Los coches como laboratorio para mejorar las carreteras y la seguridad vial. Esa es la idea que sustenta la “pionera e innovadora” tecnología que ha anunciado la Comunidad de Madrid, y que empleará la información de los sensores y sistemas avanzados de asistencia al conductor (ADAS) de los vehículos para conocer el estado de las vías y mejorar las que lo necesiten.
Por el momento, el Consejo de Gobierno ha dado luz verde a la adjudicación del primer contrato en España de estas características, con una inversión de 2,6 millones de euros por un periodo de tres años.
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Esta técnica convierte a los coches en sensores en tiempo real que registran todo lo que sucede sobre el asfalto, de modo que se puedan obtener referencias precisas y actualizadas de las vías o del comportamiento de los usuarios, ha señalado el Gobierno regional en una nota.
Así, las ruedas de los vehículos (principalmente turismos, más numerosos y avanzados en tecnología) envían información del estado del firme e identifican las áreas que precisan mantenimiento. Los sistemas ADAS equipados en los coches más modernos ofrecerán valiosos datos sobre las zonas conflictivas en una red que supera los 2.500 kilómetros de longitud.
La Comunidad asegura que “un análisis en una de las travesías de la región” ha permitido detectar tramos potencialmente peligrosos que no estaban registrados. Esto se ha conseguido cruzando la comunicación que remiten los automóviles con documentación de siniestros y el equipamiento de las calzadas, en palabras de la Consejería de Vivienda, Transportes e Infraestructuras, que no ha ofrecido más detalles.
“El éxito de las pruebas ha permitido constatar que el uso de estos apuntes precisos y en tiempo real optimiza las intervenciones, reduce los plazos de respuesta ante incidencias y aumenta la seguridad vial”, sostiene la consejería.
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