Aquellos que tienen un coche eléctrico en propiedad han sufrido uno de los inconvenientes de la recarga. En esta ocasión no se trata de la falta de infraestructura, sino del elevado número de aplicaciones que se necesitan para pagar. Algo que tiene los días contados gracias a una normativa de la Unión Europea.
Hay propietarios de coches eléctricos que tienen en su teléfono móvil más de cinco aplicaciones para poder llevar a cabo la recarga en los distintos puntos. Cada uno de ellos obligan al conductor a descargar una app para poder pagar el coste de la carga. ¿No sería más sencillo poder abonarlo como en una gasolinera tradicional?
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Datáfonos obligatorios en los cargadores
La Unión Europea (UE) pretende acabar con este festival de aplicaciones y ya hay fecha para ello: abril de 2024. A mediados del citado mes, todos los nuevos cargadores que se instalen en alguno de los Estados miembro de la UE deberán estar equipados, obligatoriamente, con un datáfono para pagar las recargas con tarjeta de débito o crédito.
A partir de ese momento, será imperativo para los puntos de nueva instalación. Eso sí, la llegada de los datáfonos será gradual e incluirá a las estaciones ya existentes. Estas tendrán un plazo de casi tres años, hasta el 1 de enero de 2027, para poder adaptar sus instalaciones y equiparlas con estos dispositivos.
La existencia obligatoria de datáfonos en los puntos de recarga de coches eléctricos pretende facilitar la vida a los conductores de este tipo de vehículos. No obstante, este método no será excluyente. Las aplicaciones y otras formas de pago seguirán estando vigentes para quienes prefieran abonar la carga de esta manera.
Objetivo 55 en 2030 de la UE
La obligatoriedad de los datáfonos en los cargadores forma parte del plan ‘Objetivo 55 en 2030’ de la Unión Europea. Con este proyecto, Bruselas aspira a minimizar las emisiones de gases de efecto invernadero, como mínimo, un 55% en 2030.
No es el único punto relacionado con los coches eléctricos que figura en este plan. La UE también obligará a todos los Estados miembro a tener un punto de recarga cada 60 kilómetros en la red básica de carreteras de Europa y cada 100 en el resto de las vías que dan forma a la red integral transeuropea (RTE-T). Como mínimo.
Estos enchufes deberán tener una potencia de al menos 400 kW y de 150 kW, como mínimo, en su punto de salida individual. Para cumplir esta normativa, los países tienen de plazo hasta el 31 de diciembre de 2025. A partir del 31 de marzo de 2027, esa potencia tendrá que ser de 600 kW mientras que los puntos de salida individual de 150 kW pasarán de uno a dos.
Por último, a partir de 2025, tendrá que haber estaciones de recarga para vehículos pesados con una potencia mínima de 350 kW cada 60 kilómetros a lo largo de la red principal de la RTE-T y cada 100 en la red integral. El objetivo es tener una cobertura completa en 2030.
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Desde que aprendió a hablar y escribir, una de sus pasiones siempre fue contar todo lo que pasaba a su alrededor. Hizo las maletas y cambió Zaragoza por Madrid para estudiar Periodismo en la Universidad Complutense. Antes de graduarse, el mundo del motor se cruzó en su camino… y nunca lo ha abandonado.