Frío, lluvia y nieve: ocho claves para conducir en pleno temporal

Se deben comprobar los niveles de los líquidos y el estado de los neumáticos, contar con un kit de invierno básico y circular con mucha precaución.

Temporal
El menor descuido sobre la nieve puede hacer que perdamos el control del coche.

El temporal que atraviesa la Península estos días tiene a varias comunidades en alerta por frío, lluvia, nieve y, en algunos casos, oleaje y aludes. Y por la misma razón se prevén problemas en las carreteras, y de hecho algunas vías ha sido cortadas para salvar las complicaciones. Para evitar las dificultades, estos son los aspectos en los que hay que reparar antes de iniciar un viaje.

Previsión meteorológica

El paso número uno para conducir en esta época. Imprescindible, porque jugamos con ventaja si sabemos a qué nos vamos a enfrentar cuando emprendamos la marcha. No es lo mismo conducir con lluvia que enfrentarse a la nieve, así que conviene estar prevenido.

Dentro del habitáculo

A parte de tener a mano el chaleco reflectante, no estará de más viajar con otros elementos que tal vez sean necesarios en algún momento. Una manta, una linterna (y sus pilas), una espátula de plástico para rascar el hielo y un pequeño botiquín con material básico de primeros auxilios. Conviene también salir con la batería del móvil cargada; nunca sabemos cuándo el teléfono puede convertirse en una potente máquina de geolocalización.

Nivel de líquidos

El aceite y los filtros, el líquido de frenos y el anticongelante y, además, el del limpiaparabrisas. Están ahí siempre, pero conviene revisarlos antes de entrar en carretera, y más ante un temporal. Fundamental también cerciorarse de que las escobillas de los limpiaparabrisas estén en buen estado; cambiarlas es barato y se puede hacer en casa. Y, por supuesto, otra recomendación importante: emprender la marcha con el depósito lleno.

Neumáticos y cadenas

Comprobar que los neumáticos no tienen cortes y que no están cuarteados, que su dibujo no es menor de 1,6 milímetros (el mínimo permitido por ley) y que la cubierta en general está en buenas condiciones son aspectos que hay que atender siempre de iniciar cualquier viaje, aunque tal vez sea más necesario cuando se van a enfrentar a condiciones potencialmente duras. Una vez hechas las comprobaciones, hay que asegurarse de que la presión es también la adecuada (el fabricante del coche indicará el nivel adecuado en la pegatina del marco de la puerta).

En cuanto a las cadenas, es preferible aprender a colocarlas con buen tiempo y con paciencia, sin esperar a vernos sorprendidos por una situación en la que sean imprescindibles. Su colocación resulta sencilla, pero mejor practicar sin tener los dedos paralizados por el frío en pleno temporal.

Las luces

En esta época, las horas de luz se ven reducidas notablemente y conducir con niebla no es algo raro en un temporal de invierno. Por ello, habrá que optar por las luces cortas, de cruce o antiniebla, y haber revisado su estado antes de iniciar el trayecto. La recomendación habitual es cambiarlas cada dos años o cada 50.000 kilómetros.

Limpieza del vehículo

La importancia de la visión es, en esta época del año, más relevante si cabe que en otras situaciones con tiempo más favorable. Por ello, no solo el parabrisas deberá estar en perfecto estado, sino que también habrá que dedicar tiempo a eliminar cualquier elemento que reste visibilidad de los espejos y del resto de los cristales del vehículo.

Hay que hacerlo por dentro y por fuera, manteniendo el vaho bajo control y quitando cualquier rastro de hielo con una espátula de plástico y mucho mimo.

Y ya en la carretera…

Para conducir en condiciones meteorológicas desfavorables, hay que evitar los acelerones bruscos, usar marchas largas, reducir la velocidad y tocar el freno lo menos posible, y siempre con suavidad. Con climatología adversa hay que prever todo lo posible cualquier maniobra y aumentar la distancia de seguridad, ya que el recorrido de frenado se incrementa significativamente en pavimentos deslizantes.

Contra el viento, las manos firmes al volante, y con nieve, es recomendable seguir las rodaduras de los coches que han precedido al nuestro, siempre que estemos seguros de que no se han hecho placas de hielo, en cuyo caso será preferible circular sobre la nieve virgen. El consejo fundamental: que la paciencia sea una compañera más en el viaje.

No olvidemos a los motoristas

¿Cómo se debe conducir ante un temporal sobre dos ruedas? Primero, pertrechados de ropa interior térmica y, a ser posible, de paramanos; segundo, con la pantalla del casco bien despejada y sin ningún elemento que reste visión; tercero, evitando la pintura de la señalización del asfalto, por el riesgo de deslizamiento; por último, y como en el caso de cualquier conductor, extremando las precauciones.

Son muchos los detalles a los que hay que prestar atención, pero cualquier tiempo será bien invertido si se destina a ganar tranquilidad y permite que la máxima preocupación sea no pillar una gripe al llegar a nuestro destino.

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