Parece que los coches 100% eléctricos ya invaden las calles, si se hace caso a la publicidad de las marcas, los comentarios o las tertulias en la televisión y diversos medios. Pero solo lo parece, ya que la realidad es que en 2022 el número de vehículos vendidos de este tipo a final de año va a rondar el 3% del total del parque automovilístico.
Aunque también es cierto que no son pocas las personas que piensan ya en el futuro y en que la posibilidad más legal, práctica y ecológica, sobre todo en las grandes ciudades, será tener un coche sin emisiones.
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Para todos aquellos que están pensando en esta posibilidad, Volkswagen tiene en su gama ID una buena representación de coches eléctricos de diferentes tamaños y con una buena relación calidad-precio.
El que nos ocupa se sitúa en la cima de esta oferta, sobre todo por espacio a bordo (con el permiso del monovolumen ID.Buzz) ya que se trata del ID.5. Además, la unidad de pruebas se corresponde con el GTX, la más deportiva, gracias a una potencia de 220 kW (299 CV).
Carrocería familiar
Y es que este ID.5 posee la misma carrocería que el ID.4, pero con una parte trasera caracterizada por un techo con mayor caída, es decir, con un estilo cupé. De hecho, sus 4,58 metros de longitud son muy similares a los de su hermano pequeño.
Pero claro, esta forma también perjudica un poco en las plazas traseras, en cuanto al acceso. Ya aposentados, el espacio menor en altura por el techo más bajo se ha compensado con unos asientos también rebajados y más cercanos al suelo. Eso sí, el maletero es ligeramente mejor (549 litros por 543 del ID.4) y su autonomía también: 512 kilómetros por 499 de su hermano menor, gracias a un consumo medio homologado más bajo y a su citada aerodinámica.
Espacio interior superlativo
Con una anchura de 1,85 metros y sobre todo una altura de 1,62 metros el espacio a bordo no tiene tacha alguna. Además, su distancia entre ejes es de unos impresionantes 2,76 metros, lo que garantiza unas plazas muy generosas para cinco ocupantes. Sí, incluso detrás, tres adultos van a viajar bien. Sin muchas holguras a lo ancho, pero no en muchos coches se dispone de este espacio.
Al volante, llama la atención la piña dispuesta a la derecha de los relojes y por detrás del volante, para el cambio de marchas. Como cualquier eléctrico, no es que haya que estar manejándola todo el rato, pero no es de las posiciones ni de la accionamientos más cómodos ni ergonómicos, desde luego.
Eso sí, en el centro de los dos asientos se queda un hueco enorme que Volkswagen ha sabido aprovechar de forma sobresaliente con un muchos huecos, carga inalámbrica para el ‘smartphone’ o conexiones USB de tipo C.
El salpicadero tiene un diseño minimalista, muy limpio y diáfano, pocos mandos físicos y toda la información reunida en la pantalla digital tras el volante y otra central de 12 pulgadas. El software funciona bien, es rápido, pero la navegación incluye un planificador de puntos de recarga que está algo desactualizado.
El maletero también tiene buen tamaño y sus casi 550 litros se pueden ampliar hasta los 1.561. Además, bajo el suelo hay un hueco, perfecto para llevar el cable de carga y que no dé tumbos.
Un motor muy, muy potente
Y es que a pesar de arrojar en báscula unos buenos 2.242 kilos, los 220 kW o más entendibles casi 300 CV, mueven el conjunto con una agilidad que sorprende. Bien es verdad que esta versión cuenta con un motor eléctrico delantero de 109 CV y otro trasero de 204. Y es este último el que impulsa el coche a no ser que se seleccione los modos de conducción Sport o Traction (exclusivo del GTX), en cuyo caso entrará en funcionamiento también el delantero.
La respuesta es de una contundencia y, sobre todo inmediatez, que abruma. Además, con un nivel sonoro muy bajo, lo que impresiona más todavía, ya que no hay relación entre lo que se escucha y lo que el resto de los sentidos perciben.
Pero no hay que confundir aceleración con agilidad. Y es que, aunque pare el crono en el 0 a 100 km/h en 6,3 segundos, no significa que sea un deportivo al uso.
Su amortiguación permite un buen compromiso entre estabilidad y comodidad, con un buen filtrado, pocos balanceos y bastante precisión. Pero si el ritmo se acelera, también lo hacen los problemas para sujetar con dignidad las más de dos toneladas y es entonces cuando el control de tracción y estabilidad entran en acción para frenar tanto ímpetu.
Sus movimientos son precisos y agradables, pero muy neutros, incluso en la dirección, con un guiado muy bueno, pero sin un gran sensación de lo que pasa bajo las ruedas delanteras. Tampoco acelerando a tope a la salida de las curvas muestra subviraje, quizá por la tracción integral. Aunque es tan neutro en la mayoría de las situaciones que sus reacciones deportivas son también muy escasas.
Batería, consumo y recarga
Con su batería de alta tensión de 77 kWh netos, Volkswagen promete una autonomía de más de 500 kilómetros (633 si es en un entorno urbano). En marcha y con un recorrido mixto entre carreteras de montaña, autovías y ciudad, el consumo homologado de 17,1 kWh/100 km subió hasta casi los 20 kWh/100 km, algo mucho más realista. Un consumo que se traduce (al precio medio del kWh en la fecha de publicación de esta prueba) en un gasto de 5,2 euros por cada 100 kilómetros recorridos.
Con esto, la autonomía se quedó en unos 400 kilómetros, que tampoco está nada mal y que se puede situar a la vanguardia de los coches eléctricos disponibles en el mercado.
El aprovechamiento de la energía es uno de los puntos fuertes del ID.5. Durante la marcha es posible recuperarla en deceleraciones o al frenar, de una forma más contundente al accionar la tecla B del selector.
A la hora de recargar, puede hacerse en tomas de corriente alterna CA (hasta 11 kW) o continua CC (hasta 135 kW). Con las más rápidas puede recuperar del 5% al 80% de su energía en unos 40 minutos. Si en casa se tiene posibilidad de cargar a 7,2 kW; la operación llevará unas 10 horas.
Equipamiento más que completo
Esta versión GTX, que es la nomenclatura utilizada para los eléctricos GTI, cuenta con un amplio equipamiento de serie.
Para empezar, con faros Matrix led o llantas de 20 pulgadas. El control de crucero adaptativo, control por voz, detector de fatiga o entrada y arranque sin llave, son también equipo de serie. Una dotación acorde a su precio, que parte de los 59.250 euros sin descuentos.
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