Aunque todavía son minoría (representan poco más del 5% de los automóviles matriculados), los coches eléctricos ya están entre nosotros y ofrecen en algunos casos una interesante alternativa a los convencionales. Así lo entendieron los compradores que en 2017 adquirieron 3.920 unidades en España y que hicieron crecer este segmento casi un 83% respecto al año anterior.
Pero ¿cuándo interesa optar por un eléctrico? Repasamos las consideraciones más importantes a tener en cuenta antes de tomar una decisión.
Precio //
Pedir ayuda
Por el momento los coches eléctricos son más caros, sobre todo debido al coste de sus baterías de almacenamiento. Por ejemplo, en el caso del modelo más vendido, el Renault Zoe, cuesta 4.000 euros más que un modelo convencional equiparable en tamaño como es el Renault Clio en una versión de potencia similar.
Sin embargo, se pueden aprovechar las puntuales ayudas de la administración, como el plan para la compra de vehículos de energías alternativas (Movea), en espera de aprobación para 2018, y que en su última edición de 2017 subvencionaba la compra con 5.500 euros.
También hay que sumar las diferentes exenciones fiscales previstas en cada comunidad para este tipo de vehículos y las facilidades de compra ofrecidas por los diversos fabricantes en forma de importantes descuentos y ventajosos sistemas de financiación. Todas ellas están dirigidas a fomentar el uso de vehículos de emisiones cero y rebajan sustancialmente el precio inicial de adquisición.
Autonomía //
Calcular necesidades
Este es el campo donde más han progresado los eléctricos. Acaba de presentarse la segunda generación del Nissan Leaf que puede recorrer hasta 285 km en carretera o 415 km en ciudad antes de recargar su batería (según la nueva prueba de homologación WLTP). Estos valores son por ahora los mejores en su clase y ofrecen un radio de acción que empieza a ser competitivo frente al de los motores térmicos.
Si todavía para la carretera los coches eléctricos provocan cierta inseguridad en cuanto a su autonomía, es en la ciudad donde encuentran su medio natural asegurándose la recarga en el domicilio o en el trabajo y aumentando considerablemente su autonomía frente a las exigencias de viajar por carretera.
Con rangos en condiciones reales superiores a los 200 kilómetros, la mayoría de las necesidades de transporte urbano están ya cubiertas por la nueva generación de coches eléctricos como puedan ser el Hyundai Ioniq o el BMW i3. Un previsible aumento de los puntos de recarga en garajes, comercios y aparcamientos públicos mejorarán previsiblemente y a corto plazo las condiciones de uso urbano.
Recarga //
En busca de un enchufe
El uso de un coche eléctrico está supeditado a unos puntos seguros de recarga. Por el momento, y ante la falta de una red suficiente a pie de calle, el coche eléctrico requiere disponer de un garaje dotado de una toma de corriente para cargar las baterías durante la noche, algo que no es posible en muchas viviendas que no disponen de aparcamiento en el interior del edificio.
Y también habrá que asegurarse de poder recargar durante el día, ya sea en el propio centro de trabajo o en sus proximidades. La escasez de puntos públicos es por ahora disuasoria y muy pocas empresas han instalado enchufes o cargadores al efecto.
Otro factor muy importante es el tipo de carga, según el cual tardaremos más o menos en completarla y depende de la potencia suministrada. La más básica es la doméstica de carga lenta, un enchufe normal, con la que la batería tardará una noche en cargarse (10 o 12 horas para un coche eléctrico de gama media). También existen postes de recarga semirrápida en los que el tiempo se reduce sensiblemente (de 6 a 8 horas). Más sofisticados, los de carga rápida tardan muy poco tiempo (alrededor de 1 hora en conseguir recargar el 80% de la energía).
Y también existen los más potentes de carga ultrarrápida, todavía muy escasos y capaces de suministrar mucha energía en cuestión de minutos, eso sí, a costa de acortar a la larga la vida útil de la batería. La mayoría de fabricantes de automóviles eléctricos ofrecen en su compra la instalación bajo muy buenas condiciones postes de recarga en el domicilio del propietario o en las empresas que los adquieran como vehículos de flota.
Rebajas y exenciones //
Aprovechar las ventajas
Donde el eléctrico encuentra su verdadera razón de ser es por el momento en el ámbito urbano. Es en la ciudad donde este tipo de motor demuestra ser más eficiente, ya que sólo consume energía cuando avanza, sin necesidad de mantenerse funcionando al ralentí o arrancar de nuevo después de cada parada de motor.
Además, con una tarifa de recarga adecuada, el coste de electricidad para recorrer 100 kilómetros se moverá en torno a los 2 euros, muy por debajo de la gasolina, el gasóleo o incluso el gas. A ello tenemos que añadir las numerosas exenciones que benefician a estos vehículos, etiquetados por la DGT como “0 Emisiones”.
Así, pueden acceder a zonas restringidas al tráfico de no residentes en el centro de algunas grandes ciudades, estacionar sin pagar en las calles con regulación de aparcamiento, acceder a los carriles de alta ocupación o, como en Cataluña, acceder gratuitamente a las autopistas. Con todo, el uso continuado de un vehículo eléctrico puede conseguir en un tiempo razonable amortizar su mayor coste de adquisición respecto a los convencionales.
Tipo de coche //
Necesidades familiares
Como pasa con los coches convencionales, los eléctricos ya ofrecen modelos muy diferentes en tamaño y capacidad. Desde un minúsculo Smart Fortwo electric drive de dos plazas hasta un gran SUV como el Tesla Model X el mercado de los eléctricos ofrece una amplia gama de opciones. Un Volkswagen e-Golf eléctrico por ejemplo, ofrece casi la misma habitabilidad que sus hermanos de gama, cinco plazas, una autonomía real de 200 kilómetros, un buen maletero y no renuncia a una sorprendente deportividad en sus respuestas y en su comportamiento.
Este mismo año se sumarán nuevos modelos a los ya existentes en el mercado, como el avanzado Audi e-tron quattro, el Jaguar i-Pace, el Kia Niro EV o el Hyundai Kona. La oferta de eléctricos ya se extiende con ello a todos los gustos y todas las necesidades. Aunque hay que tener en cuenta que hoy por hoy el uso viajero de uno de estos coches sigue estando restringido a un radio de acción mucho menor que el de los vehículos térmicos, por lo general con autonomías muy superiores y con la facilidad de poder llenar el depósito en breves minutos y en innumerables gasolineras.
Conclusión //
Hacer bien las cuentas
La electrificación del automóvil es ya algo que parece imparable. No obstante todavía plantean ciertos inconvenientes en su adquisición, recarga de baterías y autonomía. Pero en algunos casos ya pueden servir de alternativa eficaz y realista al coche convencional y, en otros, pueden hacer muy bien la función de segundo coche en la familia. Otro punto muy importante a favor del coche eléctrico es el ahorro de mantenimiento respecto a los convencionales al ser su mecánica mucho más sencilla.
Tener claro las necesidades cotidianas y utilizar la calculadora será clave para decidirse por un coche eléctrico.
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