Comparativa: ¿cuál es el mejor SUV pequeño del mercado?

Skoda Kamiq, Volkswagen T-Cross, Ford Puma y Nissan Juke: cuatro todocaminos que pueden dar un buen servicio a parejas jóvenes y también mayores.

De izquierda a derecha, Ford Puma, Skoda Kamiq, Nissa Juke y Volkswagen T-Cross. | Enrique Brooking

A primera vista pueden parecer coches para familias jóvenes con uno o dos niños. Pero en la práctica los SUV pequeños están triunfando también entre los mayores, abuelos y jubilados, que valoran su amplitud interior y, sobre todo, la facilidad de acceso y la mayor visibilidad que aporta su altura al suelo, que aumenta también la sensación de seguridad, tanto en tráfico urbano como en carretera.

En esta prueba se enfrentan cuatro modelos que acaban de salir al mercado, los Skoda Kamiq y Volkswagen T-Cross, que llevan ya unos meses, y los Ford Puma y Nissan Juke, los últimos en llegar, aunque con apenas semanas de antelación sobre los nuevos Renault Captur y Peugeot 2008.

Y dentro de la igualdad, rota solo por cuestiones de matiz, se impone el modelo checo, que supera a su gemelo del grupo Volkswagen por tan solo medio punto.

En pocas palabras

El Skoda triunfa por su precio, porque cuesta 600 euros menos que su rival, aunque viene algo menos equipado, sobre todo en seguridad, con cuatro airbags en lugar de seis, y otros detalles. Pero son el mismo coche con diferente traje, comparten la mecánica y las prestaciones, y también los consumos: han gastado un litro menos en la prueba. Y se diferencian por detalles, como las plazas traseras del Kamiq, que son las mejores para llevar tres personas atrás, o un comportamiento algo más aplomado en curva. Se vende con tres motores de gasolina de 95 a 150 CV (desde 20.140 a 23.240 euros) y un 1.6 TDi de 115 CV (23.340). 

El Volkswagen T-Cross es el más caro, pero viene mejor equipado en seguridad. Ofrece un interior igual de amplio y bien acabado y con unas plazas traseras deslizantes muy prácticas para variar el espacio para las piernas o el maletero. Pero el respaldo trasero está peor resuelto y es incómodo si viajan tres personas. Y aunque ofrece una buena estabilidad, balancea algo más que el Kamiq en las curvas. El T-Cross se vende con tres motores TSi de gasolina de 95 a 150 CV (19.295 a 24.025) y con un 1.6 TDi de 95 CV (22.475). 

El Ford Puma es un SUV pequeño de línea deportiva, casi cupé, a caballo entre un turismo y un SUV. Tiene un interior correcto, pero menos amplio atrás que sus rivales, y ofrece a cambio el mejor maletero, con un peculiar cofre debajo del piso que permite llevar objetos grandes de pie. Se vende con dos motores EcoBoost de gasolina de 125 y 155 CV (de 21.925 a 23.175 euros). Y es el que tiene el mejor precio de la prueba (19.640 con descuentos), pero por solo 350 euros más hay una versión microhíbrida más interesante con el mismo motor (no estaba aún disponible para pruebas) que, aparte de correr algo más y gastar menos, sobre todo en ciudad, tiene etiqueta Eco. 

El Nissan Juke se queda a medio punto del Ford y aporta el diseño más original y contundente, con un frontal poderoso y un conjunto de estilo propio. Muestra un interior vistoso y un motor de respuesta rápida e impecable en ciudad, aunque corre algo menos que los otros tres y ha gastado un litro más que el Skoda y el VW en la prueba. Se vende con un motor 1.0 DiG-T de 117 CV (desde 21.925 euros). Los precios son sin descuentos.

Análisis completo

CONDUCCIÓN

Todos llevan minimotores de solo 1.0 litros, con tres cilindros y turbo, en teoría para reducir los consumos y emisiones, al menos los oficiales. Pero en la práctica gastan como los de cuatro cilindros, e incluso algo más en cuanto se les exige un poco. El Skoda y el VW comparten la misma mecánica, con 115 CV; el Nissan rinde 117 y el Ford sube a 125, todos con cambios manuales de seis marchas.

