Simplificar al máximo y conseguir la mayor ligereza. Siguiendo estos preceptos, el genio del automovilismo deportivo Colin Chapman proyectó en 1957 un pequeño coche deportivo con un chasis tubular, derivado del Lotus Eleven de carreras.
De esta manera nacía el Lotus Seven, todo un icono del automovilismo que aún hoy en día se mantiene como un símbolo con ruedas al lado de otros como los Porsche 911 o Fiat 500, entre los modelos más emblemáticos y reconocibles en la distancia.
A pesar de sus orígenes sofisticados provenientes de la alta competición, el Seven era muy sencillo y, para abaratar sus costes de fabricación, recurría a soluciones mecánicas muy simples, por ejemplo su eje rígido trasero o su modesto motor Ford 1.2 de 40 CV que sustituyó al inicial Coventry Climax del primer prototipo.
Más información
Vestido con una somera carrocería de aluminio, que carecía de puertas, el pequeño deportivo hizo mundialmente célebre la máxima preferida de su creador Colin Chapman: “Light is right”, que se puede traducir como lo ligero es lo correcto. Una filosofía que el genio de los circuitos había adquirido durante su experiencia militar en la RAF.
El célebre ingeniero británico había proyectado el Seven para ser asequible, que se pudiera montar en los garajes particulares de los clientes más entusiastas y, una vez al volante, les deparara las satisfacciones propias de conducir un coche de competición.
Preparación Cosworth
Y acertó de lleno, porque, desde el principio, el pequeño Lotus se consideró un coche de carreras que muy pronto se hizo asiduo a innumerables pruebas, tanto sobre circuito como en tramos cronometrados de carretera.
El coche podía adquirirse en un kit o ya montado y, a petición de los numerosos pilotos que lo encargaron, volvió a estar disponible el motor Climax original, de 75 CV. Una mecánica que no tardó en ser potenciada por el famoso preparador Cosworth para obtener 85 CV en la versión Super Seven.
Pero a pesar de su sencillez, el Seven seguía resultando caro de producir para un pequeño fabricante como Lotus. Por ello, Chapman simplificó aún más la estructura del chasis sin comprometer su consistencia. La carrocería pasó a fabricarse en fibra de vidrio en lugar de aluminio y se redujo el tamaño de las ruedas de 15 a 13 pulgadas.
Además, algunos de sus componentes fueron aprovechados del Triumph Herald, una coqueta berlina de dos puertas fabricada en gran serie y diseñada a finales de los cincuenta por el virtuoso Giovanni Michelotti, autor entre otras de la carrocería del primer Alpine.
En 1965, el Seven tuvo otro gran impulso en sus ventas cuando entró a formar parte del reparto de la serie de televisión El prisionero, protagonizada por el actor Patrick Mc Goohan.
El éxito televisivo reportó una gran publicidad a Lotus que, sin embargo, no obtenía del Seven la rentabilidad necesaria (se vendían por menos de 500 libras de la época) y por ello la marca decidió vender directamente los kits de montaje a sus clientes y que fueran los concesionarios quienes se encargaran de ensamblarlos y venderlos.
El cambio de nombre
Uno de estos concesionarios, Caterham Cars, pronto destacó entre los demás al innovar la gama con motorizaciones inéditas. Chapman decidió entonces ceder en exclusiva la venta de los Seven a Graham Nearn, el sagaz dueño de Caterham Cars.
Lotus retomó la producción en su nueva fábrica de Hethel, y en 1968 presentó el Seven S3, que llevaba el motor del Ford Escort, más robusto y potente que los anteriores.
La nueva generación también aportó mejoras en el chasis, como un eje delantero más robusto, frenos de disco delanteros de mayor tamaño y también incorporando al espartano interior algunos elementos de confort como alfombrillas, cuentarrevoluciones, indicador del nivel de gasolina y puertas en la carrocería.
