocen es que esto puede volverse en su contra. Los retrovisores abiertos hacen que, desde el punto de vista visual, la anchura del coche aumente para el resto de los conductores. De esta manera, a la hora de maniobrar, lo harán a una mayor distancia, manteniendo a salvo la carrocería del vehículo aparcado.

El truco del retrovisor para aparcar

En este sentido, existe un truco protagonizado por los retrovisores exteriores para que aparcar sea más fácil y seguro para las llantas. Consiste en regular el espejo del lado en el que se va a estacionar.

Algunos modelos lo hacen de manera automática al meter la marcha atrás, bajando el retrovisor del lado que se haya indicado con el intermitente. Si no, hay que hacerlo de forma manual seleccionando el espejo correspondiente y bajándolo hasta que se vea la acera para no rozar las llantas con ella.

Es cierto que se pierden otras referencias, pero siempre se podrá detener el coche, volver a subir el retrovisor y colocarlo en su sitio o donde más convenga en cada momento.

aparcar

Retrovisores y multas

Cabe recordar que en los turismos y en los vehículos de hasta nueve plazas, únicamente son obligatorios el retrovisor izquierdo y el interior. El derecho es opcional.

La multa por no llevar uno de estos espejos obligatorios es de 200 euros. El mayor inconveniente es que, en función de cómo juzguen el peligro que supone un vehículo sin alguno de esos retrovisores, los agentes pueden llegar a inmovilizarlo.

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