Las alfombrillas del coche no solo cumplen una función estética o de limpieza: están diseñadas para proteger el suelo del vehículo frente a la suciedad, el barro, la nieve o el agua que se acumula en el calzado. Gracias a ellas, el interior se mantiene en mejores condiciones y se evita el desgaste del revestimiento, cuya reparación puede resultar costosa y complicada con el tiempo.
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Además de su función protectora, las alfombrillas también aportan confort y seguridad al volante. Su superficie antideslizante está pensada para que los pies del conductor se mantengan firmes, incluso en condiciones de humedad, reduciendo así el riesgo de que se deslicen accidentalmente durante la conducción.
Otro aspecto clave es su capacidad para aislar el habitáculo del ruido y del frío. Estas piezas ayudan a reducir el sonido del asfalto y a mantener una temperatura más agradable en el interior del coche, especialmente en los meses más fríos, lo que mejora notablemente la experiencia de conducción.

Alfombrillas bien ajustadas
No todas las alfombrillas valen para cada modelo del mercado. Es fundamental colocar las originales recomendadas por el fabricante. Sí, se quieren emplear unidades de otros productores; estas deben de ajustarse perfectamente al modelo del vehículo, ya que unas alfombrillas que no se adaptan correctamente, pueden ser las causantes de provocar accidentes.
Así, una alfombrilla mal ajustada puede deslizarse y quedar atrapada debajo del pedal del freno, del acelerador o del embrague, dificultando el movimiento de los pedales y aumentando el riesgo de sufrir un accidente. Además, si no se mantienen en su sitio, el conductor puede distraerse al intentar ajustarla mientras conduce, lo que puede llevar a una pérdida de control del vehículo.

Trucos para mantener sujeta la alfombrilla
Al instalar unas alfombrillas que no sean originales, hay que tener en cuenta que no se van a ajustar correctamente en el sitio indicado. Como lo más importante es que no se muevan para que no provoquen una intervención directa sobre los pedales, lo ideal es fijarlas al suelo del coche. Para ello, existen algunas opciones.
La primera es una especie de chincheta grande, con la cabeza de velcro y una rosca que se inserta en los agujeros que muchos coches traen en el piso.
La segunda es mediante un sistema de machihembrado de plástico que se ajusta con un clic. La alfombrilla incorpora la hembra y el suelo del coche, el macho.
Y la última opción es la del velcro adhesivo, que permite sujetar las alfombrillas mediante una cinta de velcro. Una parte se pega en la esterilla y la otra en el suelo del coche. Al unirse ya no se mueve.
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