En 1969, Lotus cesó definitivamente la producción del Seven S3 y, cuatro años más tarde, Caterham adquirió los derechos para reiniciarla ya bajo su nombre. Tras un fallido intento de evolucionar y el fracaso comercial del S4, Graham Nearn volvió a lanzar el “auténtico” S3, enderezando así las ventas.
Más rápido que un Ferrari
Entonces llegaron algunas mejoras en el chasis, como la adopción de un eje semirrígido posterior. Y las nuevas cajas de cambios de cinco velocidades gestionaron mejor la potencia al alza de los nuevos motores que se sucedieron lo largo de los años ochenta.
El éxito del Seven creó a lo largo de las décadas una legión de seguidores que traspasó las fronteras. A comienzos de los noventa, la mitad de la producción se exportaba ya fuera del Reino Unido y otros éxitos llegaron para la marca en forma de ediciones especiales como la Prisoner, una serie limitada que homenajeaba a la serie televisiva o la celebrada 35 Aniversario de 1992.
Desde ese momento, se sucedieron diversas versiones radicales y a cada cual más potente, entre las que destacaron la DBR Cosworth (150 CV) y otras equipadas con motor Opel 2.0 (175 CV).
Sin embargo, la culminación de estas preparaciones especiales llegó con el Seven JPE, desarrollado en colaboración con el piloto de F1 Jonathan Palmer y que, gracias a su motor 2.2 (250 CV) y a un aligeramiento máximo, consiguió arrebatar al Ferrari F40 el récord del mundo de aceleración que entonces ostentaba, registrando un crono de 3,4 segundos desde cero a 100 km/h.
Demostración en Nürburgring
Las nuevas normas antipolución obligaron a Caterham a abandonar los veteranos motores Ford y los sustituyó por otros de origen Rover, ya catalizados. Así, los Seven llegaron al nuevo siglo con mecánicas renovadas, pero sin alterar apenas la concepción original de Chapman.
A la gama se unieron en esa época unas nuevas versiones de chasis alargado SV, que incrementan la longitud del coche desde los escuetos 3,38 metros originales hasta 3,53 metros. Y en 2003 llegaron los Seven CSR, con un diseño más aerodinámico y nuevas suspensiones de inspiración F1.
Esto no impidió que en 2006, por la situación económica, Nearn tuviera que vender la compañía al grupo de inversión estadounidense Corven Group, abriendo una nueva era de inestabilidad financiera.
Pese a todos estos avatares, los Seven siguieron resistiendo a lo largo de este tiempo y lo demostraron asombrando con nuevas versiones extremas como las R300, R400 y R500. Consiguiendo esta última la proeza de completar en 2020 una vuelta al circuito de Nürburgring en tan solo 7m 27s.
Nueva gama Heritage
A año siguiente, el importador japonés de la marca VT Holdings anunció que compraba la marca y, unos meses más tarde, ya presentó el modelo Seven 170 dotado de un motor Suzuki de 84 CV y aligerado hasta lograr un peso récord. Ya en 2023, la renovada marca Caterham acaba de presentar su nueva gama Heritage en el prestigiosos Salón Retromobile de París.
Se trata de dos nuevos modelos, Super Seven 600 y Super Seven 2000, ambos inspirados en los S3 de los años setenta y ochenta y que anuncian en Europa unos precios respectivos de 36.895 y 51.195 euros. Esta será la despedida oficial del motor tradicional de combustión que ha animado al modelo durante su larga historia. Después, llegará una futura generación del Seven con mecánica 100% eléctrica.
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, Twitter o Instagram
Cuatro décadas informando sobre el mundo del motor y probando coches de todas las categorías. Después de trabajar en diversos medios especializados (Velocidad, Auto1, Solo Auto, Motor 16, Car and Driver, EcoMotor...), ahora en Prisa Media para seguir cubriendo la actualidad en plena revolución tecnológica del automóvil.