Audi inaugura un nuevo centro para pruebas de choque 

Las pruebas de choque o crash test se han convertido en un trámite obligatorio para evaluar la seguridad de los vehículos durante su homologación.  

Y en Europa, antes de autorizar la comercialización de un determinado modelo,el organismo independiente Euro NCAP es el encargado de realizar y evaluar diversos análisis que simulan los accidentes más habituales. 

Pero independientemente de los trámites obligatorios, las propias marcas poseen sus propios laboratorios y centros de investigación para dotar a sus coches de la mayor seguridad en el caso de sufrir colisiones.  

Marca pionera

Entre todas ellas destaca Audi, una firma pionera en seguridad que siempre se ha mantenido en la vanguardia de este apartado, innovando con sistemas que protegen a los ocupantes e incorporando a sus nuevos modelos los últimos avances tecnológicos. 

Lo hizo incluso desde sus orígenes, pues el ancestral DKW F7 de 1937 fue el primer coche que se sometió a pruebas de choque para comprobar su resistencia en los vuelcos y originó la construcción del centro de pruebas de Auto Unión, marca que con el tiempo se convirtió en la actual Audi. 

Según Oliver Hoffman, director de Desarrollo Técnico, “La seguridad es una prioridad máxima para Audi y este centro recién inaugurado es una prueba clara de este compromiso”. 

El Centro de Seguridad de Vehículos de Audi (AFZ) inaugurado en Ingolstadt (Alemania) es lo más avanzado en cuanto a la realización de pruebas, investigación y valoración de seguridad en los vehículos. Respaldado por una inversión de 100 millones de euros, posee una pista de aceleración de 250 metros y un bloque móvil de 100 toneladas para poder simular todo tipo de colisiones. Dotada de varios carriles para realizar pruebas simultáneas, la pista dispone además de un “suelo volador” que consiste en un sistema que permite reproducir los impactos laterales impulsando los coches de través.  

100 empleados y 60 ‘dummies’

El AZF es el centro de desarrollo de seguridad pasiva más importante de Audi y forma parte del nuevo campus tecnológico que se construye actualmente en las proximidades de la fábrica de Ingolstadt. Su plantilla está compuesta por 100 empleados que se dedicarán a realizar pruebas que van más allá de las requeridas en los numerosos mercados donde opera la marca de los cuatro aros, con el objetivo de que sus coches cubran con creces cualquier exigencia al respecto. 

Para realizar los análisis, el nuevo centro de seguridad utiliza 60 maniquíes, más conocidos como dummies que abarcan todas las tipologías humanas, desde un bebé de 18 meses hasta un adulto de 102 kilos de peso. Aquí, Audi también recurre a la última tecnología y sus maniquíes Thor disponen de 150 sensores que recopilan todas las posibles lesiones que se producen en cada simulación.  

Además de estas lecturas, unos escáneres 3D procesan digitalmente las deformaciones que se producen en el maniquí durante la simulación y unas cámaras de alta velocidad registran todo el proceso para su posterior estudio. Posteriormente, los miles de datos obtenidos se introducen en un sistema informático compartido con otros laboratorios de Europa, Asia y América para su análisis por parte de los expertos. 

Gracias a estos centros especializados en seguridad, cualquier tipo de accidente real puede simularse, ya sean atropellos, choques frontales o laterales. Y la marca empieza a realizarlos recopilando decenas de miles de datos incluso antes de construir el primer prototipo del modelo porque para diseñar la carrocería ya se necesitan 60.000 cálculos basados en 100 simulaciones diferentes para garantizar su resistencia en los impactos y la adecuada protección de los ocupantes.