Por qué surgió Alpine y cómo se convirtió en una marca de coches

Creada por un apasionado emprendedor, consiguió asombrosos triunfos deportivos y hoy es la marca más exclusiva del grupo Renault.

Alpine A110
El Alpine A110 (2017) junto a su antecesor.

Allá por los años cincuenta del pasado siglo, Jean Rédélé era dueño de un concesionario Renault en la localidad francesa de Dieppe. Pero hay bastante más que contar sobre este personaje, porque había crecido en el taller de coches de su padre Emile, expiloto oficial de la marca y que, entre otros triunfos señalados, había ganado el GP de la Sarthe en 1906. 

Tras completar sus estudios superiores de comercio en París, Jean heredó el negocio y al tiempo siguió cultivando una pasión por la gasolina que pronto le abocó también a la competición.

La actividad deportiva pronto le reportaría diversos triunfos, algunos conseguidos sobre las sinuosas carreteras de montaña de los Alpes. Y serían precisamente estas últimas y emocionantes experiencias las que marcarían para siempre su posterior trayectoria profesional. 

Carreras míticas como la Mille Miglia o las 24 Horas de Le Mans le reportaron mucha experiencia al volante de su R4.

Pero la competición también despertó en el joven emprendedor un afán de mejora de los automóviles, planteando numerosas sugerencias que Renault materializó en el Rédélé Spéciale, un coche hecho a su medida y que le decidió a crear su propio vehículo.  

Alpine Tour de France (1955).

Piezas de serie bajo un diseño genial

Ante la tesitura de dedicarse a las carreras o crear una nueva marca, Rédélé se decidiría por lo segundo. Y en 1955 registró la SARL (Sociedad de Automóviles Alpine), eligiendo este nombre en recuerdo de lo mucho que había disfrutado en sus experiencias deportivas por los los Alpes. 

Rédélé tenía una idea muy clara de cómo debía ser su coche ideal: de concepción innovadora, mecánica sencilla pero potente, carrocería ligera y, un aspecto comercial muy importante, que aprovechara un máximo de las piezas de serie para abaratar el precio y su mantenimiento. 

Alpine M65 en las 24 Horas de Le Mans (1965).

A todo lo anterior el empresario francés sumó el acierto de dar con una envoltura especialmente atractiva. Y lo consiguió al delegar el diseño al genio italiano Giovanni Michelotti, que ya desde el primer momento inculcó a los Alpine una inconfundible imagen de líneas puras y sencillas.  

Al primer modelo Alpine de 1957, que fue un pequeño descapotable, pronto le seguiría la berlineta A106. Pero en 1960 llegó el A108 con una drástica evolución al adoptar un nuevo chasis de viga central que aportaría al deportivo una extraordinaria agilidad por la que el liviano deportivo se distinguiría desde entonces.  

Jean Rédélé en su fábrica de Dieppe (Francia).

Un éxito interrumpido por la crisis del petróleo

Siempre nutriéndose de las accesibles piezas de los modelos más populares de Renault, el deportivo fue progresando en el siguiente A110, que sustituyó el motor del anterior Dauphine por el del recién llegado R8, un modelo mucho más moderno y que también sirvió para aprovechar en la berlineta nuevos y más avanzados componentes. 

El sueño de Jean Rédélé se hizo así realidad y el Alpine evolucionó en sucesivas generaciones, a cada cual más potente y eficaz sobre la carretera. Así hasta llegar a los años setenta, culminando una saga que también se fabricó en la planta española de FASA en Valladolid. 

El Alpine A110 disputando el campeonato mundial de rallys (1966).

Por desgracia, a lo largo de esa década, la crisis del petróleo y los problemas financieros asediaron a la marca hasta que una huelga paralizó la planta francesa. Esto obligó a Jean Rédélé a abandonar la empresa y ceder su parte al ya entonces socio mayoritario Renault.

El fabricante decidió entonces cesar la producción de Alpine y dedicó la fábrica de Dieppe a montar las versiones más deportivas de sus modelos bajo la división de Renault Sport. 

