¿Qué pasa si un coche diésel se queda sin AdBlue en medio de un viaje?

En los coches diésel, el catalizador, el filtro de partículas y el AdBlue son elementos esenciales para cumplir con las exigencias de las normativas que regulan las emisiones contaminantes de los vehículos. ¿Qué pasa si uno de ellos se queda sin esta solución en medio de un viaje?

Cabe recordar que, desde 2015, todos los coches diésel matriculados en Europa están equipados con un catalizador del tipo SCR (por las siglas en inglés de reducción catalítica selectiva), que funciona con AdBlue. Con este líquido, compuesto por agua destilada y urea, consigue reducir los gases contaminantes: sobre todo, los óxidos de nitrógeno (NOx).

La capacidad del depósito de AdBlue oscila entre los 10 y los 20 litros. Su consumo, en un diésel moderno, es de entre uno y tres litros cada 1.000 kilómetros. Por lo tanto, un vehículo podrá recorrer desde 4.000 hasta 15.000 kilómetros antes de reponer este líquido.

Eso sí, los coches diésel avisan a medida que el depósito de AdBlue se va vaciando. Normalmente, en el cuadro de instrumentos se encenderá una alerta cuando la autonomía sea de 2.000 kilómetros y volverá a hacerlo cuando baje a 1.000: entonces se quedará fija hasta que el conductor lo reponga.

¿Qué hacer si el coche se queda sin AdBlue?

Puede que, fruto del despiste, un vehículo se quede sin AdBlue mientras está circulando. El coche, por seguridad, no detendrá su marcha, pero el conductor lo notará distinto:

• Motor: su rendimiento se limitará variando los parámetros de combustión.
• Potencia y prestaciones: serán menores porque es posible que se limite la capacidad de aceleración.
• Régimen de giro: la mecánica podría disminuir las revoluciones por minuto.
• Emisiones: su nivel se elevará, aunque la persona que esté al volante no lo perciba.

La pregunta es lógica: ¿qué hay que hacer si un coche diésel se queda sin AdBlue en un viaje? No hay que detenerse. Lo ideal es seguir circulando hasta una estación de servicio, donde haya surtidores de AdBlue para llenar el tanque, o hasta un área donde el conductor pueda hacer la reposición con el suministro que lleve en el coche.

En este sentido, conviene viajar con un pequeño recipiente homologado de esta solución acuosa. En las propias gasolineras venden garrafas de 5, 10 o 20 litros; también es posible encontrar AdBlue en talleres, grandes superficies y cadenas especializadas en el mantenimiento del automóvil.

No obstante, si el coche está parado o si, por las razones que sea, se detiene la marcha, no volverá arrancar. En esta situación, la solución pasa por llamar a la aseguradora para que mande una grúa que se encargará de llevarlo al taller. No habrá sufrido una avería grave, pero sí será necesario resetear la unidad de control y, después, llenar el depósito de AdBlue.

¿Se puede eliminar el AdBlue?

Lo cierto es que la mayor parte de los modelos diésel con AdBlue admiten una manipulación para eliminar la necesidad de usar AdBlue, que se lleva a cabo a través de la alteración del programa de gestión del motor. Con una máquina de diagnosis se manda a la centralita la instrucción de que no dispone de un sistema de aditivos… y se anula.

Es algo relativamente habitual entre profesionales del transporte, especialmente en camiones, y también entre conductores de vehículos diésel que realizan un gran número de kilómetros con su vehículo. Sin embargo, es ilegal.

Puede ser identificada a la hora de pasar la Inspección Técnica de Vehículos (ITV): en algunos casos, los niveles de NOx no serán suficientemente elevados, pero en otros sí superarán los límites establecidos para ese vehículo. Además, con los controles a través del puerto OBD del vehículo es mucho más fácil identificar estas alteraciones.