Y los cuatro ofrecen unas prestaciones bastante correctas para viajar a buen ritmo en trazados amplios y despejados, aunque acusan más el peso y su baja cilindrada cuando se circula a plena carga, y pierden brío en las subidas y al adelantar. 

Al margen de las diferentes potencias que declaran, el motor del Nissan tiene un tacto instantáneo al acelerador y es muy alegre subiendo de vueltas, lo que se disfruta mucho en ciudad. Después en carretera se queda algo por detrás en prestaciones, mientras los otros tres están muy igualados. Sin embargo, todos suben bien de revoluciones y se estiran por encima de 6.000 vueltas, aunque están pensados para circular en el entorno de las 3.000, donde ofrecen una respuesta muy tranquila y lineal que resulta idónea para moverse en ciudad y alrededores. En carretera, en cambio, conviene estirar más las marchas para adelantar con nervio y no quedarse en las subidas. Y ahí el consumo aumenta por encima de lo deseable. 

En la estabilidad, todos circulan con aplomo en carreteras amplias y autopistas, y transmiten seguridad. Pero el más equilibrado es el Skoda, que ofrece una conducción muy fácil, con reacciones previsibles, homogéneas y muy agradables, aunque la unidad de pruebas se beneficiaba de un equipo de ruedas con unas llantas de 18 pulgadas.

El Nissan es más ágil, gira bastante plano y tiene menos balanceo de carrocería, ayudado también por las enormes llantas de 19 pulgadas de la unidad de pruebas. Además, incluye un control electrónico de chasis que restringe la aceleración en las curvas para ganar seguridad, aunque sacrifica un poco la eficacia. El VW se comporta como el Kamiq, con quien comparte casi toda la mecánica, pero tiene reglajes de suspensión más blandos y acusa más las inercias y balanceos en las curvas.

Y el Ford es el que equipa las suspensiones más firmes y la mejor dirección, muy rápida y precisa. Incluye también cuatro modos de conducción y a priori es el cóctel idóneo. Pero no resulta tan homogéneo porque, a pesar de ser el más bajo y firme, se inclina y balancea más en zonas viradas.

El Skoda es el que mejor ha frenado, por equilibrio y también por sus grandes ruedas, aunque menores que las del Nissan. Este y el VW están igualados, y el Ford lleva tambores atrás y necesita algún metro más para parar. En la calidad de conducción, el Kamiq transmite un tacto consistente que se disfruta; el T-Cross y el Juke son también agradables de conducir, y el Puma está un poco por detrás.

CONSUMOS

Los consumos varían mucho según la conducción. El Skoda y el VW han gastado lo mismo en la prueba y un litro menos que sus rivales: apenas llegan a 7 en conducción suave, 8 en ciudad y 9 si se estiran más las marchas. El Puma y el Juke se acercan a 8 en conducción relajada, suben a 9 en tráfico urbano y a cerca de 10 cuando se les exige en carretera. Las emisiones de CO2son bajas en todos: 103 g/km el Puma, 112 el Juke, 113 el T-Cross y 116 el Kamiq (ciclo NEDC).

VIDA A BORDO

Tienen el tamaño ajustado de los utilitarios y las ventajas de los SUV, con más altura y desahogo en el interior. El Skoda y el VW ofrecen unas plazas delanteras algo mejores, con asientos más grandes y una sensación de amplitud superior. Atrás sucede igual, porque al compartir chasis tienen la misma habitabilidad, con más anchura y espacio para las piernas que sus rivales.

Y con ligera ventaja del Kamiq por el diseño del respaldo trasero, mejor resuelto para alojar tres adultos atrás. A cambio, el túnel central es más alto, y mientras el Skoda incluye cuatro tiradores en el techo para agarrarse en las curvas, el VW no lleva ninguno. El Nissan y el Ford son igual de anchos, pero, si van tres adultos atrás, los de los lados tocan en los laterales del techo. Y el último tiene menos espacio para las piernas y un acceso más justo, sobre todo al sacar los pies.

