Keanu Reeves es noticia, pero el motivo nada tiene que ver con su trabajo como actor. Este fin de semana ha participado como piloto profesional en la Toyota GR Cup Series, celebrada en el circuito de Indianápolis. Lo ha hecho a bordo de un deportivo que está al alcance del común de los mortales: no como su colección particular.
El modelo que ha pilotado (y con el que tuvo un susto en la vuelta nueve cuando perdió el control y estuvo a punto de chocar) es un Toyota GR86, preparado, eso sí, para la ocasión. El modelo normal (desde 36.900 euros) está impulsado por un motor 2.4 bóxer atmosférico, de 234 CV y 250 Nm de par máximo; sus acompañantes son una transmisión manual de seis marchas y un sistema de tracción trasera con diferencial autoblocante de tipo Torsen.
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No es la primera vez que Keanu Reeves forma parte del mundo del motor, una afición que ha cultivado desde que era un niño. Entonces jugaba con los de juguete y sus favoritos eran un John Player I negro con las molduras doradas, un Porsche 911 Turbo gris y un Ferrari 512 Berlinetta rojo.
Tal era su pasión que Keanu Reeves quería ser físico nuclear o piloto de carreras. Los primeros modelos reales que recuerda son un Citroën de los años 70 y el Mercedes-Benz 450 SL de su abuela, así como el Porsche 911 Targa que tenía el novio de esta.
Su primer coche
Cuando tenía 17 años, Keanu Reeves se compró su primer coche: un Volvo 122 de color verde, como los vehículos de carreras británicos, y que bautizó como ‘Regordete’. ¿La razón? Los asientos estaban tan desencajados que tenía que sujetarlos con ladrillos. Aun así, en 1985 viajó con él de Toronto a Los Ángeles.
Poco después llegó su pasión por las motos y todavía conserva su favorita: una Norton Commando del 73 que compró en 1987. Tanto le gustaban que, cada vez que iba a algún lugar para rodar una película, se compraba una y la vendía cuando terminaba el rodaje.
Keanu Reeves y Porsche
La alemana es una de las marcas preferidas del actor. Razón por la que compró un Porsche 911 Carrera 4S (993) manual, de color negro y con techo solar. Él mismo ha confesado que “aprovechaba cualquier pretexto para conducir por la Pacific Coast Highway y las carreteras del Gran Cañón”.
También hubo apodo para el deportivo alemán: El Trineo, por su elegancia y su rapidez. Por desgracia, se lo robaron durante el rodaje de una película y él cree que fue porque era uno de los últimos modelos refrigerados por aire: “Probablemente, ese fue el motivo”.
Eso sí, el garaje particular de Keanu Reeves no se iba a quedar sin la presencia de la marca alemana. Tras aquel incidente, adquirió un nuevo Porsche 911 y quiso que, estéticamente, fuera igual que el anterior. Le añadió, además, algunos extras como un revestimiento interior de color negro o la marca de centrado en el volante.
Una visita a Maranello
La pasión de Keanu Reeves no se reduce a Porsche: puede presumir de tener tres modelos de Ferrari. Aseguran que uno de ellos, el Ferrari 488 GTB (V8 biturbo de 3.9 litros con 670 CV y 760 Nm), lo encargó tras su visita a Maranello, donde tuvo la oportunidad de probarlo en el circuito de Fiorano.
A él se unen un Ferrari LaFerrari (963 CV y 900 Nm), el primer coche con tecnología híbrida de la marca y el de mayor rendimiento y eficiencia, y un Ferrari California T (V8 de 560 CV), la versión descapotable del GT.
A ellos, se une un Bugatti Veyron (W16 con 1.001 CV y 1.250 Nm de par), un Bentley Continental GT (W12 de 560 CV) y un Mercedes-Benz GLE: apuntan a que la versión concreta sería un Mercedes-AMG GLE 63 S 4MATIC+ (4.0 V8 biturbo de 612 CV y 850 Nm de par).
Su propia marca de motos
Cuando estaba buscando un asiento a medida para su Harley-Davidson, conoció a Gard Hollinger: un especialista en personalización de motocicletas de la zona de Los Ángeles que se negó a personalizar la moto del actor. De ahí nació su marca de motos, Arch Motorcycle Company, y su primer modelo: KRGT-1.
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