El tacómetro es un dispositivo que sirve para mantener un régimen óptimo de giro del motor. Así, gracias a él, se pueden conseguir mejores respuestas, ahorrar combustible y no sobrepasar los límites mecánicos del motor.
¿Dónde está el tacómetro del coche?
Por lo general, el tacómetro (que muestra las revoluciones por minuto) es una esfera situada al lado del velocímetro, que, a su vez, se encarga de medir la velocidad del propio vehículo.
Y también comparte el cuadro de instrumentos con el contador del odómetro (que mide las distancias recorridas) y diversos testigos luminosos, como por ejemplo el de presión de aceite.
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No hay que confundir el tacómetro con el tacógrafo, que mide diversos datos en los vehículos pesados de transporte. Tal y como obliga el reglamento de vehículos, registra los kilómetros recorridos, la velocidad, los horarios de actividad y las pausas de descanso de los conductores profesionales.
Tipos de tacómetro
El tacómetro de un coche refleja unos valores en una circunferencia graduada numéricamente, e indica el número de rotaciones que completa en un minuto el cigüeñal del motor.
Es lo que se llama régimen de giro, y su valor máximo se señala en la esfera mediante una zona roja. No hay que sobrepasar este límite, a riesgo de someter la mecánica a un desgaste excesivo que puede averiarla.
Existen tres tipos de tacómetro, según su tecnología. Los de los coches más antiguos son de accionamiento mecánico. En ellos, un cable movido por un engranaje es el encargado de transmitir desde el cigüeñal hasta el reloj del cuadro la velocidad de giro del motor.
En modelos más modernos, el dispositivo es del tipo analógico. El funcionamiento es similar, pero con la diferencia de que la información se transmite a través de un sensor electrónico en lugar del cable. Una bobina magnética recibe los datos y mueve la aguja del tacómetro según la fuerza del impulso.
Prescindible si el cambio es automático
Como es lógico, la tecnología informática también ha llegado a la instrumentación de los coches. Los tacómetros de última generación utilizan un microprocesador para captar la velocidad de giro del motor y enviarla a una pantalla digital. La precisión es mayor que la de los sistemas tradicionales.
El tacómetro es muy útil en los coches con caja de cambios manual. En ellos, es necesario adecuar el régimen del motor al desarrollo de cada marcha para así conseguir la mejor respuesta.
Pero en los modelos de cambio automático, el tacómetro se ha convertido en un instrumento prescindible, porque las marchas se gestionan por sí solas según el régimen de giro del motor. Y tampoco resulta necesario en los coches eléctricos, ya que su mecánica no necesita caja de cambios.
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