Un turismo que supera a la mayoría de SUV. El nuevo Subaru Outback es una ranchera de gran tamaño que destaca por su espacio y confort, y también por sus capacidades para circular por casi cualquier terreno, que son mayores a las ofrecen la práctica totalidad de familiares de estilo campero de la oferta actual.
Mide 4,87 metros de longitud y, por su mezcla de amplitud, suavidad de rodadura y polivalencia de uso, puede dar un gran servicio como coche familiar. Transmite calidad e incluye cambio automático, tracción 4×4 permanente y hasta un buen equipo de serie, tanto en confort como en seguridad.
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El modelo de Subaru está disponible desde 39.500 euros (con 3.000 de promoción), una tarifa razonable para sus dimensiones y características e inferior a la de cualquier SUV equivalente. Y compite con otros turismos todocaminos similares como los Skoda Superb Scout y Volkswagen Passat Alltrack.
Los Audi A4 Allroad y Volvo V60 Cross Country, por su parte, son propuestas con mayor potencia y sofisticación general, y tarifas mucho más elevadas.
El motor, un 2.5 bóxer atmosférico de gasolina y 169 CV (sin turbo; 252 Nm de par), es el elemento menos convincente del nuevo Outback. Mueve el peso con cierta soltura y funciona con suavidad, pero aporta prestaciones solo correctas y el consumo sube demasiado en cuanto se trata de aumentar el ritmo.
Frente al Outback actual, es más grande por fuera y refinado por dentro, algo más cómodo en carretera y capaz fuera de ella, y también menos ágil y dinámico en tramos virados. Recibe la etiqueta C de Tráfico.
El diseño distintivo del Outback
Tiene una imagen robusta y una carrocería voluminosa, casi tan alta como la de los SUV. Y es uno de esos modelos poco vistos, que suma a su estética robusta y contundente un aura de originalidad.
El interior transmite refinamiento, porque está bien acabado y aislado acústicamente, y recoge detalles a la última como su gran pantalla central de formato vertical.
Aunque, al mismo tiempo, mantiene detalles superados como la instrumentación, el ordenador de viaje y la ausencia de navegador integrado (hay que conectar el del móvil).
Espacio para todo
Con sus casi 4,9 metros de largo, la cabina dispone de amplitud y holgura para todas las tallas, sobresaliendo el espacio en los asientos traseros.
El maletero, por su parte, tiene 561 litros y portón eléctrico, e incluye rueda de repuesto normal (como las otras cuatro). Y puede sumar soluciones útiles como una alfombra de goma que cubre toda la superficie y es extraíble para poder limpiarla con una manguera.
Prestaciones solo correctas
En uso tranquilo y normal, el motor mueve el conjunto con suavidad, suena fino y permite obtener consumos de ocho litros en carretera y unos nueve en autopista, subiendo a 9,5 o 10 en ciudad. Y el cambio automático CVT trabaja con sedosidad.
Pero, al circular con prisa o querer aprovechar la potencia disponible, el gasto se dispara por encima de 11 o 12 litros, las prestaciones apenas suben y la caja CVT muestra carencias en su funcionamiento que comprometen el rendimiento del coche.
Para obtener una respuesta de cierta entidad, hay que conectar el modo Sport y pisar a fondo sin contemplaciones. Y entonces se acerca al registro oficial de 0 a 100 km/h, que es de 10,2 segundos. El depósito tiene 63 litros, y la velocidad máxima asciende a 193 km/h.
Manejo solvente
A pesar de su altura y peso (más de 1.700 kilos), las suspensiones resultan casi sobresalientes y proporcionan una calidad de rodadura notable, tanto sobre asfalto como fuera de él. Y también sujetan bien la carrocería con eficacia, incluso en los apoyos en curva más fuertes.
El resultado es que el Outback se conduce bien y entra con cierta agilidad en los giros, al menos, con mayor naturalidad de la que se esperaría para su tamaño y concepción multiterreno. Las ruedas tienen medidas de 225/60 en llanta de 18 pulgadas, y los neumáticos de la unidad probada eran de uso mixto, para asfalto y tierra.
Las ayudas a la conducción y los sistemas electrónicos de seguridad operan con mayor eficacia de lo normal en los modelos de precio popular, aunque, al mismo tiempo, no se pueden regular y son bastante alarmistas.
Un turismo total: tierra, nieve, agua…
Junto con la utilidad como familiar y las suspensiones, las capacidades para circular fuera del asfalto son el otro punto fuerte del Subaru Outback. Y es que, para empezar, ofrece una altura libre al suelo de 21,3 centímetros, mayor que en la mayoría de SUV.
Pero también añade un sistema de tracción 4×4 permanente, más eficaz a la hora de garantizar la capacidad de avance sobre piso resbaladizo que las tracciones totales conectables, y, además, una electrónica de control asimismo muy eficaz, que bloquea la rueda o ruedas que patinen o queden en el aire para que el modelo pueda seguir avanzando.
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