Los últimos avances nos acercan al vehículo total. La electrónica, Internet y los gadgets de ciencia-ficción, aportan más seguridad, menos emisiones y una conectividad total para convertir al coche en la máquina definitiva.
¿Qué sucede con el piloto automático? Las imágenes que llegan de EE UU y China, con coches moviéndose con el conductor leyendo o dormido, no se van a ver en Europa, al menos a corto plazo. Ni tampoco los accidentes. Y es que la legislación europea es mucho más estricta, al igual que la japonesa, y depende además de cada país.
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Alemania, por ejemplo, es el único Estado miembro que ha adaptado su marco legal para regular la circulación de estos coches. Y, por el momento, solo la permite en autopista y hasta 60 km/h, limitando así su uso a los atascos. En esas situaciones, el conductor podría soltar el volante y desatender el manejo (Nivel 3 en la escala SAE), aunque debe estar preparado para retomar el control en segundos si el vehículo lo requiere.
Pero, según Mercedes, su nuevo Clase S va por delante de la norma y puede rodar solo a velocidades muy superiores. Llegará a España en diciembre y su fabricante asegura que, cuando la ley de cada país lo permita, bastará una actualización online para que el coche evolucione.
Seguridad: nuevos airbags
Las bolsas de aire de protección siguen proliferando. Y en este curso han llegado dos nuevas: el airbag central delantero y el airbag frontal trasero. El primero, que ofrecen ya marcas como Honda, Hyundai y Toyota, impide que los ocupantes delanteros puedan chocar entre sí, mientras que el otro (una primicia de Mercedes) refuerza la seguridad tanto de los pasajeros anteriores como de los posteriores. Amortigua el impacto del ocupante trasero y, al tiempo, reduce el riesgo de que el delantero sufra lesiones en la espalda.
Asimismo, varios fabricantes ensayan airbags gigantes para los próximos coches autónomos, sin puesto de conducción, que envolverán casi por completo a los ocupantes.
Emisiones: diésel tan limpios como los gasolina
El tapón azul junto al del carburante corresponde al depósito de AdBlue, una solución acuosa con urea que se inyecta en los gases de escape para descomponer los óxidos de nitrógeno (NOx) antes de que lleguen a la atmósfera. Y con esta ayuda, los modelos de gasóleo son casi tan limpios como los de gasolina en expulsión de NOx y mantienen su 20% de ventaja en ahorro de CO2.
Ahora, algunas marcas empiezan a aplicar doble inyección de AdBlue, la del escape y otra anterior en el motor (Volkswagen, Seat, Skoda, Audi…), con el resultado de que los diésel equiparan sus emisiones de óxidos de nitrógeno a los de gasolina e incluso les mejoran. El objetivo: recuperar el interés por una tecnología, depurando sus emisiones, que sigue siendo imbatible por su consumo y autonomía en viajes largos.
Faros mágicos: proyectan iconos
Son uno de los avances más llamativos de todo 2020. Se llaman Digital Light y son unos faros casi de película, capaces de proyectar gráficos y líneas sobre la carretera para ayudar al conductor. La innovación es de Mercedes y la estrenará el nuevo Clase S, aunque será un sistema opcional y, previsiblemente, costoso. Si el modelo llega a una zona de obras, los faros dibujan en el asfalto el icono de una excavadora, y si el carril además se estrecha, suma unos trazos de guiado para indicar la anchura disponible. Además, si hay un peatón junto a la vía, lo identifica con un trazo lumínico que se asemeja a una flecha para que el conductor conozca su posición.
Cada óptica incluye 1,3 millones de espejos en miniatura, que son los que permiten realizar las proyecciones, y el fabricante asegura, a modo de guinda técnica, que será un dispositivo en constante evolución: a través de actualizaciones online se podrán ir ofreciendo nuevos gráficos y funciones, al igual que se hace hoy con las apps de un móvil.
Redes 5G: camiones enlazados
El proyecto 5G NetMobil busca desarrollar aplicaciones concretas de movilidad basadas en las nuevas redes 5G. Y abarca a 16 empresas, entre compañías de automoción, tecnología y comunicaciones. El proyecto contempla tres áreas de trabajo principales: caravanas de camiones automatizadas, un asistente de seguridad que conecta a vehículos, peatones, ciclistas e infraestructuras para evitar accidentes, y la creación de un ecosistema técnico estandarizado.
Las caravanas de camiones aportan ventajas como una mayor seguridad, derivada de su tránsito robotizado, y también un menor consumo, porque la conexión de vehículos mejora la aerodinámica. Y así, se podría reducir hasta un 30% el coste de un trayecto largo. Además, al pasar por zonas con peor cobertura, las unidades se separan más entre sí, volviendo a juntarse al recuperar la máxima recepción de señal.
Comunicación: potentes centros de control
Los centros multimedia son cada vez más potentes y las nuevas entregas de estos sistemas son, al menos, un 50% más capaces. Y este avance en músculo informático permite aplicar, entre otras cosas, las actualizaciones online e incluso conexiones remotas (desde el móvil) y hasta domésticas (con la domótica del hogar). Además, los sistemas más avanzados comprenden más de 20 idiomas diferentes y son capaces de distinguir hasta el tono de voz de cada persona.
Reconocen asimismo órdenes gestuales, llevando la interacción a nuevas cotas, y prestan una atención especial a la seguridad antipirateo. Para reforzar la protección en pagos y otras operaciones que puedan entrañar riesgo, aparte del código PIN, las propuestas más completas apuestan por un triple sistema de control: facial, por voz y por huella dactilar.
Confort parasol inteligente
Un avance aparentemente menor pero que puede cobrar trascendencia. Los parasoles del automóvil nacieron hace casi 100 años, y son de los pocos elementos de los coches que apenas han evolucionado con el paso del tiempo.
El Virtual Visor, ideado por Bosch, es la visión de esta empresa, uno de los mayores proveedores del sector, de cómo debería mejorarse. Y la clave está en la electrónica. De los parasoles físicos actuales se pasa a otro inteligente, que evita deslumbramientos oscureciéndose de forma selectiva. Va conectado a una cámara que monitoriza los ojos del conductor. Y, al detectar que el sol puede cegar al piloto, vuelve opaca la parte del visor necesaria, manteniendo traslúcida el resto de la superficie para garantizar así el máximo campo visual disponible. Todavía no hay fecha de lanzamiento, pero su integración resultaría sencilla en cualquier modelo.
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