El primer Alpine desarrollado por Renault

No obstante, en 1985 Renault llevó a cabo un intento de resucitar la marca Alpine con el GTA (Grand Tourisme Alpine). Se trataba del A310, un ambicioso sucesor del A110 con una carrocería moldeada en plástico y un potente motor V6 que se ofrecía en dos versiones, atmosférica o turbo.

Estaba pensado sobre todo para la exportación, para competir con otros deportivos europeos como el Porsche 911, pero la retirada de Renault del mercado estadounidense provocó que el modelo GTA se cancelara definitivamente en 1991. 

Sin embargo, el proyecto tuvo cierta continuidad, ya que ese mismo año Renault presentó el A610, que tenía una estética parecida a la que hubiese sido la versión exportada a EE UU, pero con un nuevo motor y muchas mejoras en el chasis.

Alpine A610 (1991).

Alpine tampoco logró resucitar en este segundo intento y, después de producirse tan solo 818 ejemplares, el modelo dejó de venderse en 1995. 

El poso de Alpine había calado muy hondo en Renault y por eso la casa matriz siempre guardó con celo en su cartera el proyecto de recuperarla. Y curiosamente la ocasión llegó desde el mundo virtual en 2015, cuando presentó en público una versión a escala real del Alpine Vision Gran Turismo, que por entonces era uno de los protagonistas del famoso videojuego.

Desde ese momento, las cosas se aceleraron para Alpine. En las 24 Horas de Le Mans de ese mismo año, Renault exhibió el prototipo Célébration para festejar los 60 años de la marca. Y en 2016, el fabricante francés hizo oficial en el escenario de Mónaco el regreso de la enseña a la palestra automovilística.

Alpine Vision junto a su antecesor (2016).

Prototipo de hidrógeno

Un regreso que se materializó en el Alpine Vision, un prototipo que recuperó la esencia de la firma y, como deseaba Jean Rédélé, sigue destacando por su ligereza (1.083 kilos) y su potencia (252 CV).

Las reservas para comprar el resucitado Alpine A110 se abrieron en 2016 y, tres años más tarde, el nuevo deportivo dio la campanada al quedar segundo en la elección del Coche del Año entre los 60 finalistas pertenecientes a todas las categorías. 

Ahora, el A110 está a la espera de su relevo eléctrico, aunque en el futuro también podría apostar por la tecnología del hidrógeno sostenible, según se deduce del futurista Alpenglow, último prototipo presentado por Alpine en el salón de París.

Mientras tanto, Luca de Meo, consejero delegado del grupo Renault, ha desvelado que la marca Alpine va a estar a la vanguardia de la innovación y seguirá su brillante trayectoria con modelos cada vez más exclusivos.  

Prototipo Alpenglow con motor de hidrógeno (2022).

La historia deportiva de Alpine

Un capítulo aparte merece la historia deportiva de Alpine. Con el espíritu de las carreras en sus genes, la marca francesa ha acumulado un palmarés envidiable a lo largo de su historia en diversas especialidades.

Ya sea en resistencia, monoplazas o rally, ha brillado con luz propia en la competición a lo largo de las décadas. En la actualidad, sigue en la brecha y su escudería disputa el campeonato mundial de F1 encuadrando en el equipo al piloto español Fernando Alonso y su compañero francés Esteban Ocon.

Fernando Alonso pilotando el Alpine de F1 durante el último Gran premio de EE UU (2022).

Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, X o Instagram

Newsletter ElMotor

Recibe la newsletter de EL MOTOR con toda la actualidad del mundo del automóvil y la moto, tecnología, seguridad, conducción y eficiencia.

Apúntate

Servicios ELMOTOR

Encuentra los mejores talleres, seguros, autoescuelas, neumáticos…

BUSCAR
Cerrar

NEWSLETTER

Toda la actualidad del mundo del automóvil y la moto, tecnología, seguridad, conducción y eficiencia en tu buzón de correo.

¡Me interesa!
Por ahora no