¿Qué colores se estropean menos con el sol?

Las radiaciones solares degradan con el tiempo la pintura, pero no afectan a todas por igual y hay colores que aguantan mejor la exposición.

Con el paso del tiempo, muchos coches pierden su lustre exterior y en su pintura aparecen manchas o decoloraciones que los afean y envejecen. La meteorología tiene mucho que ver en este progresivo deterioro y en verano el sol es el primer responsable. 

Los desperfectos de las pinturas expuestas largo tiempo al sol son causados por un proceso que se llama calcinación. Se trata de un efecto causado por elevadas temperaturas que terminan degradando progresivamente sus componentes químicos. Y la intensidad del daño puede ser diferente según el color del coche.

El fenómeno será más acusado en las llamadas pinturas opacas y de color mate y también se acelera cuando los pigmentos son de tipo orgánico, por ejemplo, en el caso de tonalidades rojas, naranjas o amarillas. Además, el daño también varía en función de la zona de la carrocería, afectando en mayor medida al capó y el techo, áreas más expuestas a los rayos ultravioleta procedentes del sol. 

Por el contrario, a los colores neutros (gris, negro, beis, marfil, marrón y sobre todo blanco) y sobre todo de acabado metalizado, no les afecta tanto las radiaciones solares y se ven menos perjudicados por el excesivo calentamiento que provocan. 

Renovar la pintura es posible

La pintura de los automóviles modernos dispone de una eficaz protección externa, compuesta por barnices y esmaltes especiales que, entre otras funciones, filtran los rayos solares. Pero esa capa protectora se puede debilitar con el tiempo y al final pierde su eficacia dejando expuestos a los componentes y pigmentos que terminan por decolorarse. 

Una de las causas principales de perder esa cubierta protectora es la exposición prolongada a los diversos agentes atmosféricos. Aunque también contribuye a ello un desgaste acelerado por la acción repetida de los túneles de lavado. A la larga, el rozamiento de los cepillos y la acción de los detergentes generalmente utilizados, que contienen elementos corrosivos como la sal y el cloro, también pueden deteriorar la pintura. 

La primera precaución para conservar en condiciones la pintura del coche es evitar en lo posible su exposición a bruscos cambios de temperatura y a fenómenos climáticos extremos, como el sol intenso en época de verano o el hielo y la nieve en el invierno. Resguardar el vehículo en un garaje, bajo un toldo o protegido con una funda ayudará a conservar mejor la pintura a lo largo del tiempo.  

Y si el daño ya está hecho y la pintura ha perdido el brillo original, existen métodos para devolvérselo. Con un buen tratamiento de pulido y el uso de productos específicos a base de ceras protectoras, se podrán eliminar las manchas por decoloración y devolver al coche una presencia renovada.  

Un proceso que también se podrá también realizar con mayores garantías en un buen taller especializado y, si los daños fueran ya irreversibles, siempre quedará la opción de un repintado general.

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