Opel Astra y Grandland GSe: híbridos enchufables con esencia deportiva 

La marca alemana lanza las versiones con más brío del compacto y del SUV, con mayores prestaciones y un chasis más dinámico.

Ya están disponibles en los concesionarios las versiones más potentes de los Opel Astra y Grandland con mecánicas híbridas enchufables. 

El compacto Astra GSe se ofrece tanto en su carrocería normal como en la familiar Sport Tourer, tiene una potencia de 225 CV y un precio a partir de 40.900 euros (todavía no se ha comunicado el precio de la versión Sports Tourer). Por su parte, el Grandland GSe es la variante más potente de este modelo con formato SUV, que dispone de 300 CV y una tarifa que se inicia en los 57.600 euros. 

Las versiones GSe (Gran Sport Eléctrico) se diferencian estéticamente por un acabado especial. Se nota sobre todo por unas llantas específicas, de 18 pulgadas en el Astra y de 19 en el Grandland, además de por un paragolpes diferente y un difusor trasero aerodinámico. 

En el interior, la principal diferencia son unos asientos deportivos delanteros, de mejor sujeción lateral que los normales. Asimismo, los Opel GSe incorporan de serie la última generación de sistemas de asistencia a la conducción. 

Astra GSe.

Etiqueta Cero de la DGT

Gracias a su tecnología híbrida enchufable, los GSe reducen el consumo de gasolina al mínimo durante los primeros 100 kilómetros después de recargar por completo su batería. Además, la capacidad de esta les permite superar los 60 kilómetros de autonomía eléctrica, obteniendo por ello la etiqueta Cero de la DGT. 

El Astra GSe y el Grandland GSe comparten la mecánica híbrida enchufable del grupo Stellantis, basada en el motor de gasolina 1.6 de cuatro cilindros, pero con un rendimiento y una hibridación eléctrica diferentes. 

Interior del Astra GSe

En el caso del Astra GSe, el motor de combustión rinde 180 CV, a los que se suman otros 110 CV del motor eléctrico asociado para alcanzar en conjunto un máximo efectivo de 225 CV.

Con esta potencia, las prestaciones deportivas están aseguradas, ya que el Opel acelera de 0 a 100 km/h en 7,5 segundos y puede alcanzar una velocidad punta de 235 km/h (135 km/h en modo eléctrico). 

El consumo es otro de los puntos fuertes de esta mecánica, porque en los primeros 100 kilómetros recorridos con la batería completamente cargada, el Astra GSe homologa 1,1 litros/100 km. Emite solo 25 g/km de CO2 (WLTP). Y su batería de iones de litio (12,4 kWh) le otorga un rango eléctrico de 64 kilómetros sin emisiones (hasta 73 en ciclo urbano). 

Tracción 4×4 permanente

En el caso del Grandland GSe, por su mayor tamaño y su condición de SUV, ha recibido una mecánica híbrida diferente. Para empezar, el motor de gasolina incrementa su potencia hasta los 200 CV, y en lugar de un motor eléctrico lleva dos, uno en cada eje. Esto le confiere una tracción 4×4 permanente y otros 223 CV de potencia.

El sistema combinado rinde una potencia de 300 CV, un incremento importante respecto al Astra GSe. Sin embargo, obtiene un consumo mínimo homologado casi idéntico en los primeros 100 kilómetros: 1,2 litros (WLTP). 

En cuanto a las prestaciones, el Grandland GSe acelera incluso mejor, registrando 6,1 segundos de 0 a 100 km/h. Y, pese a su peor aerodinámica, es capaz de igualar al Astra GSe en velocidad punta (235 km/h). Además, dispone de una batería más potente (14,6 kWh) que le permiten recorrer hasta 63 kilómetros en modo eléctrico, que llegan a 81 en uso exclusivamente urbano. 

Grandland GSe.

Otra importante característica de las versiones GSe de los Astra y Grandland es su chasis deportivo FSD (Frequency Selective Damping), desarrollado en colaboración con el fabricante de amortiguadores Koni.

La altura del coche se ha rebajado en 10 milímetros respecto a las versiones normales y la nueva suspensión deportiva permite adecuar la amortiguación a las diferentes necesidades del conductor para ganar agilidad en las curvas y precisión en las reacciones sobre el asfalto. 

Comportamiento sobresaliente

Y el resultado en carretera se nota, aportando a los GSe una consistencia y una estabilidad superior en todo tipo de carreteras. No obstante, el riguroso comportamiento del chasis deja en evidencia a la dirección (de asistencia eléctrica) y al cambio automático de ocho relaciones con levas en el volante.

Ambos elementos resultan eficaces en su cometido, pero no consiguen transmitir al conductor una reactividad y un tacto tan precisos como se desearía en estas versiones de altas prestaciones. 

En carretera, los GSe destacan también por un rodar muy seguro, avalado por el avanzado equipamiento de sistemas de asistencia a la conducción. Así, disponen del Intelli-Drive 1.0 con alerta de colisión y frenada automática de emergencia, detección de peatones, alerta de cambio de carril, reconocimiento de señales de tráfico y detección de ángulo muerto.

Además, la cámara de visión trasera de 360º, el cargador inalámbrico para móviles y la conectividad con Apple CarPlay y Android Auto del sistema multimedia (con pantalla de 12 pulgadas) enriquecen en estas versiones su completa dotación de serie.  

Astra Sport Touring GSe.

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