El Puma anuncia el mejor maletero de la categoría, y lo cumple, aunque reparte el espacio en un cofre inferior. Le siguen el Kamiq y luego el T-Cross, que, aunque es algo menor que el del Skoda, permite deslizar las plazas traseras hacia delante y ampliar el maletero, aunque a costa del espacio para las piernas detrás. Y el del Nissan es algo más pequeño, porque lleva el kit antipinchazos en el hueco de la rueda de repuesto y desperdicia espacio. Todos salvo el Skoda permiten colocar la bandeja del piso del maletero en dos alturas, pero el VW tiene los mejores huecos.

Los cuatro son atractivos por dentro, aunque aplican plásticos económicos en las puertas y algunos, como el VW y el Ford, también en el salpicadero. Pero son atractivos y vistosos, con pantallas modernas bien integradas y ajustes correctos, aunque algo mejores en el Kamiq y el T-Cross. Y la instrumentación del Puma cambia de color según el modo de conducción. Ninguno es silencioso, pero el VW y el Skoda están mejor aislados, el Nissan deja oír más los ruidos de rodadura y el motor Ford deja sentir más su rumorosidad, sobre todo al acelerar.

AL DETALLE

Skoda Kamiq. Amplitud y detalles prácticos. Es tan amplio como el VW —­comparten chasis y mecánica—, pero el respaldo trasero está mejor resuelto y los bordes laterales no molestan en la zona lumbar a los pasajeros de los lados cuando viajan tres atrás. Además, incluye detalles ingeniosos, como el paraguas oculto en la puerta del conductor y un rascador para el hielo en la tapa del depósito. Y transmite solidez y consistencia.

VW T-Cross. Flexibilidad funcional. Los asientos traseros se deslizan 15 centímetros en longitud para ganar maletero, por ejemplo si viajan niños atrás y no necesitan tanto espacio para las piernas. El respaldo del copiloto se pliega hacia delante para cargar bultos largos y tiene los mejores huecos: bolsas enormes en las puertas, posavasos… Estas soluciones flexibles son muy prácticas y facilitan la vida familiar.

Ford Puma. Maletero grande e ingenioso. Mantiene el diseño interior del Fiesta y tiene las plazas traseras más justas para tres adultos. Pero ofrece el mejor maletero, aunque repartido en dos zonas: la superior y un cofre Megabox debajo (90 litros), que aprovecha el hueco de la rueda de repuesto y permite llevar objetos grandes de pie, y también ropa y calzado sucio sin manchar el coche: lleva un desagüe para poder limpiarlo.

Nissan Juke. Diseño y color para seducir. El Juke aporta el diseño más elaborado, con los picaportes de las puertas traseras camuflados y una silueta casi de cupé. Y por dentro presenta un ambiente más alegre, sobre todo en la versión de lanzamiento Premiere Edition, con detalles cromados y decoraciones de colores. Pero es más justo atrás, ofrece poca visibilidad a los pasajeros y tiene menos maletero.

 IMAGEN Y DISEÑO

Variedad para elegir. El Puma tiene la línea más baja y estilizada, y por delante es el más discreto, con un frontal de formas redondeadas inspirado en el Focus. Pero el techo en arco y la zaga baja y musculosa, con una luneta pequeña y mucha chapa, refuerzan su carácter y definen una silueta moderna de SUV cupé.

En el Nissan destaca la fuerza del frontal, que incluye una parrilla alta y expresiva que le distingue. Y la línea lateral ascendente y la zaga ancha y elevada completan un estilo vanguardista y con gancho.

El Skoda y el VW son más convencionales. El primero transmite sobre todo solidez, con una parrilla elocuente, una cintura lateral elevada con un nervio muy marcado debajo de las ventanillas y más chapa que cristal. El T-Cross es un SUV de aire clásico y ángulos cuadrados que prima la elegancia y la funcionalidad. Apenas aporta nada nuevo, salvo la clase y rotundidad del frontal. 

