Audi A4 allroad Heritage Edition: con olor a despedida

No suele pasar que una marca ponga a la venta una edición limitada de alguno de sus modelos, solo para España. Pues bien, Audi lo ha hecho con el A4 allroad en una edición limitada a 55 unidades.

Su nombre completo es Audi A4 allroad Heritage Edition y rinde homenaje al legado de la tecnología quattro en la marca, así como a la icónica línea allroad, a la profunda conexión de Audi con su historia y a su excepcional herencia tecnológica.

Pero más allá de todas estas consideraciones, esta edición huele a despedida. Primero porque esos apellidos ya ha acompañado a otras últimas versiones, como la del Audi TT RS. Y segundo y más importante, porque el A4 pasará a denominarse A5 en su siguiente generación, ya que los números pares de Audi se destinarán al nombre de versiones eléctricas.

Elementos distintivos

La edición especial de este A4 allroad equipa elementos de diseño únicos para esta edición firmados por Audi exclusive. Y no es para menos, ya que su precio se eleva hasta los 69.980 euros, lo que significa 13.370 euros más que su versión equivalente.

Pero ese coste extra no se paga solo por el nombre. Para empezar, en su estética se incluyen unas llantas de 19 pulgadas de Audi Sport (las de serie son de 18), con 10 radios en forma de Y y acabado en negro de fondo, faros led matriciales o intermitentes dinámicos; además de los aditamentos camperos y reservados al resto de versiones allroad: difusor trasero, protectores de los pasos de rueda a juego con los faldones laterales, barras de techo o la protección de los bajos orientadas a un uso todoterreno. Y por supuesto, una carrocería Avant con 3,5 centímetros más de altura libre al suelo.

Sus colores, además del Blanco Glaciar de la unidad de pruebas, también puede ser Negro Mitos, Gris Manhattan y Plata florete.

En su interior, se añade una tapicería Exclusive en cuero Nappa fina en color negro con la parte lateral del reposacabezas en plata diamante y costuras de contraste plata diamante en asientos, volante y pomo del cambio; el logo de la edición estampado en el reposacabezas de los asientos delanteros y el grabado con láser de la edición en las ventanillas del pilar C.

En cuanto a sus sistemas de seguridad, añade el paquete de asistentes City, que cuenta asistente activo por tráfico cruzado trasero, asistente de arranque en pendiente o el de cambio de carril y de giro, entre otros.

Tan cómodo y tecnológico como el allroad normal

Calidad y tecnología se dan la mano en el interior del A4, con la digitalización completando una terna agradable y, también, funcional.

Y es que tanto el cockpit virtual de Audi tras el volante y de 12,3 pulgadas de tamaño, junto a la de infoentretenimiento de 10,1 pulgadas y un sistema operativo MIB 3, funcionan de forma impecable, con buena resolución y un software muy rápido. Al ser táctil y estar algo alejada del conductor, su manejo requiere desviar bastante la atención de la carretera y, por eso, no es muy recomendable hacerlo en marcha.

Los pasajeros traseros viajarán cómodos, siempre que sean dos. Porque el tercero se va a encontrar con un mullido duro en el centro y, sobre todo, unas salidas de aireación que invaden mucho esta zona.

Lo que ya es otra cosa es su maletero, de casi 500 litros de capacidad y con formas rectas, que permiten aprovechar muy bien el espacio. Con unos tiradores ubicados en esta zona, se pueden abatir los asientos traseros y entonces, el espacio disponible alcanza los 1.495 litros.

Mecánica diésel, la única para esta edición

Estas 55 unidades solo se comercializan con el motor 2.0 TDI de cuatro cilindros con sistema de hibridación Mild Hybrid, que rinde una potencia de 204 CV y alcanza un par máximo de 400 Nm. Va asociado a un cambio automático S tronic de siete velocidades y a la tracción quattro.

Con todo esto, el A4 allroad quattro Heritage acelera de 0 a 100 km/h en 7,3 segundos y alcanza una velocidad máxima de 232 km/h, con un consumo homologado de entre 5,9 y 6,2 l/100 km.

No es una aceleración fulgurante ni unos consumos estratosféricamente bajos, pero no hace falta mucho más en el primer caso, y sí que estaría bien algo menos en el segundo. Porque en marcha, el consumo no se queda aquí, como pasa prácticamente siempre en la diferencia entre consumo homologado y consumo real, sino que sube hasta rozar los siete litros. Algo asumible con el pedazo de calidad tecnológica que se lleva entre manos.

En marcha

Aunque su carrocería tiene 35 milímetros más de distancia libre al suelo que otros A4 con carrocería Avant; es una pena que no cuente con suspensión neumática, como sí tiene su hermano mayor el A6 allroad y que permite variar la altura en varios niveles, lo que resulta de especial utilidad a la hora de superar obstáculos o circular por caminos con amplios desniveles.

Y aunque estos no sean abordables, esta altura es suficiente para salir del asfalto y adentrarse en caminos convencionales con más garantías que con un A4 normal, por ejemplo. Su modo de conducción específico Offroad ayuda a ello, modificando el funcionamiento de los controles de tracción y estabilidad.

En carretera, la comodidad es muy alta. Eso sí, si se retuerce, el allroad basculará algo más que un A4 Avant y ofrecerá menos confianza en pleno apoyo. Pero la diferencia es muy leve y sigue permitiendo circular a muy buen ritmo con el suficiente aplomo para dar confianza al conductor y los pasajeros hasta un límite muy alto.

Eso sí, al perder tracción, algo que sucede ya, como se decía, a un ritmo alto, el control de estabilidad entra de una forma algo agresiva y una vez que las ruedas han perdido adherencia de una forma clara y notable.

Su tracción integral, denominada quattro ultra conecta, sin entrar en tecnicismos, el eje trasero cuando es necesario. Sobre todo en superficies deslizantes ayuda a esa elevada confianza al volante y a que la parte trasera no vaya por su cuenta. También dan confianza su equipo de frenos, por tacto y potencia, sin tacha alguna.

Respecto a la mecánica, no resulta tan refinada como las versiones de gasolina TFSI, pero casi. Tanto que hace dudar de que haya un bloque de gasóleo bajo el capó. Eso sí, la contundencia con la que empuja, gracias a sus 400 Nm de par motor es muy notable, mayor que en el TFSI, donde hay que subir el cuentarrevoluciones mucho para acercarse a esta sensación.

Su cambio de doble embrague y siete velocidades funciona con la rapidez que requiere este motor, trabajando de forma perfecta en pro de esa agilidad que muestra tanto al acelerar como al recuperar.

Menos tiene que ver, aunque también colabora, su pequeño motor eléctrico de 12 voltios que ayuda el motor en las fases de aceleración, pero cuyo papel principal es hacer de alternador y motor de arranque. También permite circular con el motor de combustión apagado, siempre que no se exija carga, un máximo de 40 segundos y circulando entre 55 y 160 km/h. Con todo, lo mejor es que deja tener la pegatina ECO en el parabrisas.

En resumen, puede que cueste casi 70.000 euros, pero no hay muchas versiones especiales de coches en el mundo con solo 55 integrantes. Y, además, no es solo un vehículo de una edición limitada. Su mecánica es eficaz y eficiente, la calidad a bordo es intachable y, además, permite ciertas licencias fuera del asfalto o cuando la adherencia del mismo se complique.