Un reciente estudio realizado por el fabricante indio de neumáticos Apollo Tyres, propietario de la marca Vredestein, revela que casi la mitad de los conductores españoles (42%) no se atreven a cambiar una rueda en caso de pinchazo. Y en las conclusiones de la consulta es destacable que el 8% de los 1.000 encuestados confiesan no saber si su coche dispone de una rueda de repuesto o bien de un kit de reparación.
El desconocimiento sobre este tema de muchos automovilistas puede agravar un problema que sin embargo puede resolverse con bastante facilidad siguiendo unos sencillos consejos y sin necesidad de solicitar la ayuda de un servicio de asistencia.
En el caso de los automóviles dotados de una rueda de repuesto o de emergencia, esta última conocida como “galleta”, cambiar la deteriorada no llevará más de unos minutos y permitirá proseguir el viaje hasta el destino o algún taller de reparación, evitando la espera de que llegue la ayuda necesaria.
Señalizar bien el vehículo
Lo primero que hay que hacer al detectar que una rueda ha perdido aire es buscar un lugar seguro para detenerse. Tiene que estar lo suficientemente alejado del tráfico y lo más plano posible para evitar que el coche pueda desplazarse por la gravedad.
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Ponerse el chaleco y señalizar el vehículo mediante la señal luminosa V-16 que está sustituyendo a los triángulos y las luces intermitentes de emergencia será lo siguiente, antes de proceder a bajarse del vehículo y asegurarse de permanecer bien visible para el resto de usuarios de la vía y no entorpecer el paso de ningún otro vehículo.
Pero antes de bajarse habrá que apagar el motor, engranando la primera velocidad y dejar puesto el freno de mano. Con ello se consigue no solo inmovilizar convenientemente el vehículo sino también bloquear el giro de la rueda pinchada para poder aflojar con mayor facilidad las tuercas que la sujetan.
Desmontar la rueda
A continuación, y una vez extraídas las herramientas del maletero, hay que aflojar las tuercas de la llanta girando la llave de ruedas hacia la izquierda, aunque sin llegar a extraerlas del todo. Y si se resisten a aflojarse, se puede hacer más fuerza apretando con el pie sobre la llave para desbloquearlas.
Acto seguido llega el momento de instalar el gato elevador, que deberá instalarse justo en los emplazamientos previstos en los bajos del coche, específicos para cada rueda y cuya ubicación está descrita en el manual de instrucciones de cada vehículo.
Una vez elevado el coche lo suficiente con ayuda del gato y ya con el neumático pinchado separado del suelo, hay que terminar de quitar las tuercas de sujeción, colocarlas en un sitio seguro para que no se pierdan y proceder a retirar la rueda del buje con las dos manos y, a ser posible, portando unos guantes de trabajo.
Entonces es el momento de bajar la rueda de repuesto del maletero y de colocarla, antes de fijarla con las tuercas sin apretarlas del todo, girándolas hacia la derecha y en orden cruzado para que la llanta se asiente correctamente en el buje.
Revisión antes de viajar
Tras volver a asentar el coche sobre el suelo aflojando la palanca del gato, es cuando hay que realizar el último apriete fuerte, siempre en sentido de las agujas del reloj, para que la rueda quede bien fijada.
Guardar la rueda pinchada en el maletero y colocar la herramienta en su sitio será el último paso de una maniobra que intimida a muchos conductores pero que no es tan difícil como parece.
Por último, será conveniente revisar de vez en cuando o antes de un viaje largo que la rueda de repuesto o emergencia estén en buenas condiciones, infladas a la presión correcta, y que el resto del material necesario para su montaje esté listo para su uso.
En el caso, cada vez más frecuente, de que el coche disponga de un kit de reparación, también es aconsejable verificar su estado y, muy importante, leer las instrucciones de manejo para familiarizarse de antemano con este equipo de emergencia.
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