A simple vista, todos los neumáticos parecen iguales. Redondos, negros, con dibujo. Pero esa percepción superficial puede llevar a decisiones arriesdas. En un mercado donde el precio se ha convertido en el principal factor de compra, muchos consumidores optan por neumáticos baratos sin conocer las implicaciones reales de esa elección.
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La mayoría de las decisiones se toman en el taller, en apenas unos segundos, influenciadas por el consejo del mecánico o por el coste más bajo. Sin embargo, detrás de cada neumático hay una historia de ingeniería, seguridad y compromiso. Y no todos cuentan la misma. En el caso de Michelin, no es solo goma negra: es tecnología que salva vidas.

Protección en cada metro
La seguridad es el valor más importante que puede ofrecer un neumático. Un modelo de clase A puede frenar hasta 18 metros antes que uno de clase G a 80 km/h. Esa diferencia puede evitar un accidente. Pero lo más relevante es que Michelin mantiene esa capacidad de frenado durante toda la vida útil del neumático, mientras otras marcas recomiendan cambiarlo con cuando les restan tres milímetros de dibujo.
Lo cierto, es que Michelin garantiza las prestaciones de sus productos hasta el último kilómetro, ya que, en palabras de los especialistas de la compañía francesa, “la seguridad no debería tener fecha de caducidad”.

El alto precio de lo barato
El desembarco de marcas de neumáticos bajo coste, especialmente de origen asiático, ha cambiado el panorama del mercado español. Aunque están homologados para su venta en Europa, pruebas como las del ADAC alemán han demostrado que muchos de estos modelos presentan deficiencias graves en agarre, estabilidad y precisión de dirección.
Además, los análisis de este club automovilístico, el más grande de Europa, demuestran que los neumáticos de Michelin tienen una vida útil un 28% más prolongada que los de sus rivales, lo que significa que se desgastan mucho más despacio. Adicionalmente, esas pruebas revelan que emiten un 26% menos de partículas, contribuyendo así a una conducción más limpia.
La dureza del compuesto, la falta de adherencia en mojado y el comportamiento errático en situaciones límite son solo algunos de los problemas detectados. Ahorrar unos euros puede salir caro si se compromete la seguridad de los ocupantes del vehículo y del resto de los conductores.

El valor añadido de Michelin
El 96% del impacto ambiental de un neumático ocurre durante su uso. Por eso, Michelin diseña productos con menor resistencia a la rodadura, lo que se traduce en menos consumo de combustible y menos emisiones. Además, al durar más, se fabrican y desechan menos. Es una ecuación sencilla: más duración, menos impacto.
Aunque, Michelin está tratando de cambiar las vidas de las personas que habitan planeta, ofreciendo productos diseñados para aplicaciones esenciales, no pierde el foco de los conductores. Sus neumáticos mejoran la frenada, la aceleración, la precisión en curvas y la experiencia de conducción. Y lo hacen desde el primer kilómetro hasta el último.

Elegir bien es conducir seguro
El neumático es el único punto de contacto entre el coche y la carretera. No es un accesorio, es un elemento vital de seguridad. Elegir un neumático de calidad como Michelin no es un lujo, es una inversión en tranquilidad, eficiencia y responsabilidad.
Cabe recordar que las ruedas de un coche forman parte del denominado triángulo de seguridad, que agrupa los tres componentes principales que garantizan la estabilidad, el control y la capacidad de reacción: neumáticos, frenos y amortiguadores. Por eso, la próxima vez que toque cambiar neumáticos, conviene recordar que no todos son iguales. Y que, en la carretera, cada decisión cuenta.
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