El DS 7 es el SUV prémium del Grupo Stellantis, y en esta segunda generación se ha deshecho del apellido Crossback, que la primera sí lucía.
También se ha deshecho de un frontal más convencional de su predecesor, para incluir uno mucho más moderno, marcado por una de las firmas lumínicas más atractivas del momento. Y es que las luces diurnas se componen de cinco tiras verticales que nacen del extremo de los faros y llegan hacia los paragolpes, con la última tira haciendo también las veces de intermitente (desfilante lo llama DS). Una futurista configuración de romántico nombre: DS Light Veil (‘velo de luz’).
En la zaga, también las luces son protagonistas, esta vez gracias a unos pilotos que esconden un dibujo romboidal en 3D, una figura geométrica ya habitual en la marca francesa que quiere evocar el lujo y el glamur y que se encuentra en muchos elementos, sobre todo, del interior.
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Con una longitud de 4,60 metros, una anchura de 1,90 metros y una altura de 1,63 metros, da paso a un interior de diseño y lleno de elementos y materiales de lo más lujoso.
Espacios definidos, lujo indefinido
Cuando se accede al interior es donde aparece el verdadero espíritu de la marca DS, que no es otro que brindar el máximo lujo y hacerle frente a las marcas premium alemanas como Audi, BMW o Mercedes.
Y no desmerece en absoluto. Por lo menos en este acabado Rivoli, que tiene hasta el salpicadero recubierto de napa y con un cosido artesanal que le da un aspecto muy ‘top’.
Los asientos delanteros son muy cómodos, como no puede ser de otra forma. Pero llama la atención la definición del espacio para el copiloto, con una muy ancha consola central donde se ubica la futurista palanca del cambio automático y al que incluso el espacio de la guantera parece rodearlo y ‘encajonarlo’. Esto resta sensación espacial a bordo en ese asiento y en un viaje largo no es que pueda agobiar, pero sí que un respiro cada ciertos kilómetros será de agradecer.
En cuanto al equipamiento, la presentación no varía respecto al Crossback, pero la pantalla central de 12 pulgadas ha sido optimizada en su interfaz y recibe el sistema multimedia mejorado DS Iris System, que incluye un asistente personal.
Los asientos traseros disfrutan de buen espacio, tampoco para tirar cohetes, dado que los cuatro metros y medio de longitud dan para lo que dan, y se ha querido también dotar a este SUV de una maletero amplio que, en este caso, va de cubicar 555 litros hasta 1.752 si se abaten esos asientos.
Larga vida al diésel
DS ha querido mantener un motor diésel, para viajar de forma económica y tranquila, sin tener que preocuparse de enchufes o de autonomías eléctricas.
Y es que esta versión de acceso es la única mecánica convencional que contempla la gama, pues el resto son todas híbridas enchufables de gasolina.
Se trata de un motor de cuatro cilindros y 1.5 litros de cilindrada, con 131 CV y 300 Nm de par máximo. Es decir, no es un motor para esperar rápidas aceleraciones, resolutivas recuperaciones o inmediatas respuestas.
Lo que sí se puede esperar, y solo se cree cuando se ve, es su ínfimo consumo. Y es que no deja de ser un coche que pesa más de tonelada y media homologando un consumo medio oficial de solo 5,5 l/100 km. Lo mejor es que, a velocidades legales y en una carretera sin demasiadas curvas ni desniveles, los conseguirá e incluso los rebajará para quedarse en poco más de cinco litros.
Un confort que puede pasar factura
Lo dicho, un motor de 130 CV para mover tonelada y media… vale, puede que no sea la peor de las combinaciones, pero tampoco es muy buena si se espera que el coche tenga unas reacciones ágiles.
Cubre el 0 a 100 km/h en casi 11 segundos y, eso sí, una vez lanzado, alcanza una velocidad máxima de 195 km/h. Pero ya alcanzar el límite legal de los 120 km/h le cuesta un rato.
Y es que este DS 7 es un coche eminentemente confortable. Quizá demasiado. Porque su blanda suspensión, puede tratar bien a los ocupantes, o no tanto. Si aparecen curvas o algo más viento de lo normal, los bamboleos que sufre la carrocería pueden pasar factura al pasaje en forma de mareos y malestar, debiendo reducir el ritmo para tener un viaje más tranquilo.
Eso sí, en condiciones normales, grandes rectas y meteorología ‘normal’, parece que se circula encima de una alfombra mágica.
A esta suavidad de marcha general también colabora su cambio automático de ocho velocidades, que sin ser de los más rápidos del mercado, cumple con creces y acompaña a la perfección las tranquilas reacciones del motor.
Acabado, precio y equipamiento
Ya desde el DS 7 más básico el equipamiento es más que completo, pero en este caso, la versión de pruebas correspondía al acabado Rívoli, solo por debajo del más completo denominado Ópera.
Con un precio de 46.800 euros (44.000 si se compra a través de su web oficial con un depósito de 500 euros y el resto a un concesionario al menos dos días antes de la entrega del vehículo) el mencionado acabado Rívoli viene más que completo.
Todo lo que incluye da para otro artículo de lo más extenso, pero destaca el reloj BRM Chronographes motorizado, luces pixel led, barras de techo cromadas, camara de visión trasera HD, acceso y arranque manos libres, alerta de atención del conductor por cámara… y un largo etcétera.
Un buen precio para un SUV confortable y con el que los viajes serán mucho más económicos que rápidos.
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Periodista especializado en motor desde hace más de 20 años, ha trabajado en diferentes gabinetes de prensa (Federación Española de Automovilismo o Circuito del Jarama) y medios especializados (Motor 16, Marca Motor o Auto Bild). Apasionado de coches, motos y, ahora también, de los cacharros con alas.