La marca italiana está cambiando, y lo va a hacer todavía más en los próximos años. Lamborghini, especializada en superdeportivos, dio el primer paso en 2018 con el lanzamiento del Urus, su SUV de altas prestaciones, que fue el primer modelo que podía cumplir como familiar y hoy supone en torno al 50% de ventas de la compañía.
Pero los siguientes pasos se acercan. Y es que, a partir de 2023, la firma lanzará nuevas mecánicas híbridas enchufables en todos sus modelos, con el objetivo de recortar las emisiones de CO2 al 50% ya en 2025. Así, habrá un Urus enchufable, que podrá circular solo con electricidad y tendrá etiqueta Cero.
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El primer eléctrico de Lamborghini
Sin embargo, el gran cambio se producirá un lustro después, hacia 2027 o 2028, cuando llegue el primer modelo eléctrico puro de Lamborghini. Será un coche de corte deportivo, pero estará pensado para el uso diario, no para disfrutar los fines de semana en un circuito, como ha señalado en la presentación Emanuele Camerini, responsable de prensa de la marca para Europa, Oriente Medio y África.
Y, aunque todavía no hay confirmación oficial, la rumorología habla de una silueta de carrocería diferente a las actuales, más de cupé Gran Turismo, e incluso de un interior con 2+2 plazas. De hecho, podría inspirarse en el Lamborghini Espada de los años setenta del siglo pasado, que tenía este mismo planteamiento.
Las ventas, y los modelos actuales
En 2019 Lamborghini alcanzó su récord histórico de ventas, entregando 8.205 modelos en el mundo. Y en 2020, afectada como todas por la pandemia, redujo sus matriculaciones a 7.430 unidades. En España, en cambio, las cifras son mucho menores: 30 unidades en 2020.
Pero, a pesar de la disparidad, hay un denominador común, y es que el Urus se ha convertido en el principal pilar comercial de la marca en todo el mundo, desde EE UU (el mayor mercado para Lamborghini) hasta China y Europa, España incluida.
De vuelta al territorio nacional, la casa del toro acaba de inaugurar un nuevo centro en Barcelona, que, sumado al de Madrid, esperan que ayude a aumentar las ventas. Hoy en día, la empresa comercializa tres modelos: el SUV Urus, el superdeportivo Huracán, con motor V10, y su hermano mayor, el superdeportivo Aventador, con mecánica V12.
Urus, el SUV más deportivo
En la presentación se han podido conducir las dos estrellas actuales de la marca, el Urus y el Huracán. El primero es un SUV grande y de diseño deportivo, que mide 5,11 metros de longitud e incluye un interior amplio y refinado, con cinco plazas aptas para todas las tallas y un maletero de 616 litros. Y así, puede transportar a la familia al completo.
Pero también suma tracción 4×4 y aptitudes todocaminos, por lo que puede circular por carreteras nevadas e incluso salir del asfalto, y ofrecer una polivalencia de uso desconocida hasta ahora en la marca.
Sin embargo, recoge el poderío que se espera de un Lamborghini, y tanto su motor, un 4.0 V8 biturbo con 650 CV y prestaciones espectaculares, como su conducción, especialmente ágil y eficaz, aportan sensaciones más dinámicas de lo habitual en los SUV deportivos. Cuesta 255.210 euros, sin contar opciones de personalización.
El motor empuja con gran contundencia, pero también con progresividad, y los frenos, con discos carbocerámicos, están a la altura y detienen el conjunto con celeridad en toda circunstancia. Acelera de 0 a 100 km/h en 3,6 segundos y llega a 305 km/h.
Sin embargo, sorprende todavía más su manejabilidad, porque entra en las curvas, mantiene el apoyo y sale de ellas con una agilidad impropia de su tamaño y peso.
Los grandes neumáticos, la suspensión electrónica, la tracción 4×4 de reparto variable y la dirección a las cuatro ruedas, consiguen que las 2,2 toneladas de peso parezcan menos y que el Urus se maneje casi como un turismo de alto rendimiento.
Tiene un tacto general sólido, pero resulta cómodo. En el modo de conducción normal es comedido, por firmeza y sonoridad, y en los más deportivos gana genio, pero sin extremismos. Y este es quizá el punto menos convincente, porque no transmite la explosividad que podría esperarse de un Lamborghini, aunque sí una deportividad intensa y compatible con el uso diario y familiar.
Huracán, un superdeportivo impactante
El Huracán, por su parte, es un superdeportivo puro, bajo, ancho, musculoso y espectacular. Y transmite una explosividad al alcance de muy pocos coches del mercado. De hecho, su motor 5.2 V10 atmosférico, sin turbo, produce un sonido agudo y metálico que eriza el vello y recuerda a los F1 anteriores a la era híbrida actual.
Mide 4,52 metros y tiene dos plazas y motor central. Y está disponible en dos versiones, con propulsión trasera y 610 CV (217.036 euros), o con 4×4 y 640 CV (250.438), que ha sido la probada. Ahora se llama Huracán EVO, porque es una versión actualizada del Huracán original, con retoques estéticos y más potencia.
Como sucede con todos los superdeportivos, el Huracán EVO no es un coche normal. La diferencia que hay con un automóvil común es similar a la que pueda haber entre un avión comercial y un caza militar.
Para empezar, se va sentado muy cerca del suelo, y la visibilidad es reducida: por la luneta trasera se ve muy poco, y por los retrovisores, algo más pero bastante menos que en un modelo convencional. Los intermitentes no funcionan con la palanca clásica, sino con una tecla situada en el volante, y para afrontar una pendiente, como una rampa de garaje, por ejemplo, hay elevar el eje delantero para no rozar con el suelo (se hace automáticamente accionando un botón).
Pero, una vez que el conductor se familiariza con las peculiaridades de manejo, puede deleitarse con su rendimiento, que es apabullante. Acelera de 0 a 100 km/h en 2,9 segundos, alcanza 325 km/h y traslada a sus ocupantes a un universo de contundencia mecánica muy cercano al de los coches de carreras.
El motor funciona con cierta suavidad a bajas revoluciones, pero según va ganando vueltas revela su auténtico poderío y deja atónito al conductor. Y los 640 CV llegan a nada menos que 8.000 revoluciones. El cambio, por su parte, con levas en el volante y siete marchas, impacta por su rapidez, porque es casi instantáneo (el del Urus ya es veloz, pero parece lento en comparación). Y los frenos, también carbocerámicos, parecen de competición, con un pedal de tacto firme y poco recorrido, y paran al Huracán en distancias récord.
La tracción 4×4 ayuda a digerir la potencia y a evitar sustos por exceso de aceleración en curva, y el coche circula casi siempre pegado al asfalto como una lapa, transmitiendo gran aplomo.
Pero la conducción es bastante física, por la rigidez general, los asientos sin apenas mullido y la pegada y sonoridad del motor, pero también muy emocionante, porque es como subirse a una montaña rusa particular. El Audi R8 comparte su misma base mecánica, pero este Lamborghini es más sólido y ligero, más sonoro, eficaz y apasionante, y también menos cómodo y más exigente.
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