En el interior cambian los papeles y el Ford es el más discreto, con un diseño sencillo y un salpicadero convencional con pantalla flotante. El Nissan propone un ambiente más alegre y vistoso, con detalles más elaborados, y busca al público joven. Y tanto el Skoda como el VW priman la funcionalidad, con todo a mano, y los mandos y pantallas bien integrados en un ambiente que transmite calidad.

 PRECIOS Y EQUIPAMIENTO

Competencia feroz. Así lo confirma la igualdad de precios de estos coches, con solo 150 euros de diferencia entre el Puma, que es el más barato, con 19.640 euros; el Nissan, que sube a 19.750, y el Skoda Kamiq, que cuesta 19.790. Solo el VW se descuelga un poco por arriba con 20.425, apenas 600 más que el SUV checo. Y todos con descuentos incluidos, aunque sin primas por financiar con la marca, entregar un coche usado… 

En el equipamiento de serie hay más diferencias. Los cuatro incluyen casi todo lo importante y, aparte de los elementos de seguridad, vienen con climatizador (bizona en el Skoda y el VW), control de velocidad, sistema start & stop, ordenador de viaje, equipo de música con radio, conexiones bluetooth y USB (2), mandos en el volante, pantalla táctil de ocho pulgadas y compatibilidad con Apple Car Play y Android Auto, elevalunas eléctricos en las cuatro puertas, sensores traseros de aparcamiento, retrovisores eléctricos y sensores de faros (opcionales en el Skoda).

El Kamiq es el más justo porque solo suma la instrumentación digital Virtual Cockpit, detalles como el paraguas integrado en la puerta y la cámara para aparcar (también el Nissan). El VW también es más práctico que generoso y añade solo las plazas traseras regulables en longitud, respaldo del copiloto abatible hacia delante y sensores delanteros de aparcamiento. 

El Nissan y el Ford son más completos porque vienen con llantas de aleación de 17 pulgadas (16 en el VW y el Skoda) y programas de conducción. Y mientras el Juke incluye faros led y tres años de garantía, uno más, el Puma suma navegador y detalles extras, como asientos delanteros con masaje lumbar, cargador inalámbrico y cofre Megabox en el maletero.

El equipo de seguridad es muy correcto. Todos incluyen ABS, ESP, sensores de presión de ruedas y seis airbags, salvo el Skoda, que viene con cuatro y los de cortina son opcionales y caros (475 euros). Pero añaden avances que empiezan a ser habituales, como frenada automática de emergencia en ciudad con detección de peatones y mantenimiento automático de carril.

El Ford y el Nissan llevan lector de señales y gestor de luces de carretera; el primero suma el sensor de fatiga, y el Juke, el aviso de vehículo en ángulo muerto, dos elementos que también incluye el VW. Pero el T-Cross es el más completo porque incorpora además control de velocidad con radar antichoque ACC y alerta de tráfico cruzado trasero (funciona al salir marcha atrás de una plaza en batería).

CONCLUSIÓN

Máxima igualdad y victoria mínima del Skoda, que gana por medio punto porque cuesta 600 euros menos que el VW. Los dos comparten mecánica y prestaciones, son más amplios y están algo mejor acabados. Y han gastado un litro menos en la prueba. Pero mientras las plazas traseras del Kamiq son más cómodas para tres pasajeros, las del T-Cross se regulan en longitud y permiten ampliar el maletero. El Ford aporta una línea más deportiva y original, y el mejor maletero, con un cajón muy práctico debajo del piso. No es tan amplio atrás, pero viene mejor equipado y tiene una versión microhíbrida (etiqueta Eco) muy interesante por 350 euros más. El Nissan le iguala a solo medio punto con una imagen moderna y contundente, un motor muy agradable en ciudad, un buen equipo de serie y un año más de garantía, pero corre algo menos.

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