En el mercado de los coches eléctricos todavía son muchos aspectos los que generan dudas. Habitualmente se hace referencia a la autonomía de los vehículos, a los puntos de recarga y al tiempo de la misma. Pero hay otro factor importante al que posiblemente el comprador no le preste mucha atención y que es igualmente importante: la conservación y degradación de la batería del automóvil.
Se trata de un componente que, con el paso del tiempo y el uso pierde prestaciones, algo que influirá en el alcance del propio coche. Según los expertos, entre un 2,5 y un 4% anual, cifra que depende de factores como la temperatura (en la que influye el calor ambiental y el sistema de refrigeración de la pila) y el tipo de recarga. Así, por poner un ejemplo, un modelo que promete una autonomía de 300 kilómetros podría, cinco años más tarde, suministrar energía para recorrer en torno a unos 250.
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Los fabricantes garantizan la batería teniendo en cuenta tanto el tiempo de uso como la degradación. Y la mayoría ofrecen unas cifras más o menos estandarizadas, pero Lexus ha sorprendido con su primer vehículo eléctrico, un UX 300e que ofrece una garantía de 10 años o un millón de kilómetros, así como una capacidad del 70% al cabo de una década “siempre que los propietarios respeten las revisiones periódicas previstas en el programa de mantenimiento”.
Es mucho mayor de lo habitual entre los coches a pilas que se comercializan en la actualidad. Como referencia, tanto el BMW i3 como el Volkswagen ID.3, cuya llegada a los concesionarios está a la vuelta de la esquina, ofrecen una cobertura de ocho años, pero solo de 160.000 kilómetros. Menos de la quinta parte de lo que promete la marca de lujo del Grupo Toyota.
La compañía afirma que puede ofrecer esa garantía por la experiencia que tiene con sistemas eléctricos, ya que comercializa híbridos electrificados desde 2005, habiendo superado ya los 1,7 millones de unidades.
En el caso del UX, emplea una batería de 54,3 kWh que, según el ciclo WLTP, es suficiente para recorrer 300 kilómetros por carga. Para disfrutar de una vida prolongada dispone de un sistema de refrigeración por aire, más seguro y ligero que uno refrigerado por agua, y con unos calefactores bajo los distintos módulos de la batería, que rebajan el impacto negativo de las bajas temperaturas. Los aislantes sellados de goma, por otra parte, la protegen del agua y de la suciedad.
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