Desde su lanzamiento en 2018, el Citroën C5 Aircross ha vendido más de 245.000 unidades en Europa, 27.000 de ellas en España, lo que da una idea de su éxito comercial. Para continuarlo, muestra ahora un rediseño que le aporta una nota de frescura y modernidad. Tanto en su carrocería como en su interior.
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Por fuera, lo que más cambia es el frontal, donde se han rediseñado todos los elementos. Desde las luces LED, ahora con forma de V y un efecto 3D; o los ‘chevrones’, que se reinterpretan y alejan de los faros diurnos, para reclamar su propio protagonismo, a pesar de que se unen a ellos mediante unas líneas que Citroën llama de teclas de piano por alternar el negro con el cromado en su dibujo tridimensional.
Bajo la parrilla, también se ha modificado la zona de entrada de aire, así como las tomas laterales, ahora abiertas y funcionales. Todo el frontal adquiere líneas más verticales y menos redondeadas que en el modelo precedente.
Las llantas diamantadas de 18 pulgadas (19 en acabados superiores) también lucen nuevo diseño en 3D. Y en la zaga, la nueva firma luminosa se basa en tres LED por cada piloto, a los que también se ha dotado de un efecto 3D.
A la paleta de colores se añade uno nuevo denominado Azul Eclipse y que pasa del azul oscuro casi al negro en función de la incidencia de la luz, según asegura Citroën.
Interior también modificado
No es que las modificaciones en su interior sean significativas, pero sí las suficientes para que este Citroën también sea más funcional y todavía más cómodo. Porque para empezar, se ha aumentado la espuma de alta densidad que compone el acolchado de los asientos delanteros en 15 milímetros y al sentarte, la verdad es que la comodidad es impresionante.
Quizá demasiada, porque al detenerse, cuesta salir de estos asientos. Citroën asegura que este tipo de espumas no se deforman con el uso. Y, por cierto, estos asientos delanteros pueden disponer de calefacción y masaje. También cuentan con nuevas costuras en color azul y los materiales de algunos elementos del salpicadero y los paneles de las puertas se han mejorado.
La otra diferencia más perceptible respecto del C5 Aircross procede de la pantalla de infoentretenimiento, ahora algo más grande de diez pulgadas y que se sitúa en una posición más alta para que el conductor desvíe menos la mirada de la carretera. El cuadro de instrumentos digital continua con un tamaño de 12,3 pulgadas y totalmente personalizable.
También se ha modificado, o mejor dicho, minimizado, el selector del cambio automático denominado e-Toggle, así como el selector de los modos de conducción que incorpora la función Grip Control y, en las versiones híbridas enchufables, los modos Electric, Hybrid o Sport.
Detrás, ofrece tres asientos individuales corredizos, reclinables y plegables; mientras que su maletero cuenta con una capacidad de 580 a 720 litros en la versión térmica y de 460 a 600 litros en la versión híbrida enchufable.
Mecánicas de combustión y PHEV
Con una altura libre al suelo de 23 centímetros, el Citroën C5 Aircross llega con tres mecánicas. El primer motor es de gasolina, con el conocido PureTech de 130 CV. El segundo es el Blue HDI diésel con la misma potencia y ambos asociados a un cambio manual de seis velocidades o automático de ocho.
El tercero es el híbrido enchufable de 225 CV que combina un motor de gasolina PureTech de 180 CV con un motor eléctrico de 80 kW (109 CV) y una batería de 13,2 kWh. Lo más interesante de este PHEV es que su autonomía eléctrica es de 55 kilómetros, aunque en la presentación que Citroën organizó en Niza (Francia), nada más cargarse presentaba un rango útil de poco más de 40 kilómetros que, una vez en marcha y sin abusar del acelerador, se quedaba en poco más de 30.
Un dato que habrá que verificar con una prueba más a fondo del nuevo modelo. Al menos, se puede circular en modo eléctrico hasta 135 km/h, aunque a estas velocidades la autonomía se reduce todavía más.
Por supuesto, se puede programar la carga a través de una aplicación y, a través de un Wall-box se recarga en menos de dos horas. En cuanto a asistentes de seguridad, el C5 dispone de hasta 20 ayudas a la conducción diferentes.
Pero lo que más llama la atención en marcha es su suspensión. Dotada de Amortiguadores Hidráulicos Progresivos, una exclusiva de Citroën, proporcionan un confort a bordo de lo mejorcito del segmento de los SUV compactos como este.
La prueba no duró muchos kilómetros, pero también se pudo comprobar lo bien que funciona el sistema híbrido, con cambios del motor eléctrico al térmico prácticamente imperceptibles y con una suavidad de marcha muy alta también gracias a unos cristales delanteros acústicos en esta versión PHEV.
Es cierto que si se incrementa el ritmo, los cambios de dirección se le atragantan algo y muestra algún vaivén que otro en su carrocería, pero no es un SUV destinado a circular rápido. Es un automóvil para viajar tranquilo, disfrutar del recorrido y cuenta con un confort de marcha solo igualable para vehículos de una gama mucho más alta.
Ya está a la venta con unos precios que parten de los 29.675 euros (27.275 euros con la promoción de lanzamiento) para la versión con motor de gasolina PureTech 130, cambio manual y acabado Feel. Respecto al diésel, parte de 31.870 euros (29.470 con promoción) y en lo más alto del ránking, el híbrido enchufable que parte, en su versión Feel Pack, de un precio de 44.850 euros (40.060 con descuento).
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