Canadá tiene un serio problema con el robo de coches. Las tasas de este delito se han disparado en ciudades como Quebec, Ontario o Toronto. Tanto que las autoridades se han visto obligadas a realizar una insólita recomendación para minimizar los daños.
Desde 2022, la ciudad canadiense ha visto cómo desaparecían 9.600 vehículos en su área metropolitana: esto supone un aumento del 300% desde 2015. El valor de todos los coches robados asciende a los 1.000 millones de dólares (916 millones de euros, según el cambio actual). Lo nunca visto antes en Canadá.
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La situación es tan grave que, de momento, las autoridades no saben cómo frenar esta ola de robos. En una reciente reunión de seguridad, un agente de la policía de Toronto ofreció un insólito consejo: dejar que los ladrones se lleven el coche para evitar daños mayores.
Esta fue la recomendación: “Para evitar la posibilidad de ser atacados en casa, dejen las llaves del coche en la puerta de acceso. Entran a los hogares para robar vehículos. No quieren nada más”.
La policía ha adoptado esta postura conservadora para que los ciudadanos de Toronto no arriesguen su vida o sufran lesiones por algo que es material y, además, está asegurado. Algunos propietarios han tomado en serio el consejo y, después de sufrir varios intentos de robo, han optado por dejar el coche abierto con una nota que informaba sobre ello.
Otros, sin embargo, han llegado a extremos opuestos para intentar disuadir a los ladrones. Así lo explica The New York Times en un artículo en el que cuenta que el dueño de un Honda CR-V ha instalado dos sistemas de alarma, un dispositivo de seguimiento y cuatro localizadores Apple AirTag. Tiene, también, calzos en las cuatro ruedas y un sistema antirrobo en el volante.
Por si fuera poco, guarda las llaves del SUV en una funda de Faraday: de esta manera evita que se amplifique la señal y se mantenga protegida de quienes quieran robar el vehículo con facilidad. Cuenta con dos focos sensibles al movimiento apuntando al camino de entrada de su casa, donde también ha instalado un bolardo.
El suplicio de los conductores se ha convertido en una fuente de ganancias para determinadas empresas: concretamente para las que comercializan dispositivos de rastreo para vehículos. Tag Tracking, que tiene sede en Montreal, ha duplicado las ventas en los últimos dos años.
También han aparecido empresas que se dedican a instalar bolardos en los caminos que van hasta la entrada al garaje de las casas unifamiliares.
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Desde que aprendió a hablar y escribir, una de sus pasiones siempre fue contar todo lo que pasaba a su alrededor. Hizo las maletas y cambió Zaragoza por Madrid para estudiar Periodismo en la Universidad Complutense. Antes de graduarse, el mundo del motor se cruzó en su camino… y nunca lo ha abandonado.