Lo que muchos conductores consideraban hace poco una amenaza inconsistente ya va tomando forma. Aunque no haya fecha fija para su puesta en marcha, el proyecto de autovías de pago en España estará preparado en los próximos meses.
La secretaria de Estado de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Isabel Pardo de Vera, asegura de hecho que el sistema se armará antes de que termine la legislatura. También están listos los argumentos frente a las previsibles protestas: la necesidad de mantenimiento de la red viaria y una imposición comunitaria.
“Es una exigencia emanada de Europa que obliga a establecer fórmulas para mantener la seguridad en las carreteras. Los cambios van más allá y se centran en criterios de sostenibilidad, digitalización, electrificación”, zanja la secretaria de Estado, según recoge Europa Press.
Viñeta o pago por kilómetro
La ministra de Transportes, Raquel Sánchez, ya anunció hace un año que su equipo propondría “en los próximos meses” un modelo de pago consensuado con el sector. Las posibilidades son dos, o una combinación de ambas: una tarifa plana –lo que se conoce popularmente como viñeta– o un pago por uso literal, de modo que se abone una cantidad por kilómetro recorrido.
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El primer método se utiliza en varios países europeos (Austria, Luxemburgo, Países Bajos o Suiza, entre otros) y, en la práctica, consiste en comprar una pegatina que se coloca en el parabrisas. Su presencia acredita al conductor del vehículo para circular por las vías donde se exija el pago por uso.
La patronal de empresas de conservación ACEX propone tres tarifas anuales diferentes: 87 euros para turismos, 43,5 euros para motocicletas y 435 euros para camiones, furgonetas, autobuses y tractores. Esto supondría, en un cálculo rápido, una recaudación anual de unos 4.660 millones de euros.
La segunda de las opciones la defiende por ejemplo la Asociación Española de la Carretera (AEC), que ya elaboró una hoja de ruta en 2012 para la implantación del pago por uso. Según su modelo ideal, este debería aplicarse a las vías de gran capacidad y a las carreteras convencionales paralelas, para evitar el peligroso efecto rodeo. En total, unos 15.500 kilómetros, de los 165.000 que componen la red viaria.
Pago por uso: más seguridad vial
“Cualquier sistema que contemple de manera exclusiva las vías de gran capacidad o unas determinadas carreteras supondrá inevitablemente una redistribución del tráfico hacia vías de menor nivel, con consecuencias claramente negativas de congestión, deterioro del estado de conservación y, lo que es más importante, de seguridad vial”, sostiene la AEC.
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Según su propuesta, que exige la instalación de pórticos de reconocimiento de vehículos, los turismos y furgonetas ligeras deberían abonar entre 0,024 y 0,043 euros por kilómetro. Los vehículos pesados, 0,13 céntimos. En este supuesto, el Estado recaudaría anualmente entre 9.300 y 14.200 millones de euros.
“Hay que buscar soluciones a la falta de mantenimiento de las infraestructura que ha habido durante demasiados años”, sostiene Pardo de Vera. El último análisis de la AEC calcula un déficit de conservación en toda la red de unos 10.000 millones de euros.
En los dos últimos años, la asociación ha analizado 101.700 kilómetros de vías. Unos 26.400 kilómetros de la red del Estado y 75.300 de la red autonómica. De ellos, unos 13.000 presentan “deterioros graves en más del 50% de la superficie del pavimento”.
Cuando baje la inflación
“Sería una vergüenza irme sin un modelo perfectamente determinado”, ha afirmado Pardo de Vera durante su intervención en un acto de Nueva Economía Fórum. La secretaria de Estado ha aclarado, sin embargo, que el sistema se pondrá en marcha cuando baje la inflación y se suavice la incertidumbre económica.
“En los próximos meses se dejará listo para que quien quiera ponerlo lo haga sin problema. Y si me toca a mi, los haré sin titubeos, porque el proyecto va a estar trabajado y podrá establecerse sin problemas”, ha añadido.
Pardo de Vera ha indicado que a este sistema no se le debe llamar pago por uso, sino que es una adaptación a un modelo de sostenibilidad que integre la tecnología, la electrificación y la digitalización, para favorecer la seguridad vial, la progresividad y la cohesión territorial.
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El sistema de cobro en las autovías lo estrenó en enero de este año la Diputación Foral de Gipuzkoa, que instaló un sistema de pago en la A-636 entre las localidades de Beasain y Bergara.
En un tramo de 15,5 kilómetros, los coches y los vehículos ligeros pagan 2,53 euros, mientras que el coste para los camiones es de 4,11 euros y 5,15 euros (para los de más de 12 toneladas). Es decir, entre 16 y 33 céntimos por kilómetro.
Las Juntas Generales de Bizkaia también han aprobado la implantación de peajes en 101 kilómetros de su red viaria, repartidos en cinco carreteras. El objetivo es que el pago esté en marcha en todas ellas antes de que termine 